En América Latina se encuentra el 60% del litio del mundo, concentrado principalmente en Argentina, Chile y Bolivia.

Con el reciente anuncio del plan del gobierno chileno para explotar el mineral, que busca una mayor participación del Estado, se ha intensificado el debate sobre cuál es la mejor fórmula para gestionar un mineral clave en la fabricación de baterías eléctricas.

Chile es el segundo mayor productor de litio del mundo después de Australia, una posición que le da una ventaja frente a otros países que están sumándose a la carrera por conseguir los mejores beneficios del actual boom del metal.

Argentina está acelerando la producción a toda velocidad, mientras que Bolivia, después de varios acuerdos comerciales fallidos, intenta ponerse al día.

En el segundo semestre del año pasado, la estatal Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB) inició en Coipasa y Pastos Grandes los trabajos de exploración mediante la perforación de pozos de entre 30 y 50 metros para establecer la cantidad de reservas.

“Ese es un dato importante para Bolivia, es algo que nuestra YLB lo viene ejecutando y estamos en la parte final de los estudios y en los próximos días se daría a conocer este anuncio”, remarcó.

El presidente boliviano Luis Arce aseguró que, al ser Bolivia el país con «las mayores reservas de litio en el mundo», muchas empresas extranjeras tienen interés en invertir en la industrialización de ese recurso natural.

Así lo afirmó en el acto de la firma del acuerdo con la empresa rusa Uranio One Group y la china Citic Guoan para la industrialización del litio de los salares de Uyuni y Pastos Grandes, en Potosí, a través de la tecnología de Extracción Directa de Litio (EDL).

«Somos una reserva importante en el planeta de este recurso no renovable y, por supuesto, Bolivia siempre va a tratar de aprovechar lo más posible para tener la mayor cantidad de empresas y tener la mayor explotación”, afirmó el presidente Arce.

A su vez el ministro boliviano de Hidrocarburos y Energías, Franklin Molina Ortiz, recordó que las cifras que arrojen esos estudios incrementarán las reservas que tiene el país en materia de litio y se sumarán a los 21 millones de toneladas ya existentes en el salar de Uyuni, Potosí.

Añadió Molina que existe mucho interés por parte de empresas dedicadas a la industrialización del litio que pretenden “aterrizar” en nuestro país para generar mayor inversión.

“Las empresas extranjeras lo saben que tienen la tecnología y también lo sabemos nosotros, los bolivianos, que es el momento de aprovechar adecuadamente este recurso en beneficio de las y los bolivianos”, complementó. 

Bolivia forma parte del Triángulo del Litio en Latinoamérica, junto a Argentina (11 millones de toneladas de litio) y Chile (nueve millones de toneladas), área que concentra cerca del 68% de las reservas del mundo.

En América Latina se encuentra el 60% del litio del mundo.

Esta riqueza está concentrada en Argentina, Chile y Bolivia. Con el reciente anuncio del plan del gobierno chileno para explotar el mineral, que busca una mayor participación del Estado, se ha intensificado el debate sobre cuál es la mejor fórmula para gestionar un mineral clave en la fabricación de baterías eléctricas.

Chile es el segundo mayor productor de litio del mundo después de Australia, una posición que le da una ventaja frente a otros países que están sumándose a la carrera por conseguir los mejores beneficios del actual boom del metal.

Argentina está acelerando la producción a toda velocidad, mientras que Bolivia, intenta ponerse al día.