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martes, 10 de marzo de 2015

HISTORIA POLÍTICA-KRADIARIO

LAS GUERRAS RELIGIOSAS Y LA CRISIS ACTUAL EN EL MUNDO
Por Martín Poblete

De leer los medios occidentales académicos y noticiosos, se advierte un gradual aumento de atención a los temas religiosos y a la idea misma de guerra de religión, especialmente frente a la violencia intra islámica en el Medio Oriente con potencial de extenderse a todo el Islam.

En Occidente, la Paz de Westphalia en 1648 puso fin a mas de un siglo de guerras religiosas o conflictos en cuya racionalidad la religión era parte importante, iniciadas a  consecuencia de la Reforma.   Cambiantes alianzas y lealtades, intrigas, los crueles abusos y excesos de las tropas mercenarias y sus líderes los "condottieri", sacudieron a la Cristiandad europea. 
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Desde entonces han pasado largo mas de tres siglos marcados por el impulso hacia la tolerancia religiosa, la coexistencia en mutuo respeto de varias confesiones cristianas en el territorio de un mismo país, la participación activa de las iglesias cristianas en educación especialmente la Iglesia Católica, el carácter laico del Estado, el fin de las iglesias oficiales, la separación de la Iglesia respecto del Estado, la participación de la Iglesia en el debate político y social, el reconocimiento del Estado y sus instituciones al legítimo derecho de la Iglesia a ocupar un espacio en la plaza pública.

En la perspectiva Católica, el Concilio Vaticano II inaugurado el 11/10/1962 por el Papa Juan XXIII,  marca el fin del ciclo  de la Iglesia de la Contra Reforma, y lanza la idea  de una Nueva Cristiandad recogida por el Gran Papa Juan Pablo II en la Nueva Evangelización, avanzada por los Papas Benedicto XVI y Francisco, este último en su encíclica Gaudeum Fidei.  En curso paralelo, el Concilio creó las condiciones para un creciente comunicarse y entenderse con las otras Iglesias cristianas y con el judaísmo.   Sin embargo, el Islam siguió muy distante de las Jerarquías católicas occidentales;  algún contacto hubo en los territorios bajo dominio del Imperio Turco Otomano a través de las iglesias católicas del Rito Oriental, pero fueron contactos esporádicos sin sentido de continuidad, manteniéndose la misma línea en los países árabes islámicos creados por las potencias coloniales europeas en el marco del Acuerdo Sykes-Picot.    El Papa Benedicto XVI intentó una aproximación con su formidable discurso en la Universidad Católica de Regensburg en noviembre de 2006,  pero fue mal entendido en el mundo musulmán.
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Al iniciarse la radicalización del Islam a partir del alzamiento de El Mahdi en el Sudan bajo dominio británico en el último tercio del Siglo XIX,  Occidente no lo entendió, tampoco advirtió los rasgos de creciente  fanatismo en las confrontaciones de grupos musulmanes militantes con los regímenes seculares posteriores al derrocamiento de la monarquía en Egipto, en su mayoría regímenes militares dictatoriales siguiendo el liderazgo de Jammal abd-il Nassir.   En otro desarrollo, la secta Wahabí de la rama Suni del Islam fue declarada iglesia oficial del Reino de Arabia Saudita, creándose las condiciones para la posterior confrontación geopolítica de intensos tintes religiosos con la República Islámica de Iran,  fundada después del derrocamiento de la monarquía del Shah por un movimiento revolucionario religioso Shía encabezado por el Ayatolah Jomeini.

Tal vez la distancia en tiempo histórico respecto de nuestra propia experiencia con el fanatismo religioso usado en forma de razón de Estado, impidió a los líderes occidentales comprender el carácter profundamente reaccionario y retardatario del brote de fanatismo extremo representado por Estado Islámico en Medio Oriente y por Boko Haram en Nigeria y otros países de África Occidental, agudizando la intolerancia con otras religiones y culturas así como con otras ramas de la religión islámica.   Las guerras civiles en Siria y Libia han facilitado las operaciones de los grupos mas extremos, precipitando una situación de guerra civil de religión en el Islam, en un arco de violencia sanguinaria y destrucción demencial a ojos occidentales, desde Nigeria hasta Irak  con potencial de extenderse a otras regiones y continentes. 

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