OPINIÓN POLÍTICA
FACULTADES INDELEGABLES
Por Camilo Escalona
FACULTADES INDELEGABLES
Por Camilo Escalona
A propósito del interés suscitado por las designaciones para
Contralor General y Fiscal Nacional, personas que deben ser propuestas por la
Presidenta de la República al Senado que ratifica las mismas con un elevado
quórum, que complejiza al máximo el proceso de decisión, se ha ido creando una
expectativa de enorme trascendencia nacional.
En tal contexto, se insinuó a través de repetidas
filtraciones mediáticas, por obvios motivos anónimas, que lo mejor era la
solución negociada de ambas responsabilidades; es decir, la vieja y gastada
idea del “trueque”, que todos quedasen contentos, unos se quedan con uno y los
demás con el otro.
Una especie de club informal de agentes todopoderosos y
desconocidos, pero tan potentes, como para que sus presiones fuesen de tal
entidad que llegasen a resolver estos temas cruciales de la actualidad del
presente político, incluso obligando a que la autoridad presidencial firmase el
nombre por ellos decidido.
Finalmente, algunos medios han perfilado una leyenda en que
se mezcla la megalomanía de ciertos personajes con la fría capacidad de presión
de otros.
Por tanto, el problema principal pasa a ser la
intencionalidad de estos trascendidos. En mi opinión, intentan opacar,
enturbiar y horadar la transparencia que requieren estos pasos institucionales.
Ese es el punto en cuestión, no es que los senadores apoyen o no la propuesta,
en un tema en el cual deciden.El propio gobierno abrió consultas sobre la
materia, haciendo público el rol en las gestiones de los ministr@s del Interior
y de Justicia; lo impropio se establece en el verdadero canje que se estaba
propiciando para socavar la autoridad presidencial y del que se ha tomado nota
con las filtraciones.
Ante la designación de ambas investiduras, tras las cuales
están decisivas responsabilidades de Estado, la tarea del Senado es la
valoración de los antecedentes, idoneidad para el ejercicio y eficacia en el
cumplimiento de las mismas de las personas que postulan; en consecuencia, no se
trata de armar un puzzle de carácter micro político, que no haría más que
menoscabar la relevancia de las funciones a realizar en tales cargos.
Ahora bien, es de especial cuidado la situación que rodee la
designación del Fiscal Nacional. Como es sabido, la tarea es clave en la
indagatoria de las irregularidades vinculadas al financiamiento indebido de
campañas electorales que mantienen preocupado al país, así como el llamado caso
Caval que afecta al hijo de la Presidenta.
La rectitud con que actúe el futuro Fiscal Nacional será
determinante para la opinión pública, no puede haber sombra alguna en su
actuar.La persona designada para suceder a Sabas Chahuan no puede ser motivo de
sospecha. Cualquier duda, en el sentido de ser permeable a presiones o lobby
sería fatal. El descrédito hacia el sistema político, enorme; no puede haber
ningún “arreglín”, menos en un contexto de opinión pública en el que se
desatarían las peores expresiones de rechazo, ante tal impensable despropósito.
El escenario político es resbaladizo, es allí donde se
inserta el Senado y en el cual su disposición juega un rol crucial, no puede
sino asumir su decisión con plena responsabilidad del momento que vive el país.
No hay espacio para darse lujos de ningún tipo. La transparencia de su actuar
es fundamental.
De manera que hechos que dañen la transparencia en este
proceso no son bienvenidos, no pueden conducir a buen puerto.
Lo que se espera ahora es que la propuesta presidencial sea
votada, respaldada y no intermediada por ninguna escaramuza que afecte la
objetividad y correcto actuar de la nueva autoridad aprobada que estará bajo
celosa observación del país
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