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viernes, 15 de octubre de 2010

Minero Sepúlveda: “Estuve con Dios y con el Diablo, me pelearon y me agarre de Dios, la mejor parte”

Como indescriptible han calificado algunos mineros rescatados de la mina San José la experiencia que tuvieron que vivir a 700 metros de profundidad durante 69 días, en declaraciones que han realizado durante la estadía que han tenido que cumplir en el Hospital de Copiapó.

Sus declaraciones, sin embargo, son consideradas relativamente “suaves” frente a lo que realmente han tenido que vivir en las profundidades de la tierra, especialmente durante los primeros 17 días, sin alimentos suficientes, parcialmente a oscuras y con una gran incertidumbre que los podía llevar en cualquier momento a un estado de locura o a cuadros de trastornos psicológicos graves.

Los familiares también han notado esta “suavidad” en las declaraciones de los mineros y dicen que esto se debe a “un pacto de silencio” que hicieron entre ellos consistente en no revelar detalles de lo ocurrido durante los 69 días. El equipo psicológico de la Operación de rescate San Lorenzo confirmó igualmente, al menos en parte, esta versión con el argumento de que ellos no quieren hablar de cuestiones privadas o de otro tipo de problemas que tuivieron que afrontar en el fondo de la mina. Ellos desean "reubicarse" otra vez en la superficie antes de hablar o hacer relatos más extensos.

Algunas de las declaraciones publicadas por la prensa resumen la situación actual en la que se encuentran los mineros rescatados, surgiendo ya algunos casos de estrés posttraumático.

Mario Gomez es el de mas edad del grupo, tiene 63 años y también el que más sufrió porque durante el encierro presentó complicaciones de salud. Incluso, cuando bajaron dos paramédicos durante el rescate, se decidió que uno de ellos se preocupara solamente de él, puesto que le dio neumonía. Para esto, Gómez fue preparado por medio de ejercicios para que su sistema respiratorio resistiera el ascenso por la cápsula Fénix 2. Para asegurar aquello, también se le puso una máscara de oxígeno durante el trayecto. Gómez explicó que la enfermedad ocurrió por una corriente de aire que se formó cuando el sondaje definitivo rompió la losa. “Me dio porque en los últimos cuatro días antes de salir, cuando llegó la sonda y rompió, hubo una corriente de aire. De ahí me dio una neumonía, pero ahora estoy bien", indicó. Desde que fue internado en el Hospitral de Copiapó, los médicos le administraron oxígeno hasta que mejoró su respiración. Pero también el encierro le afectó la dentadura, por lo que se le practicó una cirugía dental por un problema en sus muelas. "Ahora estoy bien de eso", dijo mientras esperaba en el establecimiento de salud.


Elizabeth, la esposa de Carlos Mamani

Para el boliviano Carlos Mamani, el único extranjero, su drama es si vuelve o no a su país, donde tiene familiares, cuatro hermanos. Su historia es la de todos los migrantes, ya que se vio obligado a instalarse en Chile por falta de trabajo en Bolivia. El presidente boliviano Evo Morales viajó a Chile para conocerlo llegando a la mina cuando Mamani, el cuarto minero en salir, ya estaba en el Hospital de Copiapó. Morales le ofreció un trabajo estable y una casa para vivir con su esposa Elizabeth e hijos en Bolivia. Sin embargo, al minero le gusta vivir en Chile donde tiene amistades. Sin embargo, la decisión por el momento es no regresar, aunque decidirá su futuro la próxima semana cuando viaje a Bolivia con su familia. "Tengo que solucionar algunos cosas en Chile, después veré si vuelvo", dijo refiriéndose a su finiquito con la minera San Esteban.

Richard Villarroel dijo que "El peor momento fue cuando cayó el segundo bloque, ahí fue el mayor miedo porque ahí ya se cerró por completo la mina. En ese momento pensé que no iba a volver a ver a mi señora y que no iba a poder ver nacer a mi hijo. Antes del primer contacto "estábamos esperando la muerte, nos sentíamos muy flacos. Yo, en ese momento, tenía miedo de no cumplirle a mi bebé que estaba en camino. Estábamos consumiendo nuestros cuerpos en el trabajo que desarrollábamos en movimiento. Por no comer bien -dijo- comenzamos a adelgazar cada vez más". Consultado si antes de ser rescatados alguien temió por canibalismo, el joven mecánico explicó que mientras estuvieron atrapados y antes de hacer contacto con la superficie, "nadie hablaba de eso. Pero una vez que la ayuda llegó, se convirtió en un tema de broma, pero sólo una vez que nos encontraron. Hasta entonces, no se habló de canibalismo".

Osmán Araya declaró que "Jesucristo fue mi único héroe", dijo. El mismo trabajador que desde el fondo del yacimiento enviaba videos a sus hijos prometiéndoles que "nunca los dejaré, lucharé hasta el fin para estar con ustedes", señaló después de su rescate que "nunca perdí la esperanza, la fe nos mantuvo con vida". Fue sometido ayer a una cirugía dental para extraerle dos piezas premolares que resultaron dañadas producto de las caries durante los 70 días del encierro.

La misma fe religiosa manifestó haberla tenido Mario Sepúlveda. Uno de los más carismáticos en el encierro; se hizo famoso por animar los videos que han enviado los mineros a sus familiares, ganándose el reconocimiento de Don Francisco por su facilidad para la locución. Electricista de profesión, este oriundo de Pudahuel celebró junto a los otros 32 mineros sus 40 años, el pasado 4 de octubre. Casado, tiene dos hijos. Al llegar a la superficie dijo: “Estuve con Dios y con el Diablo, me pelearon y me agarre de Dios, la mejor parte”.

Edison Peña declaró que “Aaprendimos mucho allá abajo, por ejemplo, a contar mucho más con nuestras familias. Y toda esa miel de lo que aprendimos queremos derramarla sobre mucha gente". Peña fue el duodécimo de los mineros que fueron rescatados el miércoles en la operación San Lorenzo. “El momento más complicado que viví durante este proceso fue cuando se vinieron abajo las toneladas de rocas, dejándonos a oscuras y sin escuchar a nadie. Pensé que no íbamos a volver a ver, nada más", destacó. Para tener controlada la ansiedad provocada por el encierro, corría todos los días por los 800 metros que separaban el taller del refugio.

Experiencia del primer rescatista
 Cuando llegó el primer rescatista al lugar donde estaban los mineros, Manuel González de la empresa estatal Codelco, los 33 lo abrazaron de lo felices que estaban. Fue el primer contacto con alguien de afuera de la mina. Relató este encuentro así: Me abrazaban porque veían en mi la esperanza de poder salir, era como que llegara un héroe y eso fue muy emocionante, aunque les expliqué que sólo representaba a un enorme grupo de trabajo. Estaban muy ansiosos, pero a la vez calmados, porque si bien todos querían salir pronto, sabían su posición de salida”, declaró González al diario La Segunda.

"Abajo, las condiciones eran inhumanas. Había una sensación de 40 grados de temperatura y hay que pensar que mucha gente trabaja toda la vida en estas condiciones, porque hay muchas minas así en el norte. La temperatuta obliga a permanecer tomando líquido todo el día y lo único que queríamos era que los 33 salieran luego. Nosotros llevábamos 12 horas en esta situación , pero los mineros casi 70 días. Ellos fueron muy inteligentes, muy capaces y brillantes, en su quehacer diario para poder sobrevivir”.

¿Cómo fue para usted esta experiencia? “Muy fuerte . Al principio me quebré con ellos allá adentro. Es la experiencia más fuerte que me ha tocado vivir. Cuando llegué me abrazaron y dos o tres se pusieron a llorar…y ahí lloré con ellos”.

Situación médica de los mineros

El subdirector médico del Hospital de Copiapó, Jorge Montes, dijo que no menos de 10 mineros serán dados de alta hoy desde el recinto asistencial. "La situación hoy es bastante satisfactoria, todo ha salido como esperábamos", señaló.

Agregó que la situación de los pacientes que presentaban problemas respiratorios y oftalmológicos, que precisó eran dos de los mineros, está manejada por lo que estas dolencias "no van a motivar una estadía prolongada" de ninguno de ellos en el hospital.

Entretanto, el ministro de salud, Jaime Mañalich, declaró que "esencialmente se puede resumir en que se actúo con un criterio extremo de prevención de diagnóstico precoz de cualquier condición de salud, para minimizar riesgos que íbamos a enfrentar".

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