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lunes, 4 de agosto de 2014

EL DRAMA DE GAZA

Por Juan Emilio Herrera

Una vez le oí a un connotado miembro de la comunidad judía pronunciar un refrán que --en otras palabras-- expresaba lo siguiente: no importa incendiar una vivienda, con tal de que también se mate a los seres indeseables que habitan en ella.

Recordé el refrán en estos días, al observar la ofensiva israelí contra la Franja de Gaza, que pareciera responder --en su esencia-- a ese mismo concepto. Se observa allí un desenfrenado afán por destruir, haciendo uso de una fuerza letal desmedida, sin importar la destrucción y muerte que se ocasione a la población civil, con tal de que "también mueran" los militantes del grupo Hamas, a quienes se condena como terroristas.

Pero los bombardeos que han ocurridos entre julio y agosto han alcanzado tal grado de violencia y brutalidad, que el mundo civilizado no puede permanecer indiferente.

Los representantes de Israel ante Naciones Unidas podrán afirmar que esta no es una guerra contra el pueblo palestino, sino "contra los terroristas de Hamas"...Pero cabe preguntarse: ¿en qué se diferencia una guerra contra el pueblo palestino de lo que estamos presenciando hoy en Gaza?

Basta el simple ejercicio de comparar el número de bajas que han sufrido israelitas y palestinos para darse cuenta que la batalla es desigual; y que quienes dicen "defenderse" son los que, en verdad, atacan --y ejecutan las acciones militares de mayor agresividad y poderío bélico.

Las noticias más recientes indican que aviones israelíes atacaron la ciudad de Rafah, en el sur de la Franja de Gaza,  y bombardearon una escuela de la ONU que "se había convertido en albergue para miles de palestinos que han quedado sin hogar" o que han abandonado sus viviendas por temor a las incursiones aéreas. La ONU ha condenado el ataque como "un ultraje moral y un acto criminal." Y en su comunicado agrega que las fuerzas armadas de Israel han sido informadas repetidamente de la ubicación de sus escuelas, refugios humanitarios e instalaciones. Horas antes, misiles israelíes habían reducido a escombros un edificio emblemático de la Universidad Islámica de Gaza, dejando decenas de víctimas mortales y heridos. Claramente, se observa una ofensiva que no se detiene ante nada.

Lo que el mundo pareciera empezar a ver --con estupor-- es la fría ejecución de un plan de acciones militares de largo alcance y proyecciones, diseñado cuidadosamente y respaldado por grandes recursos, para devastar la Franja de Gaza y dejarla convertida en una zona de escombros humeantes...Ello significaría --precisamente-- "incendiar la casa" con tal de destruir al enemigo agazapado en ella.. ¿Se está buscando "resolver" por la fuerza, un conflicto que no ha hallado solución por la vía de las negociaciones de paz?

Todas las incursiones militares de carácter criminal --tanto de Israel como de Hamas-- merecen el repudio de la comunidad internacional...Ellas no representan al pueblo judío ni al pueblo palestino, en cuya "defensa" dicen motivarse.

Ya no es posible permanecer indiferentes ante este escenario. La conciencia de la humanidad tendrá que despertar.
          

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