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lunes, 25 de octubre de 2010

Página Editorial Latinoamericana: Argentina-Crimen y política - Economía en Costa Rica

Diario El Cronista de Buenos Aires, Argentina
La intolerancia K ejercida con los medios del Estado



Por Fernando Gonzalez
Director Periodistico de El Cronista


Así son las cosas en estos tiempos bravos. En las últimas 48 horas, El Cronista vivió en carne propia una operación político-mediática del Gobierno que buscó adulterar un artículo de este diario para sembrar sospechas sobre un dirigente político (Eduardo Duhalde) e involucrarlo en el asesinato del joven dirigente del partido Obrero, mariano Ferreyra. La tragedia, otra más relacionada con las disputas gremiales, volvió a acercar a la Argentina al clima de violencia que se despeña como una enfermedad incurable desde lo más alto del poder.

El episodio sirve para ilustrar la concepción crispada de quienes hoy conducen el país: Cristina, Néstor Kirchner y Hugo Moyano.

La dinámica es siempre la misma. El que critica es un enemigo y merece la agresión, una constante del comportamiento antidemocrático a lo largo de la historia. El miércoles por la tarde, luego del crimen y en lugar de enfocarse en la búsqueda de los culpables, el Gobierno se lanzó a una carrera desenfrenada para hallar alguna pista informativa que pudiera desviar el eje de la polémica y evitar pagar el costo político por el enorme impacto de los hechos. Bastó que un periodista publicara en twitter, como si fuera reciente, un artículo de El Cronista del 16 de septiembre de 2009 (que detallaba un encuentro entre Duhalde y José Pedraza, jefe del gremio ferroviario involucrado en el enfrentamiento) para que diera comienzo un festival de kirchnerismo explícito.

Kirchner instruyó a sus mejores muchachos para sembrar sospechas sobre Duhalde con eje en el artículo periodístico. La agencia oficial Télam publicó un despacho en esa línea, e informó sobre un pedido de informes firmado por cuatro dirigentes del kirchnerismo porteño, que ayer fue desmentido. Y la TV pública le dedicó más de 15 minutos de su programación a reproducir la mentira, para reconocer ayer la versión de este diario. Desde ninguno de los dos organismos estatales, que pagamos los argentinos con nuestros impuestos, se nos había consultado para chequear la veracidad de la información.

Un rato después, Moyano extendió el disparate en una entrevista con el canal de cable Todo Noticias. “El Cronista falsificó la fecha de la noticia”, arriesgó el jefe de la CGT, sabiendo que mentía. Uno de sus hombres de confianza se había comunicado poco antes con nuestra periodista especializada en temas gremiales, Elizabeth Peger (autora además de aquel artículo de 2009), para consultarle si era cierto lo de la supuesta reunión entre Duhalde y Pedraza. Moyano dejó la verdad a un costado y siguió adelante con su plan de amenazas múltiples.

A esa misma hora, en nuestro sitio web y desde nuestro programa El Cronista TV se desmentía la fábula oficialista y se mostraba el diario de aquel día con el artículo en cuestión. Desde la Quinta de Olivos, Kirchner dio entonces la orden de aminorar la ofensiva. Por eso, ayer al mediodía le tocó al jefe de gabinete, Aníbal Fernández, la tarea ingrata de frenar públicamente la operación y decir que él “no creía” que Duhalde tuviera responsabilidad en el asesinato del militante del Partido Obrero.

Cuando caía la tarde y comenzaba la marcha de reclamos contra el Gobierno en Plaza de Mayo la versión construída por el kirchnerismo era rechazada hasta por sus propios funcionarios, siempre bajo el resguardo del off the record.

Es llamativa la energía que este Gobierno le dedica a la confrontación. Si esos mismos recursos se destinaran a resolver la cuestiones más urgentes de la sociedad (pobreza, inseguridad, inflación, para señalar tres temas muy sensibles) quizás otra sería hoy la situación de esta Argentina caótica y violenta.

Hace dos días señalábamos en esta misma columna que la agresividad y el doble discurso de los Kirchner y Moyano comenzaban a plantear una batalla cultural que los argentinos deberán definir en las elecciones presidenciales del 2011.

El hastío de amplios sectores sociales, y anoche se comprobó en la calle que el fastidio no sólo abarca a las clases medias, empieza a marcar un límite inconfundible para la intolerancia y la impunidad esta vez ejercida con las herramientas del Estado.

Diario La Nación de Costa Rica

El Instituto de Investigaciones en Ciencias Económicas de la Universidad de Costa Rica, dirigido por el Ing. Max Soto, ha venido realizando una serie de encuestas trimestrales para indagar las expectativas del sector empresarial costarricense sobre las principales variables económicas. El esfuerzo es encomiable y muy útil para la toma de decisiones, aunque sus hallazgos no siempre sean alentadores.

El último sondeo, enfocado en el cuarto trimestre del 2010 y recogido con amplitud en nuestra edición del pasado viernes, arroja resultados poco halagüeños. La mayoría de los empresarios encuestados modera sus expectativas sobre los resultados económicos para el futuro inmediato, lo cual confirma la pérdida de dinamismo del índice mensual de actividad económica (IMAE) en su tendencia ciclo, tal y como comentamos en ediciones anteriores. El producto interno bruto (PIB), que mostró un interesante repunte en el primer trimestre de este año, ha perdido dinamismo. Y eso conlleva malas nuevas en términos de otras variables económicas y sociales relevantes, como empleo, salarios, pobreza y distribución del ingreso.

A pesar de que algunas de esas variables no están disponibles todavía, ya se sabe, por ejemplo, que el empleo ha sido más dinámico en el sector público que en el privado y que la mayoría de empresarios, según el sondeo, no piensa hacer nuevas inversiones en lo que resta del año. Más bien, planea mantener el mismo nivel de empleo en el último cuatrimestre, y en algunos sectores productivos muy importantes, como construcción y agricultura, un porcentaje no despreciable planea reducir sus respectivas planillas. La construcción ha sido fuertemente golpeada por la crisis económica y la agricultura, que se había venido recuperando satisfactoriamente según el IMAE, ha debido enfrentar otros retos, incluyendo la apreciación del colón.

¿Fue acertada la estrategia del Gobierno anterior frente a la crisis? A pesar de haber recibido algunos comentarios positivos de parte de organismos y calificadoras internacionales, la combinación de políticas tributaria y fiscal podría haber sido mejor. Si en vez de incrementar el gasto público mediante aumentos de la planilla estatal se hubieran aprobado exoneraciones fiscales para estimular la inversión en el sector privado, la recuperación habría sido más sostenible y no se tendría el faltante de carácter permanente en las finanzas públicas. Ya el Estado agotó sus posibilidades de incrementar la planilla y reducir por esa vía el desempleo. La nueva administración tendrá que explorar nuevas avenidas para incrementar la inversión, en el contexto de la reforma tributaria anunciada por el Ministerio de Hacienda.

En relación a las perspectivas sobre las otras variables económicas señaladas por el Instituto de Investigaciones Económicas, incluyendo las de carácter monetario, tasas de interés y tipo de cambio, los hallazgos también se deben analizar con la debida atención. Las tasas pasivas de interés (captación de los bancos, incluyendo el Central) parecen señalar una tendencia a la baja, comparada con la observada durante la primera parte del año. De hecho, las tasas de interés del Banco Central se redujeron la semana pasada y la tasa básica pasiva alcanzó un 6,75%, el nivel más bajo de los últimos años, pues disminuyó 50 puntos base. Eso se explica, entre otras cosas, por la menor captación de los bancos estatales, porque la política cambiaria dejó de imponer un piso a las tasas de interés como antes, y por haberse reducido la inflación.

Antes de la última disminución de las tasas de interés, la prima por invertir en colones estaba muy alta por que las tasas de interés en dólares en los mercados nacional e internacional resultaban más bajas, comparadas con las tasas en colones. De ahí se desprende una consideración importante: si el Banco Central desea preservar o disminuir la prima por invertir en colones, y desestimular las entradas de capital que han incidido en el tipo de cambio, no basta imponer bajas tasas nominales de interés. Es conveniente, además, consolidar la estabilidad de precios internos para que la reducción de las tasas de interés sea sostenible y las expectativas de inflación, que se han comenzado a moderar, finalmente converjan con la realidad.

La estabilidad de precios es muy importante para contribuir a lograr mejores resultados en otras variables económicas de gran significación social, como la pobreza y generación de empleo sostenible. Eso, junto a mejores incentivos para estimular la producción privada, sería una buena estrategia para remontar definitivamente los efectos latentes de la recesión.

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