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viernes, 8 de octubre de 2010

Mundo Global: Guerra de Afganistán cumplió nueve años y los talibanes siguen controlando la mayor parte del país


Hace exactamente nueve años, el 7 de octubre de 2001, comenzó la actual guerra de Afganistán, la última de una larga serie en toda la historia de este país asiático y, como las anteriores, la siguen ganándo quienes son oriundos de esas tierras, los muyahidines.

La invasión de la Unión Soviética (URSS), en 1978, constituye una etapa previa al surgimiento del movimiento Talibán. Esto se debe a que la mayoría de sus miembros formaron parte de la resistencia contra los rusos. Los muyahidines afganos, apoyados por EE UU, se convirtieron en las tropas de choque antisoviétícas. De este conflicto afgano-ruso, surgió una segunda generación de muyahidínes que se denominan a sí mismos, talibanes: “estudiosos del Islam”.

Ante el miedo de compartir su frontera con un grupo de Estados islámicos y con la ambición de extender su imperio, la URSS invadió Afganistán en Navidad de 1979. El resultado fue un conflicto bélico que duró 9 años e involucró a más de 100.000 hombres. Moscú pudo controlar Kabul y las principales ciudades pero nunca logró eliminar a las guerrillas que, apoyadas por Occidente, mantuvieron el control del 80% del territorio afgano.

Soviéticos querían controlar Afganistán

La invasión soviética tiene su origen dentro de Afganistán. En 1978, el Partido Demócrata del Pueblo (comunista) derrocó al régimen republicano. El presidente Mohamed Daoud Kha y su familia fueron asesinados junto con centenares de partidarios. Nur Tarahi, líder del partido comunista se hizo cargo del poder. Esto se denominó una revolución comunista en el estado musulmán de Afganistán que produjo de inmediato un aumentó de la influencia de la entonces Unión Soviética sobre este país.

Sin embargo, los extranjeros han cometido siempre un error grave que consiste en ver a los afganos como un pueblo de identidad única. Este pueblo siempre fue  gente autónoma y poco dispuesta a aceptar un manejo centralizado. Afganistán es una nación tribal con un complejo mapa étnico. Hay grandes matices que dividen étnica y lingüísticamente a Pashtún, Hazara, Tajikos, Uzbekos, etc., que conforman la población de 23 millones de afganos. Los rusos actuaron sin comprender la situación política a la que se enfrentaban.

De esta manera, se fueron acentuando las fricciones dentro del partido comunista, inspiradas por ambiciones personales y diferencias ideológicas, En este clima de luchas y tensiones internas, el 27 de diciembre de 1979, las tropas soviéticas tomaron por asalto el palacio del presidente Amin, lo asesinaron, y tras ocupar Kabul, nombraron a Kamal en su lugar.

En los años que siguieron a la ocupación rusa, Afganistán no conoció momentos de paz. En lugar de extender su poder, la URSS se involucró en una compleja e incontrolable guerra de guerrillas. Negociar con la resistencia fue imposible para Moscú. La guerrilla mantuvo, desde las montañas, el 80% del país en su poder.

Hasta 1986, EE UU, archienemigo ruso en el contexto de la Guerra Fría; permaneció expectante ante el conflicto ruso-afgano. A partir de ese momento, la más poderosa oposición al régimen soviético, fue armada por los norteamericanos vía Pakistán y con el apoyo de Arabia Saudíta.

Las luchas entre las diferentes fracciones rebeldes y contra los rusos, provocaron tres millones de refugiados. Tras varios intentos de detener una guerra que ya era incontrolable, en 1988 se firmó en Ginebra un acuerdo de no injerencia y no intervención, y Mijail Gorbachov retiró el Ejército Rojo de Afganistán.

Afganistán terminó siendo para la URSS lo que Vietnam fue para EE UU. Gran parte del colapso definitivo del régimen soviético se debió a la derrota de sus tropas en territorio musulmán. La lucha contra los soviéticos fue una yihad dirigida por jefes clánicos y ulemas, y no una yihad ideológica dirigida por islamistas.

En 1996, los talibanes toman Kabul, la victoria fue total. Ninguna fuerza afgana había llevado jamás una serie de operaciones tan rápida y compleja en una zona tan amplia.

El movimiento talibán

El movimiento talibán es una mezcla de tradición y renovación. Tradición en la manera de imponerse como representante del orden moral, apoyándose en la organización tribal y clánica del sur pashtun y en las redes de poder existentes. Renovación, porque utiliza las aspiraciones populares para consolidar su poder.

El grupo talibán tiene un doble origen. Uno, interno que data de los años posteriores al retiro de las tropas soviéticas. Otro, externo: Pakistán. Los talibanes provienen de la etnia Pashtún del sur de Afganistán.
 
La situación actual
 
Actualmente, los talibanes dicen que controlan el 75% del territorio afgano y "todas las carreteras" del país, algo que según organismos como The International Council on Security and Development, no estaría lejos de la realidad.
 
"Nueve años después (del inicio de la guerra), la resistencia contra la invasión estadounidense es tan fuerte como siempre", afirmaron ayer los talibanes, a través de un comunicado. Estados Unidos cumplió ayer el nuevo aniversario en el peor escenario: un enfrentamiento que parece no tener fin y en el que la insurgencia se ha expandido por todo el país.

Decadencia militar en los nueve años

Cuando el 7 de octubre de 2001, Washington puso en marcha su ofensiva contra los talibanes y la red Al Qaeda en Afganistán, en represalia por los ataques terroristas del 11 de septiembre, los principales líderes del planeta apoyaron dicha operación, bautizada como Libertad Duradera.

En menos de dos meses, las fuerzas aliadas lograron derrocar al gobierno talibán en Kabul y tomaron control de los principales enclaves del grupo islámico. Sin embargo, incluso ahora los aliados más cercanos de Estados Unidos expresan sus objeciones sobre una posible victoria. De hecho, 2010 se ha convertido en el año más sangriento de la guerra, con 564 fallecidos entre los aliados, 374 de los cuales son soldados estadounidenses. En 2001 apenas se registraron 12 muertos entre las fuerzas lideradas por Washington, mientras que al año siguiente hubo 70.

También, las víctimas civiles han ido subiendo. Según el sitio iCasualties, durante la primera mitad del año hubo 1.271 muertos, de los cuales 223 fallecieron por responsabilidad de los aliados y tropas afganas. En 2009, de acuerdo con este mismo sitio web, hubo 2.412 fallecidos, de los cuales 596 fueron causados por la coalición internacional.

Por otro lado, el apoyo ciudadano a la guerra se ha debilitado en Estados Unidos, mientras que el Presidente Barack Obama ordenó el año pasado el envío de 30 mil soldados adicionales con la esperanza de poder cambiar el curso de la guerra. Incluso, el mandatario demócrata puso una fecha para el inicio del retiro: julio de 2011. Pero la mayoría de los afganos, incluido el Presidente Hamid Karzai, temen que los aliados occidentales dejen Afganistán antes de que la lucha contra los talibanes haya finalizado.

Consejo de Paz

La Casa Blanca ha reconocido que la situación es "difícil y compleja" en las áreas tribales de la frontera con Pakistán. Desde comienzos de septiembre, EE UU ha lanzado 27 ataques en Pakistán. Islamabad ha protestado por estas acciones y, recientemente, cerró la principal ruta de suministros de la OTAN hacia Afganistán.

 La buena noticia es que el gobierno afgano inició ayer un Consejo de Paz para negociar con los talibanes.

"En cada pueblo y distrito de este país, el pueblo espera el esfuerzo del Consejo de Paz, y que mediante vuestros esfuerzos la paz llegue a este país oprimido y asolado por la pena", dijo durante el acto inaugural el presidente afgano, Hamid Karzai.

El Consejo, cuya formación fue anunciada por el Gobierno afgano a inicios de septiembre, está compuesto por 68 miembros que acudieron al Palacio presidencial, aunque por el momento se desconoce quién encabezará el organismo o la sede definitiva de sus reuniones.

Su misión es la de tender puentes de diálogo con el movimiento talibán y otros grupos insurgentes, en un momento en el que estos han expandido sus actividades a gran parte del país y sin que las autoridades estadounidenses vean una salida clara a la guerra.

En los últimos días, se han multiplicado de hecho las informaciones sobre el inicio de nuevas conversaciones secretas de alto nivel entre el Gobierno de Afganistán y los talibanes para negociar el final del conflicto, cada vez más sangriento.

Según informó el diario "The Washington Post", apoyándose en fuentes anónimas, en esas conversaciones están participando representantes que cuentan con autorización del principal líder talibán, el mulá Omar, escondido en Pakistán.


Los documentos secretos

La filtración de decenas de miles de archivos secretos de las fuerzas estadounidenses a mediados de este año desataron la indignación de países que luchan en Afganistán, por temor a que se ponga en peligro las vidas de las tropas extranjeras que combaten a los talibanes.


Unos 92.000 documentos fueron publicados por el sitio web Wikileaks con detalles inéditos de la guerra en Afganistán, tomados de archivos del Pentágono e informes de la situación en el terreno, con fechas que van de 2004 a 2010.

Los documentos contienen entre otros notas confidenciales de la embajada de Washington en Kabul, donde se expresa preocupación por lo que denuncian como una creciente influencia de Irán en Afganistán.

A su vez, revelaron el número de bajas civiles provocadas por las fuerzas de la coalición. Algunas de estas víctimas fueron consecuencia de los ataques aéreos que provocaron las reacciones críticas del Gobierno afgano. No obstante, a través de esta desclasificación, salen a la luz un gran número ataques y muertes como resultado de los disparos de las tropas contra conductores y motoristas desarmados ante el temor de que éstos fueran terroristas suicidas.


Al menos 195 civiles perdieron la vida en estas circunstancias y 174 resultaron heridos, aunque es probable que estas cifras estén por debajo de los números reales, ya que los partes diarios de guerra emitidos por las tropas omitían muchos de los incidentes y ataques o bien, eran "recopilados" de manera inexacta por parte de los analistas militares.

«Irán ha dado una serie de pasos para expandir y profundizar su influencia en Afganistán», escribió un militar de alto rango en un cable secreto emitido por la legación diplomática y reproducido por el diario, que no pudo corroborar la autenticidad de los «reportes de amenazas» filtrados.

Los informes, la mayoría en base a testimonios de espías e informantes afganos remunerados, sugieren que Irán participa en una campaña contra las fuerzas internacionales lideradas por Estados Unidos en Afganistán, a través del suministro de dinero, armas y entrenamiento a los talibanes, añadió un informe del diario The Guardian de Londres.

Teherán, que inicialmente apoyó la operación liderada por Estados Unidos contra el régimen de los talibanes en Afganistán, rechazó las denuncias.

Por otra parte, la inteligencia militar estadounidense acusa, según las revelaciones al servicio secreto paquistaní (ISI), de trabajar con insurgentes afganos.

El material filtrado vincula por ejemplo al ISI con la tentativa de asesinato del presidente afgano, Hamid Karzai, en 2008; con ataques contra aviones de la OTAN, y con los atentados contra la embajada india en Kabul hace dos años.

Pakistán fue un estrecho aliado del régimen talibán afgano (1996-2001) y Estados Unidos cree que tras su derrocamiento el ISI mantuvo las relaciones con los islamistas, en previsión del momento en que las tropas internacionales se retiraran.

En Alemania, que es uno de los integrantes de la coalición militar creada por EE UU con 4.600 efectivos en el norte de Afganistán, el Ministerio de Defensa criticó las filtraciones y dijo que estaba revisando los archivos, aunque añadió que mucha de esa información no era nueva.

«Obtener y divulgar documentos, algunos de ellos secretos, en tal escala es una práctica altamente cuestionable dado que podría afectar la seguridad nacional de los aliados de la OTAN y toda la misión de la Organización del Atlántico Norte", afirmó una portavoz del ministerio alemán.

La coalición se ha debilitado: Holanda ya se retiró y Canadá es el próximo. En Alemania existe una gran oposición a la guerra y a la participación en ella del Ejército germano., como también en el resto de Europa Occidental.

«La función del periodismo es cuestionar al poder», enfatizó el fundador del sitio de interney Wikileaks, Julian Assange, quien además defendió la divulgación de los archivos. Assange dijo en rueda de prensa que los reportes de bajas civiles en Afganistán que registran los documentos, podrían ser evidencia de que la coalición pudo cometer «crímenes de guerra».

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