En el "Plan de Acción de Seúl", incluido en ese comunicado, el G-20 señaló que se moverá "hacia un sistema de tasas de cambio más determinado por el mercado", y sus países se "abstendrán de devaluaciones competitivas de monedas".
"Las economías avanzadas, incluyendo aquellas con monedas de reserva, permanecerán vigilantes a la volatilidad excesiva y movimientos desordenados de las tasas de cambio. Estas acciones ayudarán a mitigar el riesgo de excesiva volatilidad en los flujos de capital que enfrentan algunos países emergentes", señaló el texto.
Por otro lado, los países ricos y emergentes acordaron retrasar hasta el 2011 los desequilibrios externos y someter sus políticas nacionales al examen del Fondo Monetario Internacional (FMI) para comprobar si se ajustan al objetivo conjunto de reducir dichos desequilibrios.
Los ministros de economía y gobernadores de bancos centrales han quedado a cargo de este “bulto” para que decidan las "guías indicativas" para evaluar si esas políticas nacionales son las correctas.
Según el comunicado final de la cumbre, los ministros de Finanzas y gobernadores de los bancos centrales debatirán esos indicadores en la primera mitad de 2011, antes de la sexta cita del G-20, que se celebrará en Francia.
Presidencia de Francia
Para la presidencia francesa del G-20, que se inicia hoy mismo, se dejan también otros dos asuntos conflictivos: desarrollar un mecanismo de control que permita comprobar si cada país avanza o no en los múltiples objetivos planteados en las cumbres; y revisar el sistema monetario internacional, anclado ahora al dólar como moneda básica de reserva, para "asegurar la estabilidad de la economía mundial", una vez que las tensiones y vulnerabilidades del sistema "han quedado claramente patentes".
Sarkozy indicó que mantendrá un encuentro con el presidente de EE UU, Barack Obama, a finales de este año o principios del próximo para discutir la ambiciosa agenda francesa para impulsar las reformas del sistema monetario global.
Concretamente, en Seúl se ha alcanzado un compromiso mínimo respecto a la vigilancia mediante "guías indicativas" de los riesgos derivados de los desequilibrios comerciales.
"No hemos alcanzado ningún acuerdo sobre los criterios, pero sí acordamos que los habrá y debemos definirlos bajo la presidencia francesa, preferiblemente antes del verano", dijo Sarkozy.
"Respecto a la reforma del sistema monetario internacional, el G-20 indica por primera vez que su objetivo es crear un sistema monetario internacional más estable y resistente. Se ha pedido al FMI que trabaje sobre esta cuestión y se ha encomendado a la presidencia francesa que cumpla este objetivo", añadió.
Analistas dijeron que Sarkozy espera que la presidencia francesa del G-20 le sirva como rampa de lanzamiento de cara a las elecciones presidenciales en Francia del 2012.
Presidente Obama
Por su parte, el primer ministro británico, David Cameron, recordó que "siempre" ha dicho que la cumbre "no iba a ser heroica" pero admitió que en Seúl se ha hecho "un progreso positivo y seguro".
También se mostró optimista el primer ministro japonés, Naoto Kan, que destacó que "el punto álgido de la crisis financiera ha pasado" y opinó el G-20 debe "desempeñar su papel en una nueva fase y colaborar en el proceso de recuperación".
Para el primer ministro canadiense, Stephen Harper, "la credibilidad del G-20 no depende de demostrar resultados". "No podemos superar esto con políticas de 'beggar-thy-neighbour' (empobrecer al país vecino), sino que tenemos que seguir coordinando nuestras acciones para avanzar. La recuperación es frágil", subrayó Harper.
Respecto al tema del yuan, Obama afirmó que está "devaluado" y que China gasta una enorme cantidad de dinero en "intervenir en el mercado para mantenerlo devaluado". "Es importante que China, de manera gradual, haga una transición hacia un sistema de divisas basado en el mercado", añadió. A esto, Cameron acotó que "se están haciendo progresos en la cuestión de los desequilibrios". "Lentamente, China está adoptando la postura de incrementar el consumo interno, reequilibrando así su economía", agregó.
La presidenta argentina
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner hizo un llamado de unidad a sus pares del Grupo de los 20 (G-20), al tiempo que volvió a remarcar la necesidad de llevar a la práctica políticas contra los paraísos fiscales y fijar mayores controles al flujo de capitales especulativos.
Según fuentes oficiales, la mandataria exhortó a sus pares a trabajar de manera conjunta para que no "afloren tensiones coyunturales", informó el diario Clarín de Buenos Aires.
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