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miércoles, 10 de noviembre de 2010

Para la historia: Chile quedó como un país con valores - Comentario de Bush al "no" de Lagos a la Guerra de Irak

LEA MÁS ABAJO CÓMO LA PRENSA CHILENA DE LA ÉPOCA TRATÓ EL TEMA
Para la Historia: Tomado de las Memorias de Bush

"En mi conversación con el Presidente Lagos, de Chile, no me fue mucho mejor. El era un hombre distinguido, culto y un líder efectivo. Habíamos negociado un tratado de libre comercio que yo esperaba que el Congreso aprobara pronto. Pero la opinión pública en Chile estaba en contra de una potencial guerra, y Ricardo se resistía a apoyar la resolución. Sugirió darle a Saddam dos o tres semanas adicionales. Le dije que unas pocas semanas más no harían ninguna diferencia. Es triste que hayamos llegado a esto, le dije. Le pregunté por última vez cómo pensaba votar. El dijo: 'No'".


Fue Tony Blair, el entonces primer ministro británico, quien le pidió a George W. Bush que intentara un último esfuerzo con el fin de conseguir los votos en el Consejo de Seguridad de la ONU que necesitaban para apoyar la invasión a Irak que, a principios de 2003, propiciaban Londres y Washington. Según relata en sus memorias, tituladas Decision Points, Bush llamó entonces por teléfono a los presidentes de México y Chile, Vicente Fox y Ricardo Lagos, respectivamente. Y aunque ambos rechazaron su proposición, lo hicieron de manera muy diferente: Fox prometió que llamaría de vuelta, cosa que, según Bush, nunca hizo, mientras que Lagos fue directo en su negativa.

A la fecha, los dos países latinoamericanos formaban parte del Consejo de Seguridad de la ONU. El primero en recibir el telefonazo de Bush a mediados de marzo de 2003 fue Fox: "Cuando le dije a Vicente que lo llamaba en relación a la resolución de la ONU, él me preguntó a cuál me refería. Le dije que, si me permitía un consejo, él no debía ser visto apoyando a los franceses. Respondió que lo iba a pensar y que me llamaría de vuelta. Pasó una hora. Entonces Condi (Condoleezza Rice, su entonces asesora de seguridad nacional) oyó algo de la embajada. Vicente se había internado en el hospital para someterse a una cirugía de espalda. Nunca más volví a oír alguna palabra suya en relación a este asunto".

Reacciones en Chile y EE UU de la época sobre rechazo de Chile a Guerra de Irak:
Fuente: Archivo de Krohne Archiv

Robert Zoellick dijo que la molestia de su país obedece a negativa chilena a apoyar la guerra contra Irak

EE.UU.: "decepción" con Chile impide dar fecha a firma de TLC

Fecha edición: Diario La Tercera: 11-04-2003

Una nueva estocada a sus ambiciones comerciales con Estados Unidos sufrió ayer La Moneda luego de que el representante de Comercio del Presidente George W. Bush, Robert Zoellick, confirmara que su gobierno está "decepcionado" con Chile por su negativa a apoyar la guerra contra Irak y agregara que no está en condiciones de precisar si el Tratado de Libre Comercio (TLC) acordado entre ambos países sería firmado antes de que termine el verano, es decir, a fines de agosto.

"Nuestra gente está desilusionada. Trabajamos muy cerca de nuestros socios chilenos. Esperábamos su apoyo en un momento que pensamos era muy importante", dijo Zoellick, quien en la oportunidad también dio garantías de que el TLC llegará a puerto. "Tenemos un buen acuerdo, que beneficia a ambos países y yo no dudo que, al final, procederemos".

Con sus palabras, el secretario de Estado echó por tierra las ilusiones del Presidente Ricardo Lagos y de su canciller Soledad Alvear en cuanto a que Estados Unidos no tomaría revancha por la decisión de Chile de no apoyar -ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas- la resolución presentada por la administración Bush de atacar Irak. A ello se sumó la desobediencia manifestada, tres semanas más tarde, por el embajador ante los organismos internacionales en Ginebra, Juan Enrique Vega, quien contraviniendo las órdenes de La Moneda optó por abstenerse y no rechazar una propuesta de un grupo de países de hacer una sesión especial para analizar la situación de los derechos humanos en Irak.  Fue precisamente esta desobediencia diplomática la que terminó de colmar la paciencia del gobierno estadounidense, al cual La Moneda le había asegurado que rechazaría la sesión especial planteada en Ginebra.

Tras conocerse las palabras del secretario de Comercio, en La Moneda se optó por el hermetismo. Es así como el vocero de Palacio, Francisco Vidal, evitó referirse al tema. "Mientras no tengamos una declaración oficial del gobierno de Estados Unidos, del Departamento de Comercio Exterior con la firma de mister Zoellick diciendo eso, no voy a comentar algo que por ahora está en un cable. Me quedo con la palabra y el concepto reiterado por el embajador norteamericano, William Brownfield, quien me planteó ayer (el miércoles) que en materia de TLC el gobierno de Estados Unidos separa completamente las diferencias que tuvimos respecto al tema con Irak".

Chile pone en riesgo la alianza con EE.UU.

Fecha edición: 18 de Marzo de 2003

Chile no podrá sortear los costos de haberse pronunciado en contra de la postura de Bush. Innecesariamente, porque no habrá votación en la ONU. Pero el no a la guerra le permitió aunar el frente interno, representar a la gran mayoría del país y la apuesta es que no habrá represalias.

Por Pilar Molina A.

Frente al desarme de Irak, la ventana diplomática está cerrada. El Consejo de Seguridad de la ONU no pudo votar, porque EE.UU., España y Gran Bretaña no querían arriesgarse a tener que atacar Bagdad con el voto explícito en contra de esta instancia.

Chile perdió la manija en el tema. No hay nada más que votar. Es inminente la invasión por parte de los tres países que copatrocinaron la propuesta que fijaba ayer como el plazo fatal para el desarme de Irak. George Bush le amplió anoche el plazo en 48 horas, lo que nadie cree, evitará el conflicto.

Nuestro país fue el único dentro del llamado grupo de indecisos, en tomar una posición pública en contra de EE.UU. Dentro de los otros miembros no permanentes del Consejo de Seguridad, se alinearon rápido con EE.UU. España y Bulgaria, país al que - casualmente o no- el gobierno de Washington acaba de reconocerle el status de economía de mercado, lo cual le facilitará las inversiones externas y, a su vez, exportar. En contra de aprobar el uso de la fuerza contra Irak - que lidera Francia- se definió rápido el gigante aleman y, comprensible, Siria árabe.

Pero Paquistán, México, Guinea, Angola y Camerún, del grupo en que estaba Chile, optaron por callar. Se especulaba que si se producía la votación, se sumarían a Bush, aunque éste no obtuviera los 9 votos que requería del Consejo para pasar a la acción militar.

Cada uno sopesa sus motivos. México, el par de millones de indocumentados que tiene en el país vecino; Paquistán, el paquete de ayuda económica que confía le dará Washington; las tres naciones africanas, la ayuda económica que también esperan de EE.UU., y Chile, el mentado Tratado de Libre Comercio que todavía debe ratificar el congreso estadounidense.

El embajador de Pakistán dio ayer una clase de diplomacia en Nueva York, cuando eludió una definición sobre cómo habría votado su país, señalando que Pakistán siempre dijo que decidirá su posición cuando sea el tiempo de votar y el tiempo... no llegó. Mucho más ladino fue el Presidente de México, Vicente Fox, a quien el tener que operarse de una hernia en la columna lo salvó providencialmente de tener que pronunciarse. Pero ayer, echados ya los dados, fue milagrosamente dado de alta y anunció que daría a conocer su posición al país, casualmente, después de la exhortación de Bush al mundo.

EE.UU., Inglaterra y España esgrimieron ayer que la imposibilidad de llegar a un consenso dentro del Consejo los había persuadido de retirar la resolución que autoriza el uso de la fuerza. Y sin mencionar a Francia, aludieron además que no tenía objeto hacerlo si los galos iban a vetar igual la vía militar.

Pero probablemente también influyó en retirar la resolución, el que Chile anunciara su no el jueves pasado, porque podía envalentonar a México y otros indecisos.

¿Qué ganó Chile?


El Gobierno mantiene su postura, que basa en principios (la paz y la negociación diplomática) y no en intereses (el TLC).

Pero ha surgido un relativo consenso acerca de que el país pagará las consecuencias de haberse pronunciado en contra de EE.UU. en forma inoportuna, como señaló el senador UDI Sergio Fernández.

Pero la decisión del Presidente de fijar la posición de Chile antes de estar obligado a hacerlo en el Consejo no fue casual. Los partidos lo condujeron a dar este paso. En medio de la crisis Inverlink-Corfo, todos los presidentes de partidos fueron citados en La Moneda el pasado jueves. La reacción del Ejecutivo - de establecer que no sería Corfo las que asumiera las pérdidas por los papeles robados- ya había precipitado una corrida de los fondos mutuos que alcanzó a los 500 millones de dólares.

La intención del Ejecutivo habría sido testear a los partidos respecto a la posición que pensaba sostener Chile en el Consejo, de abstenerse. La sorpresa fue encontrar que había un apoyo unánime y transversal a no respaldar la guerra contra Irak. Y más aún, de Pablo Longueira a Gladys Marín alegaron porque Chile no se jugara por la abstención, sino que votara en contra, una postura más digna y más definida.

Los presidentes de los conglomerados no abandonaron el palacio seguros de cuál sería la decisión del Gobierno. Éste la tomó inmediatamente después, junto a la Canciller Soledad Alvear. Se optó porque Chile se jugara en contra, como fue la postura en que se vio más cercano a nuestro embajador en la ONU, Juan Gabriel Valdés. Eso, en contraste con la Alvear, que influida por DC como los senadores Alejandro Foxley y Edgardo Boeninger, habría defendido una posición menos antagónica frente a las posibles represalias económicas de nuestro principal socio comercial.

Pero el apoyo político interno terminó de convencer al Presidente de darle un portazo a Bush. Estaban ya los otros antecedentes que aconsejaban en la misma dirección: uno, el complejo panorama interno, donde el principal cuestionado por el manejo de la crisis Corfo-Inverlink era el propio Presidente, y dos, las encuestas oficiales que arrojan que la gran mayoría del país está en contra de la guerra. Es lo mismo que recogió otro sondeo de la Universidad Mayor, que arrojó que nada menos que el 98% de los chilenos rechaza el ataque de EE.UU. a Irak.

La decisión del NO le tocó precisarla a la prensa a la propia Canciller el jueves pasado. Y contradictoriamente con esa postura, al día siguiente Chile hizo una propuesta alternativa, que fue desechada por el portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer, de una plumada, calificándola de inaceptable y sin futuro. Ponía una serie de condiciones a Irak, que si no se cumplían en tres semanas, haría que la ONU autorizara el uso de la fuerza.

Balance final

Pero a pesar de la airada reacción de la Casa Blanca, el balance interno fue positivo. Las aguas en contra del Presidente - por amenazar la confianza en el mercado de capitales- amainaron y partidos, como el Socialista, celebraron la definición abierta de Chile en contra de los intereses del Tío Sam.

Por eso, en la reunión de varias horas del comité político en la residencia del Presidente el domingo, se optó por perseverar, a pesar del ultimátum de 24 horas que Bush, José María Aznar y Tony Blair dieron en las islas Azores a la diplomacia del Consejo para desarmar a Irak.

Y no obstante que es un secreto que comenta a voces la prensa norteamericana, que habrá represalias económicas para quienes demostraron no ser amigos de Washington en el asunto primordial para sus intereses: Irak.

Aunque ni en la Casa Blanca ni en el Congreso se acepta vincular una cosa con la otra, es lo que se infiere - señala la prensa- de la carta del presidente de la comisión de relaciones internacionales de la Cámara de Representantes, Henry Hyde, al Presidente chileno, donde vincula su interés de respaldar el TLC, por un lado, con el de apoyar fuerte y en forma inequívoca la votación en contra de Hussein.

El representante de Comercio, Robert Zoelleck, también advirtió a los chilenos que sería una ingenuidad considerar que oponerse a la Casa Blanca no tendrá costos. Pero La Moneda valora otros hechos. El 28 de febrero la propia oficina de Zoelleck informó al Congreso que 30 consultoras dieron una opinión favorable al TLC con Chile y sólo se opuso un comité laboral, integrado entre otros, por la fuerte CIOLS. Y ese mismo día se envió también para su ratificación el acuerdo con Chile y el con Singapur.
Dudan de que Chile pueda ser discriminado abiertamente, aunque, admiten, puede haber dilaciones...

También creen que Washinton no tomará represalias en contra de su principal aliado en la región. Pero lo principal, Chile no está actuando solo, sino que lo hace con gigantes, como Francia. Y por principios - se señala en palacio- , que reconoce la prensa extranjera, como El País. En un editorial del sábado, agujeó a José María Aznar y destacó, en cambio, la digna posición del Presidente Lagos, que ha resistido las presiones norteamercanas y presentado un plan de compromiso (el rechazado).

También está sobre la mesa el argumento de que Frei Montalva se opuso en 1964 a la invasión de República Dominicana por parte de EE.UU., actitud inicialmente muy criticada, pero, al final, valorada.

Y, finaliza una fuente en palacio: El Presidente en este episodio quiere también mantener su credibilidad, que no actúa en base a las conveniencias económicas, sino a los principios de largo plazo.

Los costos de decir no

Sin piedad, el destacado economista de la UCLA, Sebastián Edwards, pondera el daño de que Santiago se le atravesara a Washington:  Chile hoy día no es un país amigo de EE.UU. porque no lo ha apoyado. Y así no puede pretender tener las mismas relaciones que un país amigo.

Y añade: Chile, en todos los diarios del mundo está en este momento en un grupo con Angola, Guinea, Camerún y Siria. Nótese, en este grupo no está México. El Gobierno chileno ha logrado poner al país en el grupo de Guinea, donde la electricidad funciona dos horas al día, día por medio.

El primer gran costo a pagar, coinciden los expertos, podría ser el TLC, aún no ratificado por el Congreso norteamericano. Hay antecedentes de que senadores demócratas que se oponen a la guerra y a George Bush, igual votarán en contra del acuerdo comercial, viendo a Chile como a un traidor y un enemigo estratégico.

Yo diría que ya perdimos el TLC con EE.UU. porque no vamos a tener los votos suficientes para que se apruebe en el Congreso norteamericano, afirma la senadora UDI Evelyn Matthei.

El senador PS Carlos Ominami también duda de que el voto de Chile y la ratificación del TLC no estén vinculados. Y precisa: Con lo malo que sería para Chile una eventual postergación del TLC, creo que es algo transitorio y reparable; mientras que salirse de una posición de principios, creo que causaría daños que son permanentes y muy difíciles de reparar.

Según Daniel Prieto, consultor en asuntos internacionales y estratégicos, además de perder el TLC, el riesgo país va a aumentar y por eso va a subir la tasa de interés de los créditos a Chile y las dificultades para colocar nuevos bonos soberanos chilenos en EE.UU..

Añade que grupos privados ya están planteando que van a boicotear la importación de vino, salmón y fruta chilena. Y que nos va a vender los aviones F 16, porque le conviene controlarnos de esa forma, pero nos pondrá todo tipo de restricciones para el uso de armas avanzadas, porque no va a estar interesado en beneficiar estratégicamente a Chile.

Y nada ocurrió de lo que pronosticó la prensa de derecha. Todo lo contrario, hoy Bush define al ex Presidente como un hombre distinguido, culto y un líder efectivo.


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