Su legado
perdurará en la memoria colectiva, especialmente por sus célebres
frases.
José “Pepe” Mujica nació el 20 de mayo de
1935 en Montevideo. Fue presidente de Uruguay entre 2010 y
2015, pero su trayectoria comenzó décadas antes como integrante del Movimiento
de Liberación Nacional-Tupamaros. Por
esta militancia, fue detenido durante la dictadura cívico-militar y
estuvo preso entre 1972 y 1985.
Con el regreso de la democracia, Mujica ingresó a la política, siendo
elegido diputado en 1989 y luego senador. También fue ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca antes de asumir
la presidencia en 2010.
En 2020, se retiró de la política activa debido al
COVID-19. “La pandemia me está retirando”, dijo Mujica quien era
conocido por su estilo de vida austero, ya que vivía en una casa sencilla
y donaba la mayor parte de su sueldo. Sus reflexiones y frases lo
convirtieron en una figura reconocida en todo el mundo.
En su última
entrevista, expresó su deseo de ser enterrado allí mismo, junto a
su perra Manuela, al borde de una asequía. "Estoy haciendo los papeles para que ahí también me entierren
a mí. Y ya está", dijo.
Hasta el final,
Mujica mantuvo un fuerte compromiso con el futuro político del país.
A fines de
2024, respaldó la candidatura de Yamandú Orsi, su
delfín político, quien fue electo presidente y asumió en
marzo de 2025. Con esta transición, el proyecto de izquierda impulsado
por Mujica aseguró su continuidad más allá de su figura.
Agradeció en
sus últimas declaraciones a su esposa, la ex vicepresidenta Lucía Topolansky, compañera de militancia y de
vida.
Último
mensaje
"A pesar
de todos los pesares, estuve añares preso, me pasó de todo, después fui
presidente. Entonces tengo que gritarle gracias a la vida", dijo a BBC
Mundo en noviembre de 2024, en una entrevista. Poco antes, en octubre del
2024, Pepe Mujica participó en el último acto público de campaña, donde
entregó un emotivo discurso en el marco de la candidatura por el Frente
Amplio del actual presidente Orsi.
"Es la
primera vez en los últimos 40 años que no participo en una campaña
electoral estando el resto y lo hago porque estoy peleando con la
muerte, al final del partido, absolutamente convencido y consciente, pero tenía
que venir hoy acá, por lo que simbolizan ustedes", explicó en ese
entonces Mujica.
"Soy un
anciano que está muy cerca de emprender la retirada de donde no se vuelve, pero
soy feliz porque están ustedes, porque cuando mis brazos se vayan
habrá miles de brazos sustituyendo la lucha y toda mi vida dije que los
mejores dirigentes son los que dejan una barra que los supera con
ventaja", añadió.
Así, en ese
momento mencionaba que estaba vivo por su "compañera" y por
"otra mujer", que es su doctora y reflexionó que las nuevas
generaciones "van a vivir un cambio en el mundo que no ha conocido la
humanidad".
Las mejores frases de José “Pepe” Mujica
1. “No soy pobre, soy sobrio, liviano de equipaje, vivo con lo justo
para que las cosas no me roben la libertad”.
2. “Ser libre es gastar la mayor cantidad de tiempo de nuestra vida en
aquello que nos gusta hacer”.
3. “Enfrentamos al sedentarismo con caminadores, al insomnio con pastillas y
a la soledad con electrónica”.
4. “Pobres no son los que tienen poco. Son los que quieren mucho. Yo no
vivo con pobreza, vivo con austeridad, con renunciamiento. Preciso
poco para vivir”.
5. “Siento rabia, me caliento, digo disparates, pero no puedo cultivar
el odio. Hay que respetar, sobre todo cuando más duele”.
6. “Me comí 14 años en cana (…) La noche que me ponían un colchón me sentía
confortable, aprendí que si no puedes ser feliz con pocas cosas no vas
a ser feliz con muchas cosas. La soledad de la prisión me hizo valorar
muchas cosas”.
7. “Lo imposible cuesta un poco más, y derrotados son solo aquellos
que bajan los brazos y se entregan”.
8. “No es bonito legalizar la marihuana, pero peor es regalar gente al narco. La
única adicción saludable es la del amor”.
9. “Sí, yo estoy cansado, pero esto no para hasta el día que me
lleven en un cajón o cuando sea un viejo lelo”.
10. “El guerrero tiene derecho a su descanso”.
Opinión
de la Deutsche Welle
José
"Pepe" Mujica despertó simpatías en todo el mundo. Desde la
prensa internacional, pasando por estrellas del pop, hasta políticos de primer
rango, no hubo quien escapara a su carisma, basado en la franqueza, la
picardía, las palabras sin rodeos y una vivida austeridad, en una sociedad
global sacudida a menudo por los escándalos, la corrupción y el doble
discurso.
Más
admirado fue en el exterior que en su país, donde la proximidad permitía ver
más los claroscuros de una personalidad compleja, capaz de decir una cosa y la
contraria, defender al mismo tiempo la democracia y la revolución socialista,
la libre empresa y la Cuba de los Castro, la guerrilla y el Parlamento, el
anticapitalismo y una política económica ortodoxa.
Esa
ubicuidad lo llevó a hacer buenas migas tanto con Barack Obama como con Nicolás
Maduro, Aerosmith y Ricky Martin. Se autodefinió como un "animal
político", y lo demostró hasta el final de sus días. En 2016 fue mediador
en las negociaciones de paz en Cuba entre la guerrilla colombiana de las FARC y
el Gobierno de Colombia.
Tres
de sus proyectos quedan, sobre todo, en la memoria del mundo, que miró asombrado
hacia un pequeño país casi en el fin del mapa: la legalización del aborto, a
finales de 2012; el matrimonio homosexual, en 2013 y, a fines de ese mismo año,
la legalización del uso recreativo de la marihuana, con Uruguay como primer
Estado plantador de cannabis del globo. "El mundo tiene que aceptar
ciertas cosas que son inalterables", dijo al respecto de esas decisiones,
que para él no eran ni de izquierda, sino simplemente una cuestión de sentido
común.
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