CLAUSURA DE TUMULTUOSO SÍNODO DE OBISPOS
Por Martín Poblete
En una Misa de Clausura con la Homilía predicada por el Papa
Francisco, llegó a su fin el Sinodo de
la Familia convocado precisamente para conversar y debatir temas controversiales cuyas percepciones iban mas allá de la Iglesia misma, como ser
las relacionadas con abrir la Comunión a divorciados vueltos a casarse y las actitudes hacia homosexuales y
lesbianas. De un lado resalta el valor
de discutir diferencias y no dejarlas embotelladas, o peor aún pretender que no
existen; de otra parte, surgen preguntas
para el diálogo futuro inmediato: ¿Este
Sínodo de la Familia, fue una experiencia constructiva para el
catolicismo? ¿La Iglesia, queda mas débil
o mas fuerte? Francisco se inclina por
lo positivo, probablemente escriba una exhortación apostólica con sus
reflexiones postsinodales.
Resultó interesante ver a obispos alemanes, austríacos y
suizos plantear la cuestión de revisar los lineamientos en abrir la Comunión, en esos países tuvo su
origen la Reforma protestante y ese tema es altamente sensitivo. Tampoco sorprendió el rechazo a la cuestión
de homosexuales y lesbianas por parte de los obispos africanos, para ellos se
reduce a "colonización ideológica", nuevos intentos occidentales por
imponerles valores ajenos; con menos estridencias, los obispos asiáticos bajo
el liderazgo del Cardenal Antonio Tagle, Arzobispo de Manila, vocearon
similares objeciones.
De forma mucho mas quieta, los obispos latinoamericanos de
manera mas bien implícita se mostraron distantes de esos dos asuntos buscando evitar
asumir posiciones consideradas potencialmente confrontacionales; hubo dos excepciones, el Cardenal Alberto
Suárez Inda, Morelia, Méjico, y el Arzobispo
Roberto González Nieves, San Juan de Puerto Rico, describieron esos
temas como "líneas de confrontación evidentes entre obispos anglo-sajones,
mucho menos entre los otros".
El documento final no menciona las palabras Comunión ni
Eucaristía, se optó por un lenguaje ambiguo para salir de una situación
difícil. En lo específico de los
divorciados, se volvió a un documento de Juan Pablo II, la encíclica Familiaris
Consortio, con la idea de ir por el
"foro interno", la consulta de los fieles con el cura párroco el cual
debe ayudarlos en su discernimiento, acercarlos a Dios y entonces juntos
decidir el camino a seguir; algo así como consenso en torno a la ambigüedad.
En sus intervenciones, el Papa Francisco pidió una Iglesia
sinodal, descentralizada y servidora, de escuchar mas que de hablar; en un
momento llamó a "pensar una conversión del Papado", con esas palabras
dejó a muchos pensando largo y profundo.
En su Homilía de clausura, Francisco describió al Sínodo como "una
de las herencias mas preciosas del Concilio Vaticano II, el camino sinodal es
el camino que Dios espera de la Iglesia en el Siglo XXI .... una Iglesia
sinodal es una Iglesia de escuchar, escuchar es mas que oír....el Sínodo
actúa -cum Petro et sub Petro- expresión de libertad y garantía de unidad
.... el Sinodo es lugar de la belleza de caminar juntos, de la colegial responsabilidad
pastoral".
En el documento sinodal se distinguen tres niveles en la
ejecución de la sinodalidad, el primero es el de las iglesias particulares, es
decir el de las parroquias con sus párrocos y feligresía.
El segundo es el de las Provincias Eclesiásticas, en modo
especial de las Conferencias Episcopales, en palabras de Francisco: "No es
oportuno que el Papa sustituya a los Episcopados locales, en el discernimiento
de las problemáticas que se plantean en sus territorios; en este sentido,
advierto la necesidad de proceder a una saludable descentralización".
El tercer nivel es aquel de la Iglesia universal, en éste el
Papa está en la Iglesia como Bautizado entre los Bautizados, en el Colegio
Episcopal como Obispo entre los Obispos.
Al final, citamos de la Homilía de Clausura de Francisco,
este Papa que ya es extraordinario y siempre sorprendente, dos secciones dónde mejor se reflejan sus esperanzas
post-sinodales.
"Una Iglesia sinodal es un emblema levantado entre las
naciones en un mundo que aún invocando participación, solidaridad y
transparencia en la administración de la cosa pública, a menudo entrega el
destino de poblaciones enteras en manos codiciosas de pequeños grupos de
poder".
"Cultivamos el sueño que el redescubrimiento de la
dignidad inviolable de los pueblos, y de la función de servicio de la
autoridad, podrán ayudar a la sociedad civil a edificarse en justicia y
fraternidad, generando un mundo mas bello y mas digno para las generaciones que vendrán después de
nosotros."
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