HISTORIA POLÍTICA-KRADIARIO
LAS GUERRAS RELIGIOSAS Y LA CRISIS ACTUAL EN EL MUNDO
Por Martín Poblete
Por Martín Poblete
En Occidente, la Paz de Westphalia en 1648 puso fin a mas de
un siglo de guerras religiosas o conflictos en cuya racionalidad la religión
era parte importante, iniciadas a
consecuencia de la Reforma. Cambiantes
alianzas y lealtades, intrigas, los crueles abusos y excesos de las tropas
mercenarias y sus líderes los "condottieri", sacudieron a la
Cristiandad europea.
.
Desde entonces han
pasado largo mas de tres siglos marcados por el impulso hacia la tolerancia
religiosa, la coexistencia en mutuo respeto de varias confesiones cristianas en
el territorio de un mismo país, la participación activa de las iglesias
cristianas en educación especialmente la Iglesia Católica, el carácter laico
del Estado, el fin de las iglesias oficiales, la separación de la Iglesia
respecto del Estado, la participación de la Iglesia en el debate político y
social, el reconocimiento del Estado y sus instituciones al legítimo derecho de
la Iglesia a ocupar un espacio en la plaza pública.
En la perspectiva Católica, el Concilio Vaticano II
inaugurado el 11/10/1962 por el Papa Juan XXIII, marca el fin del ciclo de la Iglesia de la Contra Reforma, y lanza
la idea de una Nueva Cristiandad
recogida por el Gran Papa Juan Pablo II en la Nueva Evangelización, avanzada
por los Papas Benedicto XVI y Francisco, este último en su encíclica Gaudeum
Fidei. En curso paralelo, el Concilio
creó las condiciones para un creciente comunicarse y entenderse con las otras
Iglesias cristianas y con el judaísmo.
Sin embargo, el Islam siguió muy distante de las Jerarquías católicas
occidentales; algún contacto hubo en los
territorios bajo dominio del Imperio Turco Otomano a través de las iglesias
católicas del Rito Oriental, pero fueron contactos esporádicos sin sentido de
continuidad, manteniéndose la misma línea en los países árabes islámicos
creados por las potencias coloniales europeas en el marco del Acuerdo
Sykes-Picot. El Papa Benedicto XVI
intentó una aproximación con su formidable discurso en la Universidad Católica
de Regensburg en noviembre de 2006, pero
fue mal entendido en el mundo musulmán.
.
Al iniciarse la radicalización del Islam a partir del
alzamiento de El Mahdi en el Sudan bajo dominio británico en el último tercio
del Siglo XIX, Occidente no lo entendió,
tampoco advirtió los rasgos de creciente
fanatismo en las confrontaciones de grupos musulmanes militantes con los
regímenes seculares posteriores al derrocamiento de la monarquía en Egipto, en
su mayoría regímenes militares dictatoriales siguiendo el liderazgo de Jammal
abd-il Nassir. En otro desarrollo, la
secta Wahabí de la rama Suni del Islam fue declarada iglesia oficial del Reino
de Arabia Saudita, creándose las condiciones para la posterior confrontación
geopolítica de intensos tintes religiosos con la República Islámica de
Iran, fundada después del derrocamiento
de la monarquía del Shah por un movimiento revolucionario religioso Shía
encabezado por el Ayatolah Jomeini.
Tal vez la distancia en tiempo histórico respecto de nuestra
propia experiencia con el fanatismo religioso usado en forma de razón de
Estado, impidió a los líderes occidentales comprender el carácter profundamente
reaccionario y retardatario del brote de fanatismo extremo representado por
Estado Islámico en Medio Oriente y por Boko Haram en Nigeria y otros países de
África Occidental, agudizando la intolerancia con otras religiones y culturas
así como con otras ramas de la religión islámica. Las guerras civiles en Siria y Libia han
facilitado las operaciones de los grupos mas extremos, precipitando una
situación de guerra civil de religión en el Islam, en un arco de violencia
sanguinaria y destrucción demencial a ojos occidentales, desde Nigeria hasta
Irak con potencial de extenderse a otras
regiones y continentes.
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