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lunes, 18 de julio de 2016

Columna de psicología social y familiar

LA LUDOPATÍA Y LOS TRATAMIENTOS PSICOLÓGICOS

Por Jessika Krohne

La ludopatía es una forma de adicción sin drogas. Las adicciones, tal como figura en la nueva edición del DSM-5 (Manual de diagnósticos psiquiátricos), no se limitan exclusivamente a las conductas problemáticas generados por algunas sustancias químicas.

Según la OMS la ludopatía o juego patológico se define como ”una enfermedad, un trastorno mental, una patología compulsiva, incurable y progresiva. Esta enfermedad se instala en cualquier persona sea esta joven, adulto, mayor, hombre o mujer”.

El juego patológico, que afecta aproximadamente el 2 o 3% de la población de un país implica la pérdida de control, la dependencia emocional y la interferencia grave en la vida cotidiana; los jugadores problemáticos, a su vez, se caracterizan por presentar dificultades en el funcionamiento diario (manejo del dinero, deudas contraídas, mentiras, aislamiento social, dificultades en sus relaciones con la pareja, etc.) En Chile ha aumentado bastante esta patología, debido al crecimiento de los lugares de juegos habilitados en nuestro país.

El trastorno es mucho más frecuente en hombres que en mujeres, pero éstas son mucho más reacias a buscar ayuda terapéutica por la censura social existente. Mientras las motivaciones de los hombres para jugar son la obtención de un dinero fácil y la búsqueda de excitación, las mujeres juegan más para aliviar el malestar emocional y para hacer frente a la soledad. 

A diferencia de otras conductas adictivas, el juego patológico se distribuye por todas las clases sociales y por todas las edades. No obstante, la edad de acceso al juego ha descendido en los últimos años. De este modo, cada vez son más los adolescentes que buscan tratamiento por problemas de juego.
Desde una perspectiva psicopatológica, la depresión, los trastornos de ansiedad y el abuso de alcohol están asociados con frecuencia al juego patológico en forma de trastornos comórbidos .

Tratamientos psicológicos efectivos

Al haberse considerado la ludopatía como una adicción, se ha recurrido a la utilización de técnicas terapéuticas que han mostrado su utilidad en el control del alcoholismo y de la drogadicción. 

El enfoque conductual analiza la conducta de juego a partir de los antecedentes  (expectativas económicas, señales de juego, emociones positivas o negativas, relaciones interpersonales, ansia de juego), las conductas abiertas o encubiertas (el dinero invertido en el juego, las estrategias de afrontamiento del malestar emocional, los pensamientos relacionados con el juego) y las consecuencias, tanto positivas (dinero ganado, activación psicofisiológica, oportunidades de socialización, evitación de la soledad) como negativas ( deudas, depresión, baja autoestima, conflictos familiares y laborales, problemas con la justicia) del paciente. La activación fisiológica generada por el juego, el reforzamiento variable y el alivio de la tensión son los principales factores en el proceso de reforzamiento. (Hodgins y Holub, 2007)

La utilización de técnicas reductoras de ansiedad -la desensibilización imaginada, principalmente - está estrechamente relacionada con el "mecanismo de ejecución conductual" como teoría explicativa del mantenimiento del juego. Según esta teoría, en el sistema nervioso central se establece un mecanismo neurofisiológico  de ejecución de una conducta cuando dicha conducta se convierte en habitual. Este mecanismo es activado cuando la persona está en presencia de estímulos que preceden a la realización de la conducta habitual o cuando la persona piensa en llevar a cabo dicho comportamiento. Si la cadena de conductas no es completada cuando el sujeto es estimulado para llevarla a cabo, el mecanismo de ejecución conductual produce un aumento de activación y, por tanto, de tensión subjetiva. El malestar producido por esta situación fuerza al sujeto a completar la conducta, incluso aunque no desee hacerlo. La desensibilización imaginada implica que los sujetos, en primer lugar, tienen que describir unas cuantas situaciones que les impulsan a jugar, pero sin culminar en la conducta de juego. A continuación, se les enseña a tranquilizarse con un método breve de relajación. Después, los sujetos, en estado de relajación, tienen que imaginarse la primera situación, y así sucesivamente hasta completar las escenas descritas. 
En palabras simples, el sujeto es impulsado por pensamientos o estímulos que preceden a una conducta de riesgo y el objetivo de un tratamiento es romper con esta cadena de pensamientos y estímulos que llevan a realizar dicha conducta de riesgo.  Eso se hace en que el paciente reconozca los estímulos, las emociones y los pensamientos que lo llevan a realizar una conducta de riesgo.

También es muy importante que un paciente al comienzo de un tratamiento limite el uso de dinero, impida el recorrido de los circuitos de riesgo y evite el contacto con amigos jugadores problemáticos. Una estrategia adicional es firmar una hoja de autoexclusión de los casinos y bingos, cancelar las tarjetas de crédito y transferir el control de dinero a otra persona. 
Los tratamientos cognitivos conductuales tienen entre un 50 y un 65% de éxito. Para que este tratamiento resulte en un paciente es importante que éste esté consciente de su adicción y sea capaz de decir “Yo soy un ludópata” o “yo soy adicto/a al juego.”

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