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lunes, 1 de julio de 2013

1-7-2013-Edición N°860LA DISYUNTIVA PARA LA


LA DISYUNTIVA PARA LA 
PRESIDENCIAL DE
 NOVIEMBRE:
 ¿CENTROIZQUIERDA O
 DERECHA PINOCHETISTA?

Por Walter Krohne
Michelle Bachelet se transformó anoche en una verdadera aplanadora  de votos al mostrar una fuerza electoral que no se imaginaron ni los principales líderes políticos ni analistas, menos las encuestas que tuvieron un nuevo fracaso, apareciendo ella como potencialmente “imparable”  para las elecciones del próximo 17 de noviembre, fecha oficial de los comicios presidenciales.
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La ex Mandataria obtuvo sola 1.561.563 votos, lo que equivale en su bloque al 73,5%. Esto significa más que triplicó la votación del ganador de las primarias de la Alianza, el UDI Pablo Longueira, quien obtuvo 51,37 por ciento en su bloque con 414.380 votos contra 48,62% o 392.221 votos de Andrés Allamand, y duplicó la suma de votos de los dos candidatos de la derecha chilena que fue de 806.601.
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Del resto de los candidatos el más afectado fue Claudio Orrego, no sólo por él, sino más bien por la Democracia Cristiana al conseguir una votación de solo 8,86 por ciento. Para una colectividad que ha tenido tres Presidentes en su historia no deja de ser un retroceso serio, lo que tendrá seguramente consecuencias internas,  especialmente en el marco de la directiva que lidera Ignacio Walker. Mucho se ha especulado que Orrego, que esperaba el segundo lugar, fue prácticamente abandonado por su partido y la votación que obtuvo obedeció solo a su esfuerzo personal.
Longueira
Bachelet
El radical Juan Antonio Gómez figuró siempre lejos del círculo de los favoritos. Con su 5,06 por ciento (108.222 votos), si bien no puede hacer  comentarios triunfalistas, lo ha dejado en condiciones de integrar el Comando de la abanderada oficial del bloque Michelle Bachelet, como ella lo confirmó anoche en su comando al invitarlo a integrarse a sus filas, igual como lo harán Orrego y seguramente Velasco, aunque éste último no lo aseguró con la debida precisión.
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Gómez
En todo caso, la integración de los cuatro no va a ser fácil por las distintas ideas y proyectos que cada uno tiene. Llegar a un acuerdo ocupará tiempo y será un trabajo no fácil, especialmente en el detalle de cómo habría que enfrentar los diferentes problemas económicos y sociales con puntos de vista que no son similares entre los cuatro. En la Alianza la situación es algo más simple por la similitud de ideas que tienen tanto Longueira como Allamand.
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El caso de Velasco ha sido también destacado como un verdadero fenómeno,   porque si bien es cierto que realizó varios meses de campaña, más que Bachelet, obtuvo el segundo lugar del bloque con 278.056 votos y un 13.00 por ciento. Su campaña fue modesta sin gran despliegue de publicidad, al contrario de lo que en la derecha hizo Longueira. El tema es que Velasco se presentó dentro del bloque como independiente, ofreciéndole a mucha gente un proyecto de país que no ve con buenos ojos el comportamiento de los políticos tradicionales y los partidos políticos en los últimos años y especialmente en los últimos tres. El ha hablado de una renovación de la política con caras nuevas y no las mismas caras de siempre. Tuvo un gran éxito en comunas tradicionalmente derechistas como Las Condes, Vitacura y Lo Barrnechea donde duplicó la votación lograda allí por Bachelet.
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Velasco
Este resultado ha dejado a Velasco en una “pole posición” que para Michelle Bachelet, lo quiera o no, deberá tomar muy en cuenta. Hay que pensar que si Bachelet no se hubiese presentado a la elección en el bloque opositor de centro izquierda, este académico de Harvard  podría haber ganado en las urnas y hoy sería el candidato oficial de la oposición. Ahora deberá pensar muy bien los próximos pasos que dará en la arena política, ya que de los cuatro candidatos de la oposición, Velasco aparece más bien en la  centro-derecha que en la centro-izquierda, como quedó claro en su campaña, una definición de sectores políticos que no está absolutamente clara.
Algunos analistas indicaban anoche que Velasco había ocupado definitivamente “el centro liberal”, pero ¿qué es realmente el centro en la política chilena?
En la Alianza, el resultado fue diferente, muy peleado, voto a voto en algún momento, pero al final se impuso el UDI Pablo Longueira sobre el RN Andrés Allamand, este último con al menos un par de dolorosas derrotas electorales en su historial político, lo que lo diferencia de su contrincante que dice haber ganado siempre todas las elecciones.
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El problema de la derecha es que con la arrasadora votación que obtuvo Bachelet, sus posibilidades para seguir gobernando se esfuman bastante, aunque no se puede hacer una proyección de estas primarias con las elecciones de noviembre. Esta última será una nueva elección en la cual la conducta del electorado podría sufrir algunos cambios, porque no hay que olvidar que ayer votó cerca de un 20 por ciento del electorado, es decir hay que ver cuál va a ser la respuesta del ochenta por ciento que no asistió ayer a las urnas. Por ejemplo, quienes votaron por Velasco no necesariamente sufragarán en noviembre por Bachelet, aunque tampoco lo harían por Longueira.
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Por otra parte, habría que sumarle  a Bachelet al menos una parte de la votación obtenida por los restantes tres precandidatos de Nueva Mayoría. Igualmente nada se sabe de los candidatos que ayer no fueron a primarias, como Marcel Claude, Parisi, Sfair, el Meo o Roxana Miranda.
Orrego
Frente a los programas de Gobierno que ofrecen los dos bloques, las diferencias son también importantes. La oferta de Bachelet es un cambio político amplio o decisivo; la Alianza, sin embargo, ofrece muy poco de nuevo, sigue el mismo modelo económico y político del actual Gobierno, sin plantear  soluciones concretas para temas tan complicados como la educación, las pensiones, la salud, la energía y los cambios políticos que piden los movimientos sociales.
Con Longueira ha ganado el sector más conservador de la derecha chilena, más bien el pinochetismo que a través de la UDI se ha ido encausando en la política tradicional  y buscando un lugar en este escenario, que Longueira ha definido como el centro popular o social, lo que es poco creíble por la política económica que apoya en forma intransable. Nadie está dispuesto a creer de buenas a primeras el eslogan de Longueira “Por un Chile más Justo” cuando es defensor de un sistema capitalista que es precisamente muy injusto.
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Con este triunfo quedó como representante de la derecha un conservador duro y ha quedado atrás la derecha liberal que era la bandera de Andrés Allamand.
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El desarrollo de cualquiera de estas ideas y posiciones que hemos desarrollado en este artículo, comienzan a activarse hoy,  que es el día uno de la  nueva elección programada para el 17 de noviembre.

 

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