Agregaron a su vez que ya se
cuenta en Bolivia con los estudios de prefactibilidad y pliego de
especificaciones técnicas para la implementación de dos plantas piloto de
producción de hidrógeno verde que permitirán verificar la viabilidad de la
producción para su posterior escalamiento orientadas a la sustitución de
combustibles fósiles y, más adelante, incrementar la participación de
este producto en el mercado interno y generar excedentes para exportación.
Los referidos documentos apuntan a la incorporación gradual del
hidrógeno verde en la matriz energética a partir del 2030.
En noviembre próximo, el gobierno socializará la “Hoja de Ruta y
Estrategia Nacional para la Producción y usos de Hidrógeno Verde en Bolivia”,
en el marco del proyecto de Cooperación Técnica Regional financiado por el BID
con recursos no reembolsables, anunciaron autoridades del Viceministerio de
Electricidad y Energías Renovables.
El documento identifica el potencial para la producción de hidrógeno
verde, establece la visión al 2050, identifica los desafíos y las estrategias a
seguir para desarrollar la cadena de valor incluyendo la formación y
capacitación de personal, la investigación y desarrollo e innovación R&D+i
tecnológica, financiamiento y desarrollo normativo.
Los recursos renovables solar, eólico e hídrico, ponen a Bolivia en
condiciones de convertirse en actor principal para la producción y desarrollo
del hidrógeno verde como uno de los energéticos limpios, de mayor
potencialidad, gracias a su flexibilidad para poder descarbonizar importantes
segmentos de la economía y a que su residuo es vapor de agua, resultando muy
atractivo en la lucha contra el cambio climático.
El gobierno avanza en la elaboración de la normativa, tanto en el ámbito de la promoción y el incentivo, mediante una propuesta de Ley con la Asamblea Legislativa Plurinacional, como en el ámbito operativo mediante la reglamentación técnica, así como certificación de origen (renovable) para facilitar el desarrollo de este energético.
La energía generada por esta técnica está dirigida a alimentar la red energática nacional. Esta se capta, almacena y transporta para ser utilizado en células de combustible con cero emisiones de carbono, o se combinan con dióxido de carbono para hacer amoníaco sintético para fertilizantes o metanol como sustituto de la gasolina.
En Chile
Junto a Bolivia, Chile trabaja también en proyectos de hidrógeno verde. Este país tiene condiciones muy favorables para aquello y espera ubicarse a la vanguardia en el desarrollo de energías renovables”, afirmó Diego Pardow, Ministro de Energía de Chile. “Nuestro potencial técnico para la generación de energía renovable es uno de los mejores del mundo”.
Desde la intensa radiación solar en el desierto de Atacama a las
tempestuosas llanuras y valles de la Patagonia, el potencial de energía
renovable de Chile es verdaderamente enorme. El país también está aprovechando
las fuertes corrientes oceánicas, la energía geotérmica y el poder
hidroeléctrico de los ríos que corren por los valles del centro y sur del país.
Según estimaciones el gobierno chileno de 2021, el 13% del hidrógeno verde del mundo podría potencialmente producirse usando energía eólica de Magallanes y la porción chilena de la Antártida, lo que suma 126 gigavatios.
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