León XIV es el nombre que ha escogido el nuevo sumo Pontífice de la Iglesia católica que fue elegido este jueves en el Vaticano.
En Perú, ya antes de su elección, era contado entre los favoritos para convertirse en el sucesor del papa Francisco. Y es que el cardenal estadounidense Robert Francis Prevost Martínez, nacido en Chicago en 1955, tiene también la nacionalidad peruana, según destacan este jueves los medios peruanos.
El estadounidense no sólo fue obispo de Chiclayo, en
Perú, sino que presidió la Pontificia Comisión para América Latina. Mucho hace
suponer que seguirá la senda del fallecido Papa argentino Francisco.
León XIV es el nombre que ha escogido el nuevo sumo Pontífice de la
Iglesia católica. En Perú
, ya antes de su elección, era
contado entre los favoritos para convertirse en el sucesor
del papa Francisco. Y es que el cardenal
estadounidense Robert Francis Prevost Martínez, nacido en Chicago en 1955,
tiene también la nacionalidad peruana.
La obtuvo en 2015, año en que el papa Francisco lo nombró obispo de Chiclayo. Luego como prefecto del Dicasterio para los Obispos y de presidir la Pontifica Comisión para América Latina tuvo un papel destacado en la nominación de obispos en todo el mundo.
Durante más de 600 años, ningún papa había elegido un nombre que no hubiera aparecido previamente en las estadísticas papales. Es el caso del Papa Francisco.
El deseo de un vagabundo
"Creo que
la elección del nombre suele ser programática", declara a la Deutsche
Welle Jörg Ernesti, teólogo católico de Augsburgo y experto papal. El papa
Francisco comentó en Esperanza: "Durante los días del
cónclave, un sin techo apareció en la plaza frente a la Basílica de San Pedro
con un cartel colgado del cuello, donde ponía 'Papa Francisco I'. Pero me di
cuenta muchos días después, cuando varios periódicos publicaron su foto".
Antes de
Bergoglio, el papa número 266, nadie había elegido el nombre Francisco.
Otros, en cambio, se han repetido con frecuencia: Juan (23 veces y elegido
por última vez en 1958-1963), Gregorio (16 veces y por última vez en
1831-1846), Benedicto (en 16 ocasiones y por última vez entre 2005-2013),
Clemente (14 y por última vez entre 1769-1774), Inocencio (13 y por última vez
entre 1721-1724), León (13 y por última vez entre 1878-1903) y Pío (12 veces y
por última vez en 1939-1958). También hay más de 40 nombres escogidos tan solo
una vez, como Pedro, Fabián, Constantino o Francisco.
Los papas de
los primeros siglos, empezando por Pedro, no cambiaron sus nombres de
nacimiento. Según explica el experto papal Ernesti, la primera elección con un
nombre distinto al real, "probablemente ocurrió en el año 533, por
vergüenza”. El líder de la iglesia elegido en aquel momento llevaba el
nombre de un dios pagano, Mercurio, y "entonces eligió el nombre de Juan
II”.
Con el papa Francisco ha quedado claro lo programático que puede ser un nombre. San Francisco de Asís (1182-1226), hijo de un comerciante de Asís, Italia, sintió la llamada de Jesús, renunció a toda sus riquezas, vivió en la pobreza total y fundó la orden franciscana. Ambos papas dedicaron sus vidas a los pobres. El papa argentino visitó Asís con más frecuencia que cualquier otro lugar fuera de Roma.
Más recientemente, Pablo VI (1963-1978) fue probablemente el ejemplo más claro de elección programática de un nombre. Su ejemplo fue el apóstol Pablo, quien difundió el cristianismo en los primeros años después de Jesús, más allá de lo que entonces era Palestina, en aquella época el mundo.
Pablo IV,
arzobispo de Milán antes de su elección como papa, se consideraba un apóstol
moderno del pueblo. Poco más de cuatro meses después de su elección, fue el
primer papa en ejercicio en subirse a un avión y viajar a Tierra Santa y, un
año después, a Bombay, India. Siguieron otros viajes importantes, como las
Naciones Unidas en Nueva York, Uganda, Asia, Oceanía y Australia.
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