El fin de las primarias
EE UU: DE LAS PRIMARIAS A LAS CONVENCIONES
Por Martín Poblete
Ha terminado el ciclo de las elecciones primarias en Estados
Unidos. Los demócratas pueden mirar tranquilos a su Convención, en
Philadelphia, Pennsylvania; los republicanos, por el contrario, llegarán
a Cleveland, Ohio, inquietos y preocupados, teóricamente no debiera ser
así, al tener un candidato en apariencia confirmado por su victoria en
las primarias.
La candidatura presidencial de Hillary Clinton es ya un hecho político,
sus victorias en las primarias evidencian el apoyo de sólidas mayorías del
"establishment" del Partido Demócrata, en las burocracias y
tecnocracias federales y estatales, en lo que va quedando del movimiento
sindical organizado alrededor de la federación AF of L-CIO, en el masivo
apoyo conseguido entre los electores hispanos y negros, en la casi
unanimidad de las organizaciones de homosexuales y lesbianas, en el tradicional
espectro político-social liberal.
.
Después de los debates y
discusiones propias de una convención presidencial demócrata, Hillary
debiera tener una clamorosa proclamación, su problema pendiente de solución
está mas allá de su partido, está en los electores del Senador Bernard Sanders.
En el largo recorrido de las primarias, surgieron algunos patrones de
conducta electoral entre quienes votaron la opción de tintes socialdemócratas,
representada por el Senador Sanders, "Bernie" para sus
amigos. En todos los estados, incluyendo aquellos en los
cuales perdió, el Senador Sanders ganó entre los electores jóvenes menores de
35 años de edad. En aquellos estados dónde ganó la primaria,
"Bernie" Sanders marcó muy bien entre quienes se
sienten perjudicados por el capitalismo financiero de la globalización,
gente de trabajo en los diferentes estamentos de la clase media; intelectuales
ecologistas, y en general electores con grado de educación
universitaria. Todos esos electores, en su inmensa
mayoría mas allá del alcance habitual del Partido Demócrata, quedan a la
espera de indicadores de quien fue su líder en las primarias; esto, a su vez,
pone a Hillary ante la exigencia de lograr un auténtico acuerdo político,
creíble, con el senador Sanders. Sería mejor para la
candidata llegar a la Convención con ese acuerdo en el bolsillo.
En la vereda de bastante más al frente, las cosas
lucen diametralmente distintas. Donald Trump, un genuino
"outsider" a la política del Partido Republicano, llegará a la
Convención apoyado en su contundente triunfo en las primarias, a expensas
de otros candidatos representativos de las diversas tendencias del
"establishment" republicano, en esta primaria hubo daños de diverso
orden, quedaron muchos heridos y no pocas llagas abiertas; el camino a
Cleveland luce complicado, por primera vez en mas de sesenta años no
habría ningún miembro de la familia Bush asistiendo a una convención
republicana, no son los únicos en esa elite en manifestar su intención de
ausentarse de uno de los mas importantes rituales ciudadanos americanos.
En la perspectiva de Donald Trump, el camino a Cleveland pasa por
usar el tiempo en limar asperezas y recomponer sus relaciones con
los tradicionales líderes republicanos, en primer lugar aquellos
financiando las operaciones del partido, ni siquiera un hombre de la
fortuna de Trump puede pagar por el costo de una campaña presidencial
en los Estados Unidos; luego están los actuales líderes en el Congreso, los
gobernadores y alcaldes republicanos, los intelectuales neoconservadores y
su relación con importantes medios de comunicación y centros de investigación
("think tanks"), y personas provenientes de algunas prominentes
familias en el Nor-Este y en Texas. Un detalle importante, la Convención
Republicana será la primera prueba, en terreno de dura realidad política,
de la elegibilidad de Donald Trump.
Terminadas ambas Convenciones, podrá tenerse una clara idea
de como los partidos y sus candidatos resolvieron sus alineamientos internos,
de cuales son las respectivas proyecciones al ubicarse en el punto de
partida.
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