Brasil se perfila para ser, dentro de una década, uno de los proveedores de petróleo más importantes de EE.UU., en un escenario actual con las revueltas en el mundo árabe y la desconfianza de Washington hacia Venezuela, publica hoy el diario Clarín de Buenos Aires.
El canciller brasileño, Antonio Patriota, afirmó que Estados Unidos anunció su intención de convertir a Brasil en algunos años en uno de sus principales proveedores de petróleo. Esto significaría un duro golpe para el régimen de Hugo Chávez de Venezuela a largo plazo, país que hasta ahora abastece en buena parte de crudo a EE UU comentaron hoy algunos analistas en Chile y otros países latinoamericanos. Sin embargo, este suministro podría sustituír al venezolano recién en un mediano plazo, se agregó.
“Los estadounidenses manifestaron interés en importar petróleo de Brasil en el futuro y mencionaron que podemos convertirnos en un importante proveedor a raíz de las reservas submarinas”, dijo el canciller brasileño, Antonio Patriota.
Patriota discutió la cuestión con el asesor del Consejo de Seguridad Nacional norteamericano, Michael Froman, durante la gira de dos días realizada a Washington para preparar la visita que el presidente Barack Obama realizará el 19 y 20 de marzo a Brasil.
Para analistas consultados, Brasil es visto por Estados Unidos como un aliado con estabilidad democrática y con peso regional y global que garantizará el flujo energético cuando se convierta, con la extracción del crudo submarino de la Cuenca de Santos, en un ‘top-ten’ de productores de petróleo.
“Hoy por hoy Brasil es confiable para Estados Unidos. Venezuela no lo es. Brasil es el país más importante de la región sudamericana, en términos económicos y políticos”, dijo a la agencia de noticias ANSA la experta en geopolítica Cristina Pecequilo, profesora de la Universidad Federal de Sao Paulo (Unifesp).
Las rebeliones en los países del mundo árabe que son una suerte de bomba de gasolina de Estados Unidos y Europa, según Pecequilo, abre un importante capítulo para Brasil, que deberá esperar una década para producir a niveles de ser uno de los actores importantes de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
“Es importante porque en estrategia Brasil es visto como una alternativa a Medio Oriente, siempre con controversias. Hay un rediseño geopolítico en los países árabes al margen del interés norteamericano. Estados Unidos tuvo un error de cálculo político y la válvula de escape a futuro sería Brasil”, opinó la especialista en Relaciones Internacionales.
Las reservas brasileñas en la Cuenca de Santos, ubicada a unos 6 kilómetros de profundidad, en la capa geológica pre-sal, están estimadas entre 50 mil millones y 60 mil millones de barriles.
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