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sábado, 30 de octubre de 2010
Y así fue el final para Néstor Kirchner
Tras tres días de multitudinarias despedidas en Buenos Aires y Santa Cruz, los restos del ex presidente Néstor Kirchner reposan en el cementerio municipal de Río Gallegos.
El féretro fue depositado anoche en el panteón de sus familiares en el cementerio municipal de su ciudad natal, donde gran cantidad de personas visitó la necrópolis para despedirse.
Esta mañana, el cementerio abrió sus puertas normalmente y gran cantidad de personas volvió a acercarse para dejarle una flor o rezar ante la bóveda que guarda los restos del ex presidente.
Así, la despedida de Néstor Kirchner se extendió a su provincia natal. Un avión de la Fuerza Aérea argentina trasladó el féretro hasta el aeropuerto de la capital santacruceña, Río Gallegos, desde donde se inició una última procesión fúnebre.
Miles de personas se alinearon en el trayecto de tres horas de duración (9 kilómetros) entre la estación aérea y el cementerio. En la ciudad se había decretado día de asueto total, con negocios cerrados y bares vacíos. Salvo las florerías, que no dieron abasto para surtir de a lugareños y visitantes. Las calles fueron un hervidero para despedir al "hombre más famoso de estas tierras", a "un hijo" y "un padre" de la provincia, como lo definieron alternativamente varios de los seguidores apostados junto a las vallas de contención, que separaban a la multitud del cortejo, relató la BBC.
Las banderas argentinas se mezclaron con carteles partidarios, algunos estandartes con crespones negros pintados con aerosol y muchas consignas cariñosas: "Hasta siempre, Néstor", "Gracias, Lupo", como lo apodaban en la ciudad, o "Descansa en paz, querido pingüino" ondeaban en telas por encima de los autos policiales y las motos de custodia que avanzaban, todos, a paso de hombre.
En la procesión, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner recibió signos de apoyo de sus coterráneos. Iba acompañada de sus hijos y de un grupo de funcionarios, además del presidente venezolano Hugo Chávez, el único jefe de estado extranjero que siguió a la familia Kirchner al sur.
Durante el entierro, los simpatizantes kirchneristas le pidieron a la presidenta Fernández que opte a la reelección.
La ceremonia de entierro fue privada, reservada a los allegados y ajena a las cámaras y los curiosos. El cuerpo del ex mandatario fue colocado en una bóveda de un tío, que ha sido reacondicionada en las últimas horas y está coronada por una gran cruz de cemento pintada de amarillo.
Allí estará hasta que se aliste el panteón familiar, en las próximas semanas, que ya ha comenzado a construirse.
Junto a la Presidenta y sus hijos, ingresaron al cementerio el presidente de Venezuela Hugo Chávez, la ministra de Desarrollo Social Alicia Kirchner, el ministro de Planificación Julio de Vido, el secretario general de la Presidencia Oscar Parrilli, el de Legal y Técnica Carlos Zannini, el de la Función Pública Juan Manuel Abal Medina, el titular de la SIDE Hugo Icazuriaga y el subsecretario de Medios, Alfredo Scoccimarro.
En la capilla tuvo lugar una corta ceremonia a cargo de los tres sacerdotes que ayer le dieron el responso al ex presidente. Diputados, dirigentes políticos y funcionarios debieron esperar afuera de la pequeña capilla. Con lugar para unas 70 personas, había desbordado de asistencia y la ceremonia que se preveía íntima y para unos pocos colapsó.
Finalizada la breve ceremonia, Cristina se dirigió hacia el aeropuerto de Río Gallegos donde despidió y agradeció al presidente venezolano Chávez su presencia en la ciudad para darle el último adiós al ex presidente Kirchner.
La historia comenzó y terminó en Río Gallegos
Justamente en Río Gallegos, el líder peronista comenzó su carrera política, primero como intendente y luego como gobernador y, apenas unos días antes de su muerte, había prometido volver a radicar su domicilio en su ciudad de origen.
Había cambiado su registro al distrito de Buenos Aires para poder postularse como diputado nacional en 2009, una banca que obtuvo pero ocupó una sola vez en el año.
"He decidido volver a traer mi domicilio a Río Gallegos para volver a pelear junto a ustedes", había señalado, provocando suspicacias acerca de una posible aspiración a la gobernación provincial para los próximos comicios de 2011.
Tanto Néstor como Cristina son oriundos de esta provincia sureña, donde compartieron estudios de abogacía y primeros pasos de militancia en el Partido Justicialista (peronismo), y donde se casaron, 35 años atrás.
Y en menos de 48 horas, la presidenta llegó dos veces a Santa Cruz. Allí estaba alojada, a la espera de participar en el censo nacional de población y vivienda, cuando se produjo la descompensación cardiorrespiratoria que se cobró la vida de su marido, en la mañana del miércoles.
Allí se quedará ahora descansando durante los próximos días aunque, según funcionarios cercanos, tiene intenciones de retomar sus actividades oficiales el lunes.
Miles quisieron despedir al "Lupo"
Durante la mañana del viernes, el traslado de los restos de Néstor Kirchner sacó a miles de ciudadanos a las calles también en Buenos Aires.
La caravana del coche fúnebre viajó desde la Plaza de Mayo hasta el aeroparque metropolitano, un trayecto corto pero que duró unos 70 minutos.
La comitiva, que encabezó la Presidenta, llegó poco después de las 17.40 al aeropuerto santacruceño y de inmediato, se inició el recorrido de 12 kilómetros que desembocó directamente en el cementerio municipal.
Una multitud, bajo un intenso frío, se agolpó a la vera de la autopista 17 de Octubre de Río Gallegos para saludar el paso del cortejo. Con banderas en las que predominó la frase "Gracias Lupo", como se lo conocía en su ciudad natal, los habitantes de Río Gallegos y de ciudades cercanas de esta parte de la Patagonia dieron el presente a lo largo de la autopista que une el aeropuerto con la ciudad capital de Santa Cruz.
Bajo una lluvia copiosa, los manifestantes resistieron pacientemente, con impermeables y paraguas, y arrojaron rosarios, estampas y fotos al paso del vehículo. Las flores cubrieron de colores el techo y el capó negros.
Muchos, además, se asomaron a saludar, o a mirar simplemente, desde las ventanas de los edificios sobre algunas de las principales avenidas porteñas.
Como ocurrió en la Plaza de Mayo desde que se conoció la noticia del fallecimiento, los gestos de luto y dolor se entremezclaron con la pasión militante.
A esta altura, nadie en Argentina pone en duda que la despedida del ex mandatario se convirtió en un acto eminentemente político, en el que los kirchneristas salieron a respaldar "el modelo" -como lo denominan- ante la pérdida de su principal referente.
Las consignas de adiós se alternaron con los cánticos de respaldo a la mandataria Fernández, a quienes muchos pidieron ya, en las calles lluviosas y enlutadas del viernes, que se postule para una reelección.
Su marido era el candidato con mejor intención de voto para 2011, según las encuestas recientes. Concluido el ceremonial y el luto, el espacio que deja vacante el fundador de un movimiento con apellido propio quedará por llenar.
La mirada de muchos estará puesta en los movimientos que realice ella, su viuda, tras la pérdida de su principal asesor y aliado político.
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