Por Javier Castillo (*)
Ciper
En estos días el Presidente Sebastián Piñera anda por el mundo hablando del estilo chileno de hacer las cosas. Déjenme decirles aquí cuál es la forma chilena en la que viven muchos trabajadores de la minería. Ayer en la tarde estuve con seis mineros chilenos que trabajan en la minera American Iron y me contaron que durante tres meses no les pagaron y que después los despidieron sin finiquito.
Ellos fueron a la Inspección del Trabajo y la empresa no se presentó. Fueron a tribunales y en la defensoría laboral les dijeron que ganaban mucha plata así que no les prestó defensoría. Y ahora están aquí desesperados, sin saber qué hacer y sin que nadie les resuelva su problema.
Esa es la forma de hacer empresa en Chile. Y esa forma es posible ya que no hay un ente regulador. No hay nadie que fiscalice. No hay nadie que le diga al dueño con autoridad “si no pagai te vai preso”. Solo hay burocracia y más burocracia y entonces el dueño sabe que sólo va a tener que pagar un par de multas y puede explotar a la gente o exponerla a riesgos.
Eso nos pasó a nosotros desde 1996 hasta el 2007. En la Mina San Esteban tuvimos 7 muertos, tres amputados y un montón de lesionados más. Esa es la forma de hacer empresa en Chile, señor Presidente, y es así por un código laboral que diseñó su hermano.
Sin embargo, nosotros pensamos que usted Presidente tiene la oportunidad histórica de cambiar esta realidad y generar leyes que realmente favorezcan a los trabajadores. Y puede hacer eso sentando un buen precedente con el caso de la minera San Esteban.
Nosotros queremos que en el proceso de quiebra el Estado se ponga con los trabajadores, y después le cobre al empresario, igual como se hizo con el rescate de los 33 mineros que quedaron atrapados, en donde fue el Estado el que pagó los equipos y la cuenta se la van a pasar a la empresa.
Y que el empresario que abusa, que arriesga a su gente, se pudra en la cárcel. Ese es el punto: hacer que ellos sientan que tienen una responsabilidad social que cumplir, y que si no la cumplen, algo les va a pasar. Algo que les importe, porque las multas no les importan, porque son insignificantes. Algo que por último los deje en vergüenza públicamente, y que los obligue a que se hagan responsables.
Eso no ha ocurrido nunca. Desde 1996 hasta 2007 el Estado no funcionó, no protegió a los trabajadores. Lo más cercano a eso fue el cierre del mineral que decretó la Inspección del Trabajo. Pero al final, la economía manda. El emprendimiento manda, y entonces lo reabren.
Señor Piñera, debe hacer un cambio y pienso que políticamente no le queda otra que hacerlo. Porque Chile ha mostrado al mundo que hace las cosas de una manera: tiene tecnología, tiene ingenieros, tiene trabajadores para ser un país desarrollado y minero.
Pero también seamos claros: si tuvimos 33 compañeros atrapados, no fue por un accidente, fue por la mala calidad de la seguridad en el lugar donde trabajaban. Hay un compañero que ha dicho que ellos pidieron salir del pique y no los autorizaron. Yo creo que dice la verdad, porque uno de los reclamos era que cuando se advertían las situaciones de riesgo, la respuesta de la empresa era siempre “si no te gusta te vas”. Y la mayoría no puede irse.
Por eso yo rescato la voluntad que ha mostrado el Presidente de que Chile ratifique el convenio 176 de la OIT sobre seguridad en el trabajo. Lo que dudo es de la voluntad política de aprobar ese convenio por parte de los partidos que lo respaldan. ¿Por qué?: porque el diputado comunista Lautaro Carmona presentó un proyecto de acuerdo para la ratificación de ese convenio y los parlamentarios de derecha se abstuvieron o no entraron a votar. Ojalá ahora se pongan en la fila, porque si lo hacen estarán haciendo algo histórico por los trabajadores.
(*) Javier Castillo es tesorero del sindicato N° 2 de la Mina San José.
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