Por: Héctor Villagrán Lara
El Nuevo Empresario de Ecuador
Dentro del dominó de gobiernos fósiles árabes que hace poco más un mes se inició en África del Norte: Tunez, Egipto, Libia, Argelia y Marruecos; en Yemén, suroeste de la península arábiga, y en el micro Estado insular de Bahréin, en el Golfo Pérsico, la humanidad conoce, con gran dolor, rabia e impotencia la criminal represión de Muammar Gadafi, contra el pueblo de Libia, que en tumultuosas manifestaciones en plazas públicas de las más importantes ciudades, especialmente de las próximas al Mediterráneo: Bengazi, Tobruk y otras, exige el inmediato término del intolerable gobierno, de más de cuatro décadas, del opresor genocida. Al momentoTrípoli su guarida, está por caer
Esas ciudades, entre otras del norte de África, fueron, durante la segunda guerra mundial, escenarios de ardorosos combates de los países aliados contra los agresores del Eje, liderados por Hítler, que causó el holocausto de más de seis millones de judios. En la costa sur del “Mare Nostrum”, en el desierto del Sahara, se libró la gran batalla sostenida al final de la guerra entre el célebre “Zorro del desierto” Rommel, y Montgomery, mariscales teutón e inglés, en la que éste triunfó, después de que los aliados cortaron los esencia les abastecimientos de alimentos y armas germanos que llegaban por la “Magna Grecia”.
Gadafi se hizo sospechoso en 1998 de la muerte de 270 pasajeros, estadounidenses en su mayoría, de un avión de Pan Am, que explotó en vuelo sobre la ciudad escocesa de Lockerbie, atentado del que fueron acusados dos libios, por él protegidos. Su ex ministro de Justicia, Yalil, -que renunció en protesta por la actual criminal represión- acusa a Gadafi de haberlo ordenado, de lo que tiene pruebas, por lo que el líder libio debe ser enjuiciado por la Corte Penal Internacional y apresado sin dilación. Sobre esta horrible masacre aérea editorialicé entonces, condenándola, en Diario El Universo de Guayaquil.
Durante todo su gobierno Gadafi practicó terrorismo de Estado contra sus opositores: torturas, apresamientos, desapariciones y asesinatos que tuvieron que ver con EE UU, por lo que el Presidente Ronald Reagan lo llamó “perro rabioso” y en 1996 bombardeó Trípoli y Bengazi, en el que murió una hija de Gadafi, que desde entonces se sometió a la gran Potencia.
“El temido, teme”, -como todo opresor- sobre todo por lo antedicho y con la experiencia de asesinatos de líderes, como la de El Sadat, –al que sucedió Mubarack- por un miembro de su escogida guardia personal, Gadafi toma extremas precauciones por su seguridad personal, rodeándose especialmente de muy entrenadas leales mujeres guerreras.
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