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lunes, 5 de noviembre de 2012

OBAMA O ROMNEY: DOS POLÍTICAS Y DOS DESAFÍOS DISTINTOS - EL QUE DECIDE MAÑANA EN EE UU ES EL ELECTOR 
Por Walter Krohne

Ha sido una larga y difícil campaña electoral que no deja luces claras de quien mañana será el Presidente de uno de los países más poderosos del mundo, si continúa el demócrata Barack Obama o asume el cargo el republicano Mitt Romney.

La diferencia entre ambos en un país en crisis será notoria y muy decisiva en los próximos cuatro años. El cuadro es difícil porque la potencia del norte se ha debilitado mucho mostrando un desempleo de 8%, un crecimiento detenido de un 2%, una baja de 4,6% de los ingresos medios desde 2009, cuatro años de déficit de trece dígitos, una guerra que ya parece perdida en Afganistán y una reforma “a medias” en el sector de la seguridad social y la salud.

Este es el panorama que no será fácil de resolver y que Romney desea asumir como desafío, pero con una política capitalista en extremo. El republicano es uno de los hombres más ricos de EE UU. Sus partidarios opinan que él sabe realmente de negocios y le será posible sacar adelante a la unión. Sin embargo, es un empresario y un hombre rico que tiene “pecados”, siendo el más grave la venta de todas sus empresas a firmas extranjeras que dejaron a miles de estadounidenses sin trabajo. Eso duele y pesa mucho entre los electores.

Para el público estadounidense hay razones y razones para votar a favor o votar en contra de Obama, quien dio grandes esperanzas cuando fue elegido en 2008, pero no cumplió en la forma como hubiesen querido sus electores, hoy muchos se muestran desilusionados.

Sus partidarios reconocen que no todo ha sido culpa de Obama, porque él heredo una de las peores crisis político-económicas de la historia de EE UU como fue le herencia dejada por George W. Bush con un mundo prácticamente en llamas. Y a pesar de todos los inconvenientes y nuevas crisis el actual Gobierno ha logrado acercarse a un nivel más seguro de estabilización económica del país, aunque aún falte mucho por hacer.

Así Obama ha aumentado mucho el gasto a través de programas temporales en el campo energético, en educación e infraestructura con una reducción sustancial de gasto en defensa. En contrastre Romney quiere limitar el gasto global federal bajándolo de 24 a 20% del PIB, y mantener en un 4% el gasto en defensa. Los demócratas no están de acuerdo en reducir todos los gastos que no se relacionen con la defensa, porque esto generaría sólo la contracción de la economía.

Igualmente en el tema de los impuestos, Obama los subiría y Romney los bajaría. Ha manifestado su inclinación de reducir la tasa fiscal corporativa, que es la más alta de los países de la OCDE a un 25% y gravaría a las empresas multinacionales estadounidenses sobre una base territorial en lugar de mundial para incrementar su competitividad fiscal.

La reforma del Medicare y Social Security de Obama que ha desarrollado grandes déficits, no debería tener grandes cambios, según los demócratas, pero Romney insiste en que esta reforma debe tener modificaciones fundamentales. Ya ha dicho que está a favor de aumentar gradualmente la edad de jubilación, un modelo de respaldo excepcional para Medicare y direccional a los estados federados para el seguro de salud de los pobres Medicaid.

Obama no se ha mostrado muy interesado en la liberalización del comercio global, como se aprecia en la Ronda de Doha de negociaciones comerciales que sigue paralizada. Romney en cambio es un partidario del libre comercio.

El déficit presupuestario de EE UU es también una preocupación muy seria. Si con Obama habría mayores déficits que con Romney, EE UU necesitará más capital de Europa , América Latina y Asia, mientras impuestos y deuda más altos, impedirán el crecimiento estadounidense lo que hundiría las exportaciones de dichas regiones. Así también Obama busca conducir a su país a una situación como la de estados de bienestar europeos, lo que Romney rechaza de plano.

Esta es la situación que deben observar y resolver los electores de un país de 311 millones de habitantes. Si nos ubicamos en América Latina, los analistas piensan que da lo mismo quien gane mañana, porque los intereses del ganador seguirán no estando en la región como ya ha ocurrido con Obama, que en sus primeros cuatro años hizo sólo una gira relámpago por tres países latinoamericanos: Brasil, Chile y El Salvador. Ciertamente el triunfo o la derrota de Obama dependerá de la actitud que adopten mañana los electores al interior de la unión porque el resto del mundo no le ayudará en nada.

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