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jueves, 11 de noviembre de 2010

Escasas posibilidades de un acuerdo se ven en el G-20 en Seúl - Lula habló con energía y advirtió sobre bancarrota mundial

El Grupo de los 20, que reúne a las mayores economías desarrolladas y emergentes, en Seúl trabajaba hoy intensamente en su hoja de ruta orientada a lograr un alivio mundial frente a las tensiones originadas por los tipos de cambio generadas por desequilibrios entre los países exportadores ricos y los endeudados importadores.

Lo que se busca es un acuerdo que pueda poner nuevamente en movimiento a la economía global. Sin embargo, en medio de este debate volvía a surgir el fantasma de siempre, esta vez Irlanda que teme no poder pagar sus deudas por los coletazos que está recibiendo de la crisis financiera mundial.

Todos esperan que en esta cumbre, que termina mañana, se recupere el sentido de unidad alcanzado en plena crisis económica global hace dos años.

El Presidente de EE UU, Barack Obama, mostró confianza de que los líderes mundiales encontrarían una fórmula que apunte a un crecimiento económico global más sostenido y balanceado. Mientras tanto, el primer ministro de Canadá, Stephen Harper, insistió en que "la persistencia de estos desequilibrios es un problema de largo plazo y estas cosas tienen que ser abordadas ya".

"El problema real es cómo coordinar nuestras políticas. No creo que se deba pedir demasiado, ya que este tipo de coordinación nunca se ha intentado en el pasado", dijo el principal negociador indio en el G-20, Montek Singh Ahluwalia.

¿Bancarrota? - Lula

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, advirtió que la economía mundial entrará en bancarrota si los países más desarrollados no fomentan el consumo interno y sólo incrementan las exportaciones.

Lula da Silva llamó a las naciones industrializadas y emergentes a adoptar acciones coordinadas para evitar que el mundo se encamine al proteccionismo comercial.

“Si ellos (países ricos) no consumen y quieren apostar sólo en las exportaciones para salir de la crisis, el mundo va a la quiebra... todo el mundo quiere ganar más con más exportaciones, y no es posible apostar sólo en eso”, dijo en conferencia de prensa.

“Si todo el mundo vende, ¿quién va a comprar?, se preguntó el mandatario brasileño, quien recordó que el comercio mundial depende directamente del consumo en las naciones industrializadas.

Roces entre Europa y EE UU

Antes, la canciller alemana, Angela Merkel, advirtió a Estados Unidos sobre los riesgos que implica su política monetaria para la economía mundial, en otra señal de distanciamiento entre las dos potencias. A la líder democristiana le preocupa la compra de bonos soberanos anunciada la semana pasada por la Reserva Federal (Fed) estadounidense.

“Nadie puede tener interés en crear nuevas burbujas, sino que todos tienen que ver que esta vez el crecimiento sea más sostenible y duradero en la economía mundial que lo que vivimos hace años”, afirmó Merkel.

Aunque China y Brasil también criticaron la política de la Fed, muchos funcionarios estadounidenses se mostraron particularmente sorprendidos por las declaraciones del ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, y del ministro de Economía también de Alemania, Rainer Bruederle, diciendo que la compra de bonos equivalía a una “manipulación indirecta” del dólar para impulsar las exportaciones. Los comentarios surgen cuando EE UU acusa a China de seguir la misma estrategia.

“No es aceptable que los estadounidenses critiquen a China por una manipulación cambiaria y luego disimuladamente ayuden al dólar al emitir dinero en la Reserva Federal”, dijo Schäuble a la revista alemana Der Spiegel.

Estas declaracaciones muestran el distanciamiento en los temas económicos existentes entre EE UU y Europa. A su vez se aprecia un alejamiento estadounidenses de los lazos transatlánticos para enfrentar desafíos internos y acercarse al Asia.

El G-20, compuesto por países ricos y en desarrollo, se reactivó en el 2008 después de que la caída de Lehman Brothers dejó al sistema financiero mundial convertido en un desastre. Pero hoy el gran tema de preocupación es la “guerra de divisas”, como se le llama a las devaluaciones que varios países están haciendo para ser competitivos, afectando a socios comerciales.

Las posturas están tan distanciadas que hasta anoche (hora de Seúl) los negociadores de los países trabajaban a contrarreloj para consensuar el comunicado final que suscribirán hoy (hora asiática) los jefes de Estado.

Guerra de divisas perjudica a emergentes

El presidente del Banco Central (BC) brasileño, Henrique Meirelles, afirmó hoy que la política de expansión monetaria de Estados Unidos, que prevé una inyección de u$s 600.000 millones en la economía local, tendrá un efecto negativo para los demás países, sobre todo para los emergentes.

Según Meirelles, esos recursos tendrán como contrapartida una valorización de las otras monedas frente al dólar, por lo que señaló que la solución del problema pasa por un acuerdo global en torno de la cuestión cambiaria.

El presidente del BC explicó que Brasil adoptó medidas para contener la valorización del real, y citó entre ellas, la acumulación de reservas y el aumento del Impuesto sobre Operaciones Financieras (IOF).

Sobre la economía brasileña, Meirelles afirmó que el país tuvo éxito desde el punto de vista de la gestión en los últimos años, con un escenario de bajo riesgo inflacionario, con intereses y deuda pública en baja. "Al disminuir la volatilidad, tenemos más seguridad para las inversiones productivas", aseguró.

También destacó que Brasil tiene un mercado de consumo en crecimiento. “Sin embargo, todavía tenemos desafíos. Precisamos de proyectos y ejecución porque hay recursos y mercado para eso”, completó.

Argentina: Sugerencia de Cristina Kirchner

La presidenta Cristina Fernández de Kirchner sugirió ante un grupo de empresarios en Seúl que, para superar la crisis global, el mundo debe tomar como ejemplo a la Argentina.

“Las políticas de crecimiento del kirchnerismo pueden ser un ejemplo de lo que se puede aplicar a escala global partiendo del criterio de que no puede crecer un sector a costa de que se derrumbe el resto de la sociedad", dijo frente a 30 empresarios.

La mandataria rechazó además que la actual crisis global haya sido solo financiera. "Como todos sabemos –aseveró-, esconde causas mucho más profundas que deben ser abordadas con mucha seriedad y fundamentalmente con un concepto de cooperación internacional", remarcó, tras lo cual aseguró que la mayor responsabilidad debe ser de "los países desarrollados, porque el nivel de vida de sus habitantes es sustancialmente superior al de las economías en desarrollo", informó Clarin de Buenos Aires.

También advirtió que "es importante tener un correcto diagnóstico de la enfermedad porque si no se corre el riesgo de darles distintos remedios al enfermo y enfermarlo aun más". E insistió en que "la cooperación internacional con seriedad, responsabilidad y racionalidad es la clave para abordar los problemas".

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