El Presidente egipcio Hosni Mubarak parece que no tiene bien claro el verdadero caos que reina en su país porque hoy comenzó a realizar diversas maniobras políticas para retomar la iniciativa y controlar nuevamente la situación en Egipto. Hoy se mostró junto a los ministros responsables de la economía, al tiempo que anunció que el lunes reabrirán los bancos. Sin embargo, los manifestantes opositores muy cansados y frustrados por lo que está sucediendo, volvieron a la Plaza Tahrir (de la Liberación) en El Cairo para exigir la dimisión inmediata del mandatario.
La situación es muy confusa y los opositores lloran a las víctimas de trece días de revueltas y manifestaciones. Soldados del Ejército mantienen separados a los seguidores y detractores del régimen, con el objetivo de evitar nuevos enfrentamientos, lográndose con la medida que la zona céntrica cairota, donde se encuentra la plaza, reine una tensa calma.
En la presente jornada, Mubarak se reunió con el nuevo ministro de Economía, Samir Radwan, y el titular del Banco Central egipcio, Faruq al Oqda. También participaron en el encuentro los responsables de las carteras de Petróleo, Comercio y Seguridad Social. Con esta movida, los analistas estiman que Mubarak busca mostrar que no sólo es el hombre fuerte del poder en forma nominal sino también real.
Los bancos pasarán a resolver desde el lunes la falta de dinero efectivo que está afectando a una buena parte de los ciudadanos, ya que sólo están disponibles unos pocos cajeros automáticos. Las autoridades temen una avalancha de clientes tras la reapertura y prevén la puesta en marcha de un tope para los retiros de dinero. Varios restoranes y bares volvieron a abrir sus puertas tras varios días de permenecer cerrados, lo que, además, ha originado grandes pérdidas a los comercios establecidos.
Mientras tanto, siguen las fuertes presiones de parte de Estados Unidos y Europa para que Mubarak deje la presidencia- miles de opositores volvieron a concentrarse en la céntrica plaza Tahrir de El Cairo.
Renuncia cúpula del partido de Mubarak
La agencias noticiosas informaron que la conducción del partido gobernante egipcio, Partido Nacional Democrático (PND), había renunciado en pleno hoy sábado.
El PND fue fundado en julio de 1978 por el difunto presidente egipcio Anwar el Sadat como partido de gobierno en un sistema parcialmente plural. Tras el asesinato de Sadat en 1981, Hosni Mubarak asumió la presidencia del país y del partido. Desde su creación, el PDN siempre ha controlado, como mínimo, tres cuartas partes del Parlamento.
La formación sólo tiene una vaga orientación ideológica, en la que aparecen referencias retóricas a la justicia social y a las reformas del mercado. En los 30 años de gobierno de Mubarak, sobre el partido se han extendido opacas redes de intereses económicos. Empresarios favorecidos por el gobierno, y a menudo también corruptos, han empleado el PND como vehículo para lograr sus objetivos económicos.
El PND tiene poco que ver con la democracia. El comité interno para partidos políticos, dirigido por el propio Mubarak, es el que decide sobre la legalidad de otros partidos. En los 20 años de existencia de este comité, tan sólo se legalizaron dos pequeños partidos opositores. Otras diez formaciones consiguieron la legalidad a través de los tribunales, pero ninguno de los grandes grupos -como los Hermanos Musulmanes- está entre ellos, informó La Vanguardia de Barcelona.
El partido gubernamental aglutina, junto a empresarios y mercenarios, también a funcionarios y trabajadores relacionados con los cuerpos de seguridad del Estado. Y a pesar de su caracter antidemocrático ha formado parte desde 1989 de la Internacional Socialista, de donde fue expulsado el pasado lunes.
"El uso de la fuerza, con un gran número de muertos y heridos es absolutamente incompatible con los principios y la política de cualquier partido socialdemócrata en cualquier lugar del mundo", argumentó el secretario general de la Internacional Socialista, Luis Ayala, al justificar la expulsión del PDN.
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