Por considerar que es culpable de abuso de un número indeterminado de menores y que cometió “abuso de ministerio”, la Congregación para la Doctrina de la Fe del Vaticano condenó al sacerdote chileno Fernando Karadima a “una vida de oración y penitencia” en reparación a las víctimas de sus abusos. No podrá tener contacto con los feligreses de la iglesia El Bosque, los miembros de la Unión Sacerdotal o con quienes haya dirigido espiritualmente. Karadima se encuentra recluido en un convento en Santiago de Chile.
La defensa de los denunciantes del sacerdote evalúa pedir un ministro en visita ante la gravedad de los antecedentes de la iglesia, que recibió denuncias de abusos de menores de edad. El fallo eclesiástico le pone presión a la Corte de Apelaciones, que la próxima semana debe decidir si ordena la reapertura de la causa penal.
El 16 de enero pasado, sólo un día después de asumir en la Arquidiócesis de Santiago, monseñor Ricardo Ezzati recibió desde el Vaticano la resolución de la Congregación para la Doctrina de la Fe respecto al escándalo que remeció a la iglesia chilena durante el 2010: el sacerdote Fernando Karadima era condenado por “abuso de menores en contra de más víctimas” y “abuso de ministerio”. Un día más tarde, Ezzati notificó al ex párroco de El Bosque de la sanción penal administrativa en su contra y comenzó las gestiones para reunirse con las víctimas de sus abusos.
La resolución permaneció más de un mes en secreto hasta que hoy viernes el arzobispo citó a una conferencia de prensa, donde detalló los resultados de la investigación hecha por el Vaticano. Ante los nuevos antecedentes, los acusadores de Karadima estudian solicitar un ministro en visita dada la relevancia que ha asumido el caso y las innumerables diligencias que quedaron pendientes en la investigación que interrumpió a fines del año pasado el juez Leonardo Valdivieso. Así lo confirmó a CIPER el abogado Juan Pablo Hermosilla, quien señaló que para sus defendidos el fallo eclesiástico “produjo la sensación de que se abre una ventana y que entra aire fresco”.
“Estamos muy contentos de que se haya actuado con energía y claridad, pues esa es la forma de que estas situaciones no vuelvan a ocurrir. Lo peor que podía pasar es que las víctimas sientan que el costo que han pagado al hacer pública su situación no sirviera de nada. Este fallo hace sentir a la gente que ha sido abusada que vale la pena hablar porque va a ser escuchada”, añadió Hermosilla.
Al abogado le parece que hay un punto en el fallo del Vaticano que puede tener fuertes consecuencias para la investigación de la justicia penal chilena, donde el caso contra Karadima fue cerrado sin procesados. Esto porque la justicia chilena sólo conoció el testimonio de un denunciante que dijo haber sido abusado por Karadima siendo menor de edad: el abogado Fernando Batlle. Sin embargo, en el texto leído por Ezatti se dice que Karadima es declarado culpable del delito “de abuso de menor en contra de más víctimas”, agregó Ciper.
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