OPINIONES DEL FIN DE SEMANA
HABLÓ LA PRESIDENTA
Por Jorge Navarrete
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Michelle Bachelet propuso a Jorge Abbott como próximo Fiscal
Nacional. Fue una decisión que descolocó a la clase política y a todos quienes
observábamos este proceso con algo de atención, pues especialmente a horas de
haber sufrido una derrota con otro nombramiento en el Senado, todo hacía
presagiar que Bachelet no estaría dispuesta a correr más riesgos con motivo de
estas colegiadas decisiones. La oportunidad estaba servida para asegurar el
éxito proponiendo a José Morales, un postulante que concitaba el transversal
apoyo en el Congreso.
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No conozco al fiscal Morales. Sin embargo, confieso que
siempre me pareció sospechoso que en torno a él se generara tanto entusiasmo
por parte de los miembros del Senado. En un momento en que se cuestiona
severamente a muchos de nuestros representantes a raíz de los bullados casos de
corrupción, y tratándose adicionalmente de investigaciones en pleno desarrollo,
no fue muy prudente el privado y transversal despliegue que muchos
materializaron para que se nominara a un candidato que se erigió como el niño
símbolo de la clase política dirigente.
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Es aquí donde la decisión de Bachelet adopta ribetes éticos
muy significativos. Consciente de la crisis de confianza y credibilidad por la
cual atraviesan nuestras instituciones, especialmente cuando se ventilan
prácticas que afectan la honorabilidad de muchos políticos, las que incluso
implican a un miembro de su propia familia, es que la Presidenta da una
contundente señal a favor de la democracia; por la vía de garantizar la continuidad
del trabajo que está desarrollando la Fiscalía Nacional, asegurando así que las
investigaciones se desarrollen sin ninguna otra consideración que no sea
aplicar la justicia a todos por igual, al margen de la investidura pública o la
condición socioeconómica de los involucrados.
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De igual modo, y pese a que persisten varios riesgos, la
decisión de Bachelet es tácticamente impecable. Una cosa es que varios
senadores hayan abusado de los eufemismos y la hipocresía, echando mano a
absurdos argumentos para abstenerse o votar en contra del candidato a Contralor
que les propuso el Gobierno; pero otra, muy distinta, será justificar en frente
a los ciudadanos, de manera pública y dando razón de sus dichos, de por qué
podrían eventualmente rechazar el nombre
de este candidato a Fiscal Nacional, cuya función futura -aunque no la única-
será justamente liderar las investigaciones que afectan a varios de sus colegas
y que tanto daño le han hecho al prestigio y transparencia de nuestro sistema
político.
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Y aunque nada de esto significa desconocer las atribuciones del Senado, Abbott no sólo cumple con todas las condiciones objetivas para desempeñar el cargo, sino que también satisface con los criterios ya adelantados por varios de los que decidirán en definitiva. De esta forma, es difícil imaginar con qué argumentos la Corporación podría volver a bloquear esta proposición de la Presidenta de la República, sin terminar por confirmar las peores sospechas que subyacen a dicho rechazo.
Y aunque nada de esto significa desconocer las atribuciones del Senado, Abbott no sólo cumple con todas las condiciones objetivas para desempeñar el cargo, sino que también satisface con los criterios ya adelantados por varios de los que decidirán en definitiva. De esta forma, es difícil imaginar con qué argumentos la Corporación podría volver a bloquear esta proposición de la Presidenta de la República, sin terminar por confirmar las peores sospechas que subyacen a dicho rechazo.
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