Putin enfatizó que compete a Moscú y a Ppyongyang decidir cuándo aplicar las cláusulas del acuerdo suscrito en junio, entre ellos el de asistencia militar mutua. Este "es asunto nuestro", sentenció el líder ruso en una entrevista con la cadena de televisión rossiya 1 recogida por las agencias de noticias de Rusia.
Rusia y Corea del Norte han venido acercando posturas desde 2023, en cierta medida como consecuencia lógica del aislamiento impuesto por Occidente contra Rusia. La resistencia ucraniana en Kiev durante las primeras semanas del conflicto y la apuesta de Moscú, Ucrania y Estados Unidos por una guerra de larga recorrido terminó por comprometer el abastecimiento de municiones (especialmente, balísticas) para el Ejército ruso. Este hecho abrió la puerta para que Corea del Norte se convirtiera en un socio clave para el gobierno de Vladímir Putin.
Corea del Norte, a pesar de estar bajo estrictas sanciones internacionales, ha sido capaz de producir grandes cantidades de municiones, a punto tal que, según se estima en The Times, quizá de forma exagerada, cerca de la mitad de los proyectiles de artillería que Rusia utiliza en el conflicto contra Ucrania provendrían actualmente de Corea del Norte. Además, recientes reportes apuntan a que la participación directa de tropas norcoreanas en la guerra ucraniana estaría cerca de ser un hecho innegable.
Verdaderamente, semejante decisión por parte de Pyongyang y Moscú no sería descabellada: la firma del Tratado de Asociación Estratégica Integral en junio de 2023 entre Vladímir Putin y Kim Jong-un confirmó la posibilidad de una colaboración militar más estrecha entre ambos países.
En
octubre, Kim Yong-hyun, un alto mando militar de Corea del Sur, declaró que la
participación de las fuerzas armadas de su país en Ucrania era «altamente
probable». Pocos días después, The Guardian reportó que ingenieros norcoreanos
ya estaban colaborando en Rusia, ayudando con misiles balísticos y operando en
áreas ocupadas, lo que refuerza la hipótesis de una intervención directa de
Pyongyang en el conflicto.
El
tratado no solo formalizó la cooperación militar, sino que constituyó la base
para una eventual ampliación. El acuerdo incluye cláusulas de apoyo mutuo, como
la provisión de asistencia militar inmediata en caso de conflicto y la
cooperación para la construcción de un «nuevo orden mundial multipolar».
Además,
ambos gobiernos establecieron dinámicas de colaboración en la ONU, lo que
podría ser beneficioso para Corea del Norte, uno de los actores internacionales
con peores perspectivas diplomáticas. Realmente, la simbiosis era perfecta:
Rusia recibiría de Corea del Norte un flujo constante de municiones que le eran
absolutamente fundamentales para sus esfuerzos de guerra; simultáneamente,
Pyongyang obtendría apoyo diplomático y ayuda tecnológica, especialmente en su
programa espacial.
El
lanzamiento exitoso del satélite de espionaje militar Malligyong-1 en noviembre
de 2023 es un ejemplo de los avances que ha logrado la nación asiática, muy
probablemente con apoyo ruso.
El
nuevo estatus de la relación ruso-norcorena ofrece al gobierno de Kim Jong-un
un mejor posicionamiento internacional. Desde marzo de 2024, Rusia ha utilizado
su poder de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU para, entre otros apoyos,
bloquear la renovación del Panel de Expertos encargado de supervisar las
sanciones contra Corea del Norte, lo que demuestra el valor diplomático de esta
alianza para Pyongyang.
La
participación de Corea del Norte en la guerra de Ucrania marca un cambio
importante en su política exterior. Tradicionalmente, bajo el liderazgo de Kim
Jong-il, el país se había mantenido en un aislamiento casi total, protegiendo
su economía autárquica para garantizar la supervivencia de su modelo juche. Sin
embargo, Kim Jong-un parece dispuesto a romper con este aislamiento y
aprovechar la guerra para integrarse más activamente en el ámbito
internacional, en particular en el “eje antiestadounidense”, donde aspira a ser
un actor de peso, tras años de marginalidad casi plena.
Además
de los beneficios inmediatos, la participación de Corea del Norte en la guerra
de Ucrania podría tener implicaciones a largo plazo para sus fuerzas armadas.
La experiencia de combate que adquirirían sus tropas en Ucrania será un activo
valioso en caso de una posible guerra en la península de Corea. Con todo, quizá
lo más relevante de los reportes es lo que indican en clave geopolítica.
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