Ejecutada con metodología distinta a la de otras encuestas y sondeos de opinión, de manera presencial el encuestador frente al encuestado, el trabajo de CEP siempre ha concitado atención por su precisión en detectar correctamente las principales tendencias en años electorales. La encuesta actual, dada a conocer anteayer, confirma la preferencia por las opciones de la derecha, el énfasis en temas de seguridad ciudadana, la necesidad de volver al crecimiento económico, la preocupación por un percibido auge de la delincuencia en diversas facetas.
La percepción de tendencias se traslada a la situación electoral, los tres candidatos de derecha encabezan las preferencias, Evelyn Matthei, José Antonio Kast y Johannes Kaiser, en ese orden; mientras los candidatos de izquierda van de cuarto lugar hacia abajo a considerable distancia, con Carolina Tohá la única que marca sobre el margen de error, los demás quedan en ese lugar inquietante, esto tal vez podría cambiar durante las semanas por delante, en el marco de la primaria del sector, pero sin duda las fuerzas en la coalición de gobierno corren serio riesgo de sufrir un desfonde electoral. En este sentido, la caída de la estimación favorable del Presidente Boric al 22% es un dato que debe evaluarse con cuidado, es un descenso de ocho puntos a partir del 30% por tantos meses apuntalando la gestión presidencial.
Algo más del 52% de los encuestados manifestaron no saber ni tener decisión firme sobre los candidatos presidenciales. Este dato podría indicar una elección presidencial abierta en el marco de la derecha; desde la izquierda, es muy difícil llegar a captar a dos tercios de los indecisos para nivelar el cuadro. El deterioro electoral de la izquierda, de mantenerse en la forma como se detecta en la encuesta CEP, podría resultar en amplia mayoría de la derecha en la elección de diputados y senadores al Congreso, en elección con voto obligatorio bajo sistema proporcional; la coalición de gobierno necesita marcar sobre el 30% para poder aprovechar la división de la derecha, el ideal sería un 35% que permitiría disputar una mayoría relativa en el Congreso; pero esa meta parece, según los datos considerados, cada día más distante. Los resultados de la encuesta CEP prometen la posibilidad para unos, el alto y serio riesgo para otros, de un giro copernicano en la política como sería el control del Congreso y de la Presidencia de la República por coaliciones y partidos políticos de derecha.
Al margen de las coaliciones contendientes, el Partido Demócrata Cristiano contempla el acontecer sumido en profunda crisis. En grave error de racionalidad política proclamó la candidatura presidencial del diputado Alberto Undurraga, careciendo del peso específico para sustentar semejante candidatura; en el curso de las semanas, surgieron variadas voces cuestionando la opción de Undurraga por momentos en lenguaje injusto para con la persona del candidato, ofreciendo un espectáculo político muy cerca de un circo a varias pistas. Después de una insólita decisión del Tribunal Supremo, se ha convocado a Junta Nacional pasado mañana sábado, en busca de claridad y, ojalá, elemental racionalidad.
Alrededor del devenir en la institucionalidad democristiana, varios militantes, usando preferentemente los medios electrónicos, han hecho circular variadas opiniones, destaca la del histórico dirigente Juan Carlos Latorre quien afirmó: " Nuestro futuro se juega en recuperar la credibilidad en nuestros principios y consecuencia en nuestro actuar. Sólo eso nos hará renacer".
Tiene razón; sin embargo, el problema radica en ejecutar tan básica propuesta, desde hace ya muchos años la DC dejó de ser un lugar desde el cual surgiera pensamiento político, tampoco ningún debate de ideas, surgió la percepción de pérdida de vitalidad intelectual.
En la situación vigente, la DC necesita alcanzar un acuerdo electoral con la izquierda, si bien algunos hablan de hacerlo solamente con una supuesta coalición con el PS, PPD y PR, algo así como volver a tiempos de la Concertación, eso no es posible, los otros partidos indicados han dado claras indicaciones de ir con el Frente Amplio y el Partido Comunista esperando captar el máximo posible de votos en sistema proporcional.
Entonces, la DC no tendría otra opción que no sea la de negociar integrarse a esa gran coalición desde el centro (la DC?) hasta la izquierda en su totalidad; habida cuenta de las características de nuestro actual régimen electoral, quedarse solo es receta segura para un desastre.
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