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sábado, 19 de octubre de 2024

CHILE: ELEGIR JUECES DE LA CORTE SUPREMA - POR MARTÍN POBLETE

Complicado por tres acusaciones constitucionales contra jueces de la Corte Suprema, el gobierno ha optado por enviar al Congreso un proyecto con nuevo diseño institucional para la elección de jueces en nuestro máximo tribunal de justicia y, de paso, hacerlo con sentido de transparencia para
recuperar las confianzas perdidas, evitar en el futuro situaciones que por ahora llevan dos ministros de la Corte Suprema destituídos por el Senado.


Sin embargo, la creación de otro aparato burocrático y tecnocrático no garantiza resolver los problemas presentes, por el contrario los agravará al crear nuevos circuitos de negociaciones con sus correspondientes idas y vueltas al margen del escrutinio público, los ciudadanos seguirán tan ignorantes del proceder como hasta ahora, resignados a recibir información de hechos consumados.

Además, debe considerarse el gasto, en dinero público, de implementar el funcionamiento de otra entidad administrativa con el inevitable nombramiento de funcionarios de rango profesional y sus salarios acordes con tal calidad, numeroso personal subalterno, secretarias, choferes, y un largo etcétera.  Mucho más barato y expedito es mantener el sistema actual, pero hacerlo funcionar con la debida transparencia de frente a los ciudadanos y los diversos medios de comunicación.

Conviene darle un vistazo a procedimientos en países con los cuales tanto nos gusta compararnos.   En España y Gran Bretaña el mecanismo es bastante transparente, pero la comparación se dificulta porque como son monarquías parlamentarias, surge la participación de un dignatario, el Rey, para el cual no tenemos correlato en nuestra institucionalidad.

Más simple resulta la comparación con Estados Unidos.   En ese país, la propuesta del nombre de un juez a la Corte Suprema está en manos del Presidente, una vez hecha la decisión el anuncio, desde la Casa Blanca, lo hace el ministro de justicia / U. S. Attorney General, para en seguida enviar ese nombre a consideración del Senado.   Una vez recibida la nominación, es tarea del juez propuesto contactar a los senadores para darles a conocer sus puntos de vista, los senadores suelen estar muy interesados en conocerlo especialmente en conversar sobre sus fallos y su comprensión de la función de la judicatura, cada contacto con un senador es seguido de un punto de prensa, la reunión con el Presidente (Chairman) del Comité de Asuntos Jurídicos / Judiciary Committee, es seguida por una conferencia de prensa formal.


Los presidentes tienden a conseguir la aprobación senatorial para sus nominados.   En la segunda mitad del Siglo XX, hubo un caso célebre cuando el Senado rechazó una propuesta de juez a la Corte Suprema.   

En el primer gobierno del Presidente Ronald Reagan, éste envió  al Senado el nombre del Juez de un Circuito Federal de Cortes de Apelaciones , Robert E. Bork, destacado jurista, hombre inteligente brillante en su manejo del lenguaje, pero de firmes convicciones conservadoras que no dudaba en exponer de manera  en ocasiones extrovertida, algunos senadores lo consideraron de un estilo intelectual agresivo.  


Tras intenso debate en el Senado y en la plaza pública, el nombramiento del juez Bork fue rechazado, el rechazo lo fundamentó el entonces Chairman del Judiciary Committee, Senador Edward M. Kennedy (Demócrata/Massachusetts) quien con su reconocida elocuencia argumentó su posición en un notable discurso en forma de retruécano, cada párrafo empezaba con una misma línea: "In Robert Bork's America.....   ".

Nosotros debiéramos ser capaces de hacer funcionar de manera clara, directa, simple y transparente, los nombramientos de jueces en la Corte Suprema, sin necesidad de complicar las cosas creando nuevas estructuras burocráticas.     

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