El campamento temporal del Ejército de Nicaragua está situado a 300 metros al norte del hito 1, que delimita la frontera con Costa Rica.
Por Amalia Morales
La esquina del conflicto entre Nicaragua y Costa Rica, por el lado del Caribe, es un paradisiaco complejo de agua que incluye mar, laguna y río. Lo primero que se descubre es Punta de Castilla, una barra de arena que separa al mar de la laguna de Harbord Head (o de Los Portillos), y que es el muelle natural donde se asolean garzas blancas y huidizos lagartos de hasta cinco metros que los lugareños llaman "los juanchos".
Por el lado de adentro de la barra, frente a la laguna de Harbord Head está el mojón, una especie de obelisco de concreto de casi dos metros que se descubre en medio de una palizada de cocos. Ese mojón, lo mismo que el hito 1 que está a unos 300 metros dentro del mar, fueron colocados décadas atrás y son la confirmación de la línea divisoria, que según los tratados y laudos Cleveland trazados hace siglo y medio, continua por la laguna de Harbor Head hasta el primer caño a la izquierda.
Patos aguja sobrevuelan por la laguna, lagartos anchos que van dejando su estala submarina sobre el agua azul de Harbor Head.
La base provisional del Ejército de Nicaragua está a 300 al norte del obelisco, sobre la barra de arena que se extiende a lo largo de unos dos kilómetros y que empalma con el desague al mar del río San Juan. Esa barra es también un área de desove y circulación de tortugas.
Ahí permanece izada la bandera azul y blanco del país. La laguna de Harbord Head, es un cuerpo de agua virgen, rodeada de árboles al que llegan algunos pescadores de San Juan de Nicaragua.
Draga Soberanía sigue su trabajo sobre el Río San Juan
Por el borde sur de la laguna, al lado tico, asoma una palizada de cocos y unos ranchos que en estos días están deshabitados. Siguiendo ese borde de la laguna se llega al primer caño a la izquierda del que hablan los laudos Cleveland, escritos por el ingeniero Alexander, hace siglo y medio, y que sirvieron para definir la frontera entre los dos países.
En ese punto se alza otra bandera azul y blanco. En otros tiempos, se supone que ese caño iba a dar directamente al río San Juan, y entonces a partir de ahí, hasta varias millas antes de El Castillo, la margen derecha del San Juan, en su estado navegable, marca la frontera. Sin embargo, la sedimentación constante a lo largo de décadas habría tapado buena parte del caño que ahora con la draga se preve recuperar para restablecer la real línea divisoria.
En la entrada del caño hay árboles tumbados, lo mismo que en la salida. Se estima que unos 800 metros serán limpiados para restaurar ese caño, de acuerdo a lo que ha dicho Edén Pastora, responsable del proyecto de dragado.
El cordón de árboles tumbados, hasta ahora, comprende un área de poco más de cincuenta metros. Eso, es lo que Costa Rica ha denunciado como daños ambientales a su territorio.
Mientras, del lado nicaragüense, el estudio de impacto ambiental que habría aprobado el Marena (Ministerio de Recursos Naturales) que habría estudiado la afectación, ha dicho que los efectos son mínimos, que lo clave es recuperar el caño. Sin embargo, en ese punto, que está rodeado de un área pantanosa las obras se han frenado debido al conflicto con Costa Rica, por el que Nicaragua podría ir nuevamente a La Haya. Ayer, la máquina estaba dragando en otra parte del delta.
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