OPINIONES DEL FIN DE SEMANA
DUDAS SOBRE EL FISCAL
Por Max Colodro
DUDAS SOBRE EL FISCAL
Por Max Colodro
En un contexto de enorme desconfianza hacia los poderes
públicos, las circunstancias que rodearon la elección del nuevo Fiscal Nacional
han venido a agitar todavía más el mar de dudas. Versiones sobre presuntos
acuerdos y amarres para asegurar la instalación de un fiscal ‘a la medida’ de
ciertas aprensiones del mundo político, dejaron al final una larga estela de
interrogantes sobre la sorpresiva decisión presidencial a favor de Jorge
Abbott; las interrogantes se vieron luego acrecentadas por otra sorpresa: una
ratificación del Senado al borde de la unanimidad, cuando todas las señales
previas apuntaban a un transversal malestar entre los senadores, derivado de la
decisión de Bachelet de desestimar a última hora las cartas con más respaldo en
la Cámara Alta.
Así las cosas, la lectura de que el gobierno había
clausurado toda posibilidad de acuerdo con el Senado se vio matizada a partir
del súbito y contundente apoyo parlamentario al nombre propuesto por Bachelet.
Ello se reforzó todavía más cuando el Fiscal Chahuán no esperó ni 24 horas
desde la elección de su sucesor para afirmar que algunas causas sobre
financiamiento irregular de campañas políticas podrían estar llegando a su fin.
Y como secuela de esta trama, la semana terminó con un aparente giro en 180 grados
del propio Chahuán, que para atenuar los rumores sobre una eventual impunidad
pactada en los casos de ‘platas políticas’, salió a insistir en la posibilidad
de nuevas formalizaciones y solicitó el desafuero del senador Orpis.
Toda esta comedia de hechos y versiones extrañas no ha sido
gratis: se ha golpeado la credibilidad del proceso sucesorio en el Ministerio
Público y se ha instalado un manto de aprensiones sobre la gestión del próximo
Fiscal Nacional. Un cambio de mando en un escenario en particular sensible para
la credibilidad de la administración de justicia, en que empresarios, senadores, candidatos e
incluso parientes de la propia presidenta de la República están siendo
investigados, esta elección de nuevo Fiscal Nacional debió haber sido especialmente
prolija en sus formas y resoluciones. Pero al contrario, el gobierno, los
senadores y algunos de los candidatos al cargo en disputa se prestaron para
alimentar rumores y señales públicas inconvenientes, que han dejado una secuela
de dudas respecto a las consecuencias que tendrá esta elección para los casos
políticamente más emblemáticos.
Como corolario inevitable, el futuro Fiscal Jorge Abbott
deberá hacerse cargo no sólo de las complejidades propias de su cargo, sino
también de los costos de una elección plagada de interferencias y turbiedades.
Un peso con seguridad inmerecido para la nueva autoridad del Ministerio
Público, pero que finalmente responde a un manejo que sólo vino a confirmar el
deterioro político e institucional por el que atraviesa el país. Justa o
injustamente, ahora los ojos de la opinión pública estarán puestos en los
resultados de estas investigaciones que comprometen a la clase política, y no
será fácil evitar una ola generalizada de crítica y desconfianza, si esos
resultados terminan por no coincidir con lo que la ciudadanía con seguridad
anticipa.
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