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martes, 6 de abril de 2010

ELECCIONES SON EL 6 DE MAYO



PARTIO LUCHA ELECTORAL EN GRAN BRETAÑA:
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TORIES VERSUS LABORISTAS
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El primer ministro británico, Gordon Brown, convocó hoy oficialmente a elecciones para el 6 de mayo próximo en las que se jugará su propio futuro político como también el de su Partido Laborista.

Brown hizo el anuncio tras cumplir con el trámite de rigor de comunicar su decisión a la Reina Isabel de Inglaterra en el Palacio de Buckinham en Londres.

"No vamos a permitir que 13 años de reforma en los servicios públicos sean puesto en riesgo por otro partido", ha declarado de forma solemne en referencia a los Conservadores, que los sondeos colocan a la cabeza de los comicios.

"La gente ha luchado demasiado para conseguir que el Reino Unido se sitúe en el camino de la recuperación como para permitir que nadie nos devuelva al camino de la recesión", ha manifestado el premier laborista, consciente de que en la creencia de la recuperación se juega buena parte de su futuro.

"El futuro está a nuestro alcance y es un futuro de justicia que debemos conseguir entre todos", añadió el primer ministro, en una clara apelación al discurso socialdemócrata para seducir a los 45 millones de votantes británicos.

Frente a los laboristas están a la espera los conservadores que tienen la imagen de ser fuertes patidarios de los "recortes de prestaciones y asistencia social", aunque ahora se presentan con una cara remozada que se llema David Cameron, más joven que Brown y que engloba la bandera del cambio, tal y como hizo en su momento el laborista Tony Blair.

Brown ha considerado que las elecciones deberán decidirse a partir de "los tres grandes desafíos" que afronta el país: recuperar la economía, asegurar las principales prestaciones sociales al tiempo que se reduce a la mitad el déficit y renovar el clima político tras el escándalo del abuso de los gastos asignados a los parlamentarios.

Las elecciones serán las más disputadas de los últimos 18 años si se cumplen los pronósticos más recientes de las encuestas sobre intención de voto, que auguran que no habrá una mayoría clara en el Parlamento y que la fuerza más votada se verá obligada a pactar.

De la incertidumbre del resultado de las urnas el 6 de mayo dan cuenta los últimos sondeos, que sitúan entre 4 y 10 puntos la diferencia a favor de los conservadores, y que coinciden en la irrupción con fuerza de la tercera fuerza política, el Partido Liberal Demócrata, que podría tener la llave de la legislatura.

Los laboristas tienen mejor repartidos sus apoyos, por lo que el cambio que predica Cameron necesitará de un vuelco de casi siete puntos, todo un abismo en el habitualmente calmado panorama electoral británico, que no depara grandes cambios de tendencia entre elecciones.

El líder conservador aspira a convertirse a sus 43 años en el primer ministro más joven del Reino Unido en los últimos 200 años.

Los "tories" tienen la oportunidad de acabar con 13 años de Gobiernos laboristas, desde que Tony Blair se convirtiera en primer ministro en 1997.

Blair ganó para el laborismo tres elecciones generales y cedió la jefatura del Gobierno a Gordon Brown, que aspira a emular al ex primer ministro conservador John Major -sucesor de Margaret Thatcher-, que ganó las elecciones de 1992 frente al laborista Neil Kinnock en contra de las previsiones de todas las encuestas.

Tras conocer la esperada fecha del 6 de mayo, día en que también se celebrarán elecciones locales en Inglaterra, Cameron ha señalado que los "tories" se dirigirán en la campaña a los ciudadanos que definió como "los gran ignorados: los jóvenes, los viejos, los ricos, los pobres, los que viven en ciudades y los que viven en el campo".

El liberal-demócrata Nick Clegg ha declarado que el anuncio de las elecciones marca "el principio del fin de la era Gordon Brown", a quien ha considerado "directa y personalmente responsable de los mayores errores que se han cometido durante los últimos 13 años".

Cameron, aparte de los recortes sociales, planteó en términos explícitos su intención de frenar de manera drástica el flujo migratorio dirigido al Reino Unido a través de un sistema de cuotas anuales. Así, ha vuelto a poner el tema de la inmigración entre las prioridades de un debate político muy centrado en los últimos tiempos en cuestiones económicas.

"En la última década, en muchos de los años hemos tenido una inmigración neta que rondaba las 200.000 personas, una cifra que yo considero demasiado elevada", argumentó Cameron en una entrevista concedida a la cadena BBC.

"Yo estoy a favor de la inmigración", aclaró el político conservador, "hemos extraído muchos beneficios de ella, pero creo que la presión -especialmente sobre nuestros servicios públicos- ha sido muy fuerte. Nos gustaría ver saldos de inmigración en decenas de miles, no en cientos de miles. No creo que sea un objetivo irreal, en los noventa fue así", precisó.

Reiteró a su vez la voluntad de los conservadores en materia presupuestaria, aclarando que si ganara las elecciones, su Gobierno impulsaría recortes al gasto público superiores a los proyectados por el actual Gobierno de los laboristas.

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