Trump,
quien impuso una política de máxima presión contra Maduro en 2019, incluido un embargo al petróleo venezolano,
asumirá el poder en medio de una crisis energética por las guerras en Ucrania y
Oriente Medio, que hace más atractivo al crudo de este país caribeño.
Y, aunque el
magnate inmobiliario llegó a criticar a la administración de Joe Biden por
comprar crudo a Caracas, poco habló de Venezuela y los venezolanos en su
campaña, solo para para referirse a ellos como migrantes "criminales".
"No
hay claridad en cómo va a ser en general su política exterior", dijo el internacionalista Iván Rojas en
Miami. "Es posible que sea más pragmático y que busque acomodarse, como es
posible que para mantener la imagen de fuerza mantenga las sanciones, incluso
las redoble. Ambas posibilidades existen".
El
gobierno de Maduro, que rompió relaciones con Estados Unidos durante el primer
mandato de Trump, abogó
por "cooperación" y "respeto mutuo".
"Venezuela siempre estará dispuesta a
entablar buenas relaciones con los gobiernos estadounidenses, enmarcadas en un espíritu de diálogo,
respeto y sensatez", indicó la cancillería venezolana en un comunicado.
La
nueva presidencia republicana coincide con las denuncias de fraude en la
reelección de Maduro para un tercer período de seis años (2025-2031).
La oposición venezolana liderada por María Corina Machado reclama un triunfo del candidato Edmundo González Urrutia, exiliado en España tras una orden de detención en su contra. Machado prometió ser un "aliado confiable" de la nueva administración. El triunfo de Trump fue celebrado por buena parte de la diáspora venezolana, que deposita en él la esperanza de ver caer al chavismo gobernante.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario