El gabinete de seguridad de Israel aprobó en forma unánime un nuevo plan para ampliar la ofensiva militar en la Franja de Gaza. Bautizado como "Operación Carros de Gedeón”, incluye la "conquista de Gaza” y la ocupación del territorio. Igualmente se aprobó el reclutamiento de decenas de miles de reservistas para llevar a cabo la operación. Detalles de este acuerdo en Israel se han filtrado en las últimas horas, justo cuando el presidente de EE UU Donald Trump realiza una gira regional que incluye Emiratpos Árabaes, Catar y Arabia Saudita
De acuerdo con lo que ha trascendido hasta ahora, el plan
ofensivo contempla la toma del control del territorio de Gaza, el
desplazamiento forzado de la población civil al sur de la Franja, el
"desmantelamiento” del grupo militante Hamás, la liberación de los rehenes
que quedan y el establecimiento de un nuevo mecanismo de ayuda, pero sólo
después de que haya comenzado la operación.
Frente a las actividades de Trump en la región, no se espera
que el plan se aplique ahora plenamente hasta después que el Mandatario concluya su visita regional.
Precisamente Trump espera en la región continuar los esfuerzos para
alcanzar un alto el fuego y un acuerdo sobre los rehenes con Hamás, como declaró
un funcionario israelí en Jerusalén.
Según los últimos informes, 59 rehenes siguen retenidos
en Gaza tras el ataque terrorista dirigido por Hamás el 7 de octubre de 2023.
Se cree que sólo 24 de ellos están vivos. Informes del Ministerio de Sanidad de
Gaza afirman que la campaña militar masiva que Israel lanzó en Gaza como
respuesta ha causado la muerte de unos 52.000 palestinos, la mayoría de ellos
civiles. Las agencias internacionales consideran en general que el recuento de
muertos del Ministerio de Gaza es fiable.
Tras la decisión del gabinete, el primer ministro
Benjamin Netanyahu, reclamado por la Corte Penal Internacional (CPI) por
crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad, afirmó en un mensaje de
video publicado en X que la nueva ofensiva en Gaza tendrá como objetivo
derrotar a Hamás. Añadió que "la población será desplazada para su
propia protección”.
De acuerdo con el derecho internacional, el
desplazamiento forzado de civiles durante un conflicto armado es un crimen de
guerra. Cuando se hace de forma sistemática, también puede considerarse un
crimen contra la humanidad.
El lunes, el portavoz militar de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), Ephraim Defrin,
declaró que "el objetivo es el retorno de los rehenes, y el
desmantelamiento y la derrota definitiva del régimen de Hamás”. También
confirmó que un aspecto central de la operación militar es el traslado forzoso
de la "mayoría de la población de la Franja de Gaza” a zonas del sur. No
está claro qué ocurriría con las personas que no pudieran o no quisieran
marcharse.
Además, un alto funcionario de seguridad dijo a la prensa
que los objetivos operativos incluirían un "programa de transferencia voluntaria”
para los desplazados en el sur, aparentemente en alusión a la controvertida
propuesta de Trump de que Estados Unidos tome posesión del territorio y
desplace a la población de Gaza a terceros países. Funcionarios de las Naciones
Unidas han calificado la medida compo "limpieza étnica".
En los primeros meses de la guerra, casi el 90 por
ciento de los 2,3 millones de habitantes de la Franja de Gaza tuvieron que
dejar sus hogares debido a las "órdenes de evacuación” emitidas por el
Ejército. Después de que Israel creara el corredor de Netzarim, una zona
militar que divide el norte del sur de Gaza, no pudieron regresar hasta que
entró en vigor un alto el fuego en enero.
La ONU estima que, desde que Israel reanudó su ofensiva,
alrededor del 70 por ciento del territorio forma parte de una "zona
roja”, donde es necesaria la coordinación con el Ejército, o de áreas sujetas a
las denominadas "órdenes de evacuación”. Esto ha reducido a cientos de
miles de palestinos a un espacio cada vez más pequeño, mientras continúan los
bombardeos y ataques aéreos en toda la Franja de Gaza.
Trump en su primera
parada en Riad, en el marco de su gira este martes 13 de mayo, donde se esperaba una recepción por parte de la
familia real que encabeza Mohammed Bin Salman,
tenía previsto inaugurar un foro de inversiones Arabia Saudita-Estados Unidos.
Además, desde el país del Golfo han construido lazos personales con el
presidente y han prometido colectivamente billones en inversiones en Estados
Unidos.
En el plano diplomático, el Gobierno saudita afirmó
también que espera que se logren "intereses y visión comunes" con el presidente.
De hecho, el país, a través de su ministro de Estado, destacó en una rueda de
prensa que seguía de cerca los acontecimientos en la región y el mundo", y
reiteró "su categórico
rechazo" al anuncio de Israel sobre una "incursión y control de la
Franja de Gaza y los territorios palestinos". Por lo tanto, se
espera que la causa palestina esté sobre la mesa.
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