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martes, 19 de junio de 2012

BINOMINAL: EL CANDIDATO DE LA DEMOCRACIA

Por René Saffirio

En las últimas horas hemos observado el apoyo de cuatro diputados de Renovación Nacional al proyecto que presentamos en el mes de mayo, apoyando la iniciativa del diputado DC Jorge Burgos, para terminar con el actual sistema electoral e implementar en Chile un sistema de representación proporcional. Buena noticia, porque cada día aumenta el apoyo a esta moción y, sin duda alguna, podemos afirmar que esta demanda se ha tomado la agenda pública y forma parte de las principales inquietudes ciudadanas.

Y no es menor, porque los chilenos y chilenas saben que el Parlamento hoy requiere cambios, que el sistema electoral no garantiza una adecuada y legítima representatividad de todos los sectores; los ciudadanos piden un Congreso que efectivamente los represente y que se legisle considerando la opinión mayoritaria del pueblo soberano.

Difícilmente, hoy desde la Moneda podrá seguir señalándose que es un tema donde los políticos no quieren cambios, ya no podrán utilizar ese argumento. Se les olvida o no quieren reconocer que más de 60 diputados comprometimos nuestro apoyo para terminar con el actual sistema, no importando si aquello implica cambios en distritos o circunscripciones. Los diputados Cristián Monckeberg, Marcela Sabat, Karla Rubilar y Pedro Browne se han sumado y esperamos más apoyos.

Nuestra democracia ha pasado por diversas etapas a lo largo de la historia, periodos incluso traumáticos y que esperamos nunca más vuelvan a ocurrir. Las reformas electorales han sido parte de los cambios y, hoy, todo indica que volveremos a implementar un cambio a nuestro sistema.

En 1874 se limitó la intervención gubernamental y se introdujo el voto acumulativo; en 1949 se reconoció el derecho al sufragio femenino, terminando con una discriminación arbitraria e injusta; en 1958 se introdujo la “Cedula Única” poniendo fin a la práctica del cohecho. Hoy, pedimos el fin del binominal.

Y frente a quienes insisten en señalar que este sistema otorga gobernabilidad, la primera respuesta es clara y categórica: la demanda ya está en las calles, en los hogares, en el corazón de los chilenos y chilenas que sienten que el Congreso no los representa. La gobernabilidad no la otorga un sistema deslegitimado.

Queremos y buscamos desempatar una democracia empatada, donde la mayoría vale lo mismo que la minoría. Buscamos un sistema que permita una representación razonable de todas las corrientes de opinión importantes del país, incluyendo aquellas que, siendo minoritarias, constituyen sin duda un aporte al debate público.

El sistema binominal, ideado durante la dictadura, no fue el fruto de una reflexión general sobre el futuro de la política chilena. Fue, más bien, un esquema pensado y diseñado para favorecer a los amigos políticos de quienes detentaban, entonces, un poder político sin límites.

Escucharemos durante estos días voces, provenientes de la UDI y de los sectores más extremos de RN, y por supuesto del Gobierno, que dirán que este problema no le importa a la gente. Qué falta de empatía, qué falta de conexión. Se equivocan al desvincular la solución a los desafíos de la salud, la seguridad ciudadana, la educación o el empleo de la legitimidad y eficacia de la institucionalidad democrática encargada de procesar tales demandas.

Así las cosas, está claro quienes se oponen, y nadie creerá las excusas de una ausencia de compromiso por parte de quienes estamos en el Congreso. Están dadas todas las condiciones, incluso los votos. En La Moneda, esta realidad incomoda y obviamente intentarán ocultarla.

Fin al Binominal ahora y con urgencia.

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