El presidente electo de Estados Unidos Donald J. Trump designó al senador cubanoamericano Marco Rubio para el importante puesto de secretario de Estado, designación que lo convierte en el primer latino en ocupar el cargo de secretario de Estado.
El presidente electo Donald Trump confirmó este miércoles la elección del senador Marco Rubio, republicano por Florida, para que se desempeñe en uno de los cargos más importantes de la Casa Blanca.
Rubio tiene una amplia experiencia en política exterior y ha sido en los últimos cuatro años un aliado cercano. Trump lo tuvo a él también entre los tres finalistas para la vicepresidencia de EE UU.
Actualmente es el republicano de mayor rango en el Comité de Inteligencia del Senado y forma parte del Comité de Relaciones Exteriores del Senado.
Por otra parte, Trump eligió a la veterana y demócrata
Tulsi Gabbard como directora de inteligencia nacional, un puesto también muy
importante. Ya son cuatro las mujeres designadas por Trump para puestos clave
en la nación.
Gabbard, ex vicepresidenta del Comité Nacional
Demócrata que apoyó a Trump y se unió al partido republicano a finales de la
campaña de 2024, supervisará las 17 agencias de inteligencia de Estados Unidos en el
poderoso puesto.
Además el representante por Florida Matt Gaetz fue
nombrada fiscal general de EE UU, es decir, será el nuevo secretario del Departamento de
Justicia en el Gobierno de Trump.
Gaetz es miembro actual del Comité Judicial y de
Seguridad Nacional de la Cámara Baja en Washington y ha formado parte activa de
las investigaciones independientes del Congreso sobre la familia Biden.
Rubio, desde sus años en el Congreso estatal de
Florida como presidente del Senado promovió acciones y planes concretos contra
las dictaduras en el mundo, entre ellas Irán, Cuba, China, Rusia, Venezuela,
Nicaragua y Corea del Norte, entre otras. También se ha pronunciado sobre la
llegada al poder en Colombia de Gustavo Petro y del regreso del socialista Luis
Inacio Lula Da Silva en Brasil.
Sin embargo, no estuvo del lado de Trump -en un
principio- sobre las acusaciones de las protestas del 6 de enero en Washington
y se distanció de la posición del entonces presidente Trump acerca de las
denuncias de fraude electoral en 2020 y en la determinación del entonces
mandatario, en busca de su reelección, de frenar la confirmación de Joe Biden
en el Congreso en Washington, mediante la ratificación de cada estado sobre los
votos del Colegio Electoral.
Pero meses después, Rubio reconsideró su postura y
se convirtió en uno de los pilares de denuncia del acoso político a Trump. Y
como él ha retirado en entrevistas, "nunca ha tenido ningún problema con
él y siempre hemos mantenido relaciones muy buenas. Lo he respetado y he
elogiado su firmeza y su trabajo en beneficio de todos los
estadounidenses".
Rubio, el primer hispano al frente de la
diplomacia estadounidense
Rubio se convierte así en el primer hispano, de
origen cubano, en dirigir la diplomacia estadounidense. Trump, incluso, lo tuvo
entre los tres principales candidatos para el cargo de vicepresidente del país.
Sin embargo, la secretaría de Estado es quizás el puesto más relevante en la
Casa Blanca, junto al de jefe de Seguridad Nacional y el de secretario de Defensa.
Rubio fue elegido senador en 2010 y se ha
posicionado como un halcón de la política exterior, siempre en defensa de los
intereses de EEUU y del pueblo estadounidense como máximas prioridades.
Rubio ha expresado su apoyo al esfuerzo bélico de
Ucrania contra Rusia, pero votó en contra de la ayuda adicional para el país el
año pasado. Recientemente dijo que la guerra en Ucrania terminará con "un
acuerdo negociado", algo que Trump ha asegurado.
Rubio ahora adopta una postura más dura respecto al
caos que dejan Joe Biden y kamala Karris en inmigración.
El senador es un defensor de los inmigrantes, de
forma ordenada y planificada, y de un modo para legalizar a quienes hayan
demostrado que llegaron a esta nación a trabajar y a defender los intereses de
EEUU. Entre las condiciones que lleven más de 10 o 20 años dentro del país.
En estos momentos apoya la promesa de Trump y de
más de 72 millones de estadounidenses de ejecutar un
necesario programa de deportación masiva para ilegales delincuentes y
terroristas, en especial quienes hayan delinquido en EEUU o tienen antecedentes
penales en sus países de origen. También votó en contra de un proyecto de ley
supuestamente de seguridad fronteriza que en realidad era
una burla para el pueblo estadounidense. A este plan Trump se opuso
de forma rotunda.
Rubio compitió contra Trump en las primarias presidenciales de 2016, pero luego trabajó codo a codo con él, en su primer mandato, en particular en temas relacionados con América Latina y el Caribe, política exterior, inteligencia y las dictaduras en el mundo.
El nombramiento de alto perfil aún está sujeto a la confirmación por parte de la mayoría de los votos del Senado, que ahora controlan los republicanos por 53 escaños contra 47.
Historia en las relaciones de Rubio y Trump
Rubio fue rival y crítico de Trump en las primarias republicanas de 2016 y luego pasó a defenderlo en su presidencia, apoyarlo en su aspiración de reelección en 2020 y respaldar su campaña para la reelección en 2024. El ha sido una de las voces más potentes en el Senado de Estados Unidos contra los regímenes autoritarios de Cuba y Venezuela y también ha criticado el Gobierno de Gustavo Petro en Colombia.
Estos son algunos de sus pronunciamientos acerca de esos países en los últimos años.
Rubio, nacido en Miami, Florida, es hijo de una pareja de inmigrantes cubanos. Ha sido fuerte y constante crítico del régimen de Fidel y Raúl Castro, y de Miguel Díaz-Canel.
Rubio criticó a Barack Obama cuando era presidente por sus encuentros con Raúl Castro y por retirar a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo (quedaría reintegrada en la lista en 2021). Tras la muerte de Fidel Castro en 2016, dijo que la historia lo recordaría como “un dictador asesino que infligió miseria y sufrimiento a su propio pueblo” y pidió al entonces presidente electo Donald Trump que mantuviera la presión sobre el Gobierno que entonces presidía Raúl Castro.
En 2019, cuando Díaz-Canel fue reelegido presidente de Cuba, después de reemplazar años antes a Raúl Castro en el cargo, Rubio dijo que el gobernante cubano era la “cara de un régimen opresivo que viola los derechos humanos y socava el orden democrático en nuestra región”.
Cuando en 2021 miles de personas en Cuba salieron a las calles para quejarse de la falta de libertad y el empeoramiento de la situación económica, Rubio dijo: “La ira se ha ido acumulando por meses y apenas está comenzando. #SOSCuba”.
Tras la segunda reelección de Díaz-Canel en 2023, que calificó de ilegítima, Rubio dijo que la isla está bajo una “tiranía criminal marxista” y aseguró que “las protestas pacíficas en contra de la dictadura, el 11 de julio del 2021, le mostraron a ese régimen criminal que hay una nueva generación de cubanos que está cansada de sus mentiras y de su fallido sistema político y económico”.
El senador republicano por Florida ha criticado también por años al chavismo y lanzado severas condenas contra el presidente Nicolás Maduro y lo que llama el régimen marxista de Venezuela.Durante las protestas de 2017, Rubio —en palabras ante el Senado de EE.UU.— dijo que las manifestaciones en el país sudamericano son consecuencia de la inseguridad, la violencia, la escasez de alimentos y la represión política, mientras el presidente “Nicolás Maduro y todos sus secuaces viven una vida de lujo”.
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