Por Walter Krohne
Con Carolina Toha, el Colegio de Periodistas de Chile creyó haber elegido a una integrante de “primera línea” en el denominado Comité de Defensa de la Libertad de Expresión “La Nación No”, que integran además varios otros dirigentes gremiales y políticos, pero lamentablemente se equivocó.
La señora Toha ocupó el cargo de Ministra Secretaria General de Gobierno durante el gobierno de Michelle Bachelet y nunca intento siquiera resolver los problemas que los periodistas han tenido y tienen desde hace años, los que se extendieron durante todos los gobiernos de la Concertación entre 1990 y 2010. Las autoridades competentes de los cuatro gobiernos concertacionistas siempre nos tramitaron, engañaron o “chutearon” nuestros problemas hacia adelante. Yo fui dirigente del Colegio y soy testigo de esta tramitación permanente. Me dediqué también a defender la libertad de expresión (escribí dos libros), pero jamás, con ningún ministro se consiguió alguna solución para nuestros problemas ni menos con la señora Toha.
La ex diputada y ex ministra, cuando se le preguntó en una entrevista con TVN, el 25 de abril de este año, al tratarse precisamente del caso del diario “La Nación”, de por qué la Concertación no fomentó nunca el pluralismo informativo en Chile, ella respondió: “Este fue un debate que estuvo muy pendiente en estos años y la verdad es que la Concertación en esto, más bien por un ánimo de ser muy pudorosa y de no intervenir nunca en el sistema de medios de comunicación y de nunca mantener una política que le favoreciera asimismo, prescindió de hacer aquello".
Más adelante agregó que “eso pudo haber sido bueno para dejar en claro que no íbamos a intervenir en los medios de comunicación, pero tuvo como resultado que hoy día la democracia chilena tiene una pata coja, porque nuestro sistema de medios de comunicación es insuficientemente pluralista y es algo que entre todos tenemos que resolver".
El estado chileno es el único que tiene la obligación constitucional de promover en todo sentido el pluralismo informativo, pero ninguno de los gobiernos que han administrado este Estado hicieron algo en esa dirección y de ello es también responsable doña Carolina Toha.
No sabemos si la ex ministra secretaria general de Gobierno, es decir la ex encargada del diálogo entre el Ejecutivo y los medios de comunicación, no propuso soluciones durante el ejercicio de su cargo para resolver este problema o, como sus antecesores en esta cartera, sólo se limitó a cumplir con la errónea política planteada durante el Gobierno de Patricio Aylwin, de que “la mejor política de comunicación es la que no existe”, que fue la fórmula planteada por el sociólogo Eugenio Tironi, asesor comunicacional del entonces Presidente.
Para nosotros es completamente absurdo escuchar que en este delicado tema la actitud de la Concertación de no cambiar nada fue por “ánimo de ser muy pudorosa” y de no “intervenir nunca en el sistema de medios de comunicación”, como dice Tohá. Es para no creerlo, porque el Colegio de Periodistas en varias oportunidades le hizo saber a ella y a todos los ministros de esa cartera los problemas que había en Chile en materia de pluralismo y cómo estaban desapareciendo medios escritos en todo el país.
La verdad es que no se puede hablar de “no intervención en los medios existentes”, como dijo Carolina Tohá en la Entrevista del Domingo del 25 de abril, sino, todo lo contrario, hay que fomentar la creación de nuevas publicaciones para que todas las ideas puedan publicarse y transmitirse, que fue justamente lo que no se hizo y hoy podemos ver las consecuencias de tener un “sistema de medios de comunicación que es insuficientemente pluralista”, como expresó la ex ministra. Esta ha sido también la idea inicial cuando fundé este periódico electrónico K (Krohne Archiv) el 10 de marzo de este año.
En este sentido, los gobiernos de la Concertación se fueron por las ramas o por la vía política más cómoda y se dedicaron a apoyar económicamente a los medios del llamado monopolio ideológico, al entregarles a ojos cerrados toda la publicidad estatal y no proyectar una distribución equitativa de estos fondos entre todos los medios escritos, sin importar ni tomar en cuenta sus respectivas ideologías.
La ex ministra debe saber que durante los veinte años de los gobiernos de la Concertación cerraron entre 15 y 20 publicaciones (una por año en promedio), todas por problemas económicos, como fueron los casos de los diarios “La Epoca”, Fortín Mapocho, El Metropolitano, Siete o las revistas Hoy, Análisis, Apsi, Cauce, Siete más Siete, y muchas otras.
El financiamiento de un medio no se logra sólo con la venta de ejemplares en los kioscos; la publicidad es un elemento fundamental. Sin embargo, el Estado sigue considerando a los medios de comunicación como productos del mercado, como si los diarios y revistas fueran peras o manzanas. Esto es equivocado, porque con ello lo único que se consigue es un peligroso debilitamiento de la democracia.
El Comité de Defensa de la La Nación es una medida tardía para intentar salvar un diario, cuyo destino ya está sellado. La señora Toha no va a ser un aporte importante en esta gestión y aún menos cuando dice que "el cierre del diario La Nación constituye un tema de interés no sólo de los periodistas, sino de toda la ciudadanía y el país, pues si se transforma en un medio público favorece la amplia circulación de ideas y enriquece la democracia". ¿Por qué la señora Tohá no dijo esto antes, también cuando otros medios silenciaron sus prensas?
Creo que es iluso creer o confiar en los sujetos que están en el poder, debemos tener siempre en cuenta que han sido "ellos" históricamente quienes nos han quitado todo, la educación, la salud, la libertad de expresión, las tierras, etc. Pedirles ahora que se preocupn al menos de velar por la libertad y pluralismo de los medios es un acto de inosencia pura. Nosotros, los periodistas, somos quienes debemos ocuparnos de este problema, y como primer paso deberíamos encargarnos de unificar fuerzas, ya que divididos, como estamos, no conseguiremos nunca nada. Las revoluciones, en todo orden de cosas, siempre han tenido sus cimientos en la unidad y el compañerismo.
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