La combinación de berrinche, exabrupto, incidente en el Salón Oval (despacho presidencial) de la Casa Blanca entre el Presidente Donald Trump, su Vice Presidente JD Vance, y Volodimir Zelensky el Presidente de Ucrania, ha impactado el juego de percepciones en los gobiernos y en los medios. Se ha llegado a extremos inconcebibles hace tan solo un par de semanas, llegándose a predecir el fin de la Alianza Atlántica y su principal instrumento, la OTAN.
El Primer Ministro del Reino Unido, Sir Keir Starmer, quien había estado con Trump en la Casa Blanca el jueves recién pasado, decidió asumir liderazgo dónde había un evidente vacío, y convocó a reunión de los jefes de estado y de gobierno europeos en Londres ayer domingo.
En un discurso de treinta minutos, afirmó que Europa estaba en una encrucijada, tendría que hacer el trabajo grueso y pesado, sin embargo, para ejecutarlo necesitaba mantener la relación con Estados Unidos.
Anunció un plan de ejecución inmediata de aumento del gasto militar en el orden de mil seiscientos millones de libras esterlinas, en su mayor parte destinados a fortalecer el apoyo en armamentos y logística a Ucrania. Esto repercutió esta mañana en la City de Londres: las acciones del más importante productor de equipos militares, BAE British Aerospace and Electronic Systems subieron un 18,7%, seguidas de cerca por las de Rolls Royce Engines. Sir Keir cerró su discurso con una propuesta de cuatro puntos:
1. Mantener asistencia militar a Ucrania, así como la presión económica y financiera sobre Rusia.
2. Ucrania debe estar en la mesa de negociaciones, garantizar su soberanía y seguridad.
3. En caso de lograrse un acuerdo de paz, continuaremos apoyando las capacidades defensivas de Ucrania, a fin de hacer desistir a cualquier eventual invasor.
4. Iremos adelante para desarrollar una coalición voluntariosa de los decididos a defender un acuerdo en Ucrania y garantizar la paz, el Reino Unido está dispuesto a poner tropas en terreno y aviones en el aire. Si hay un acuerdo con Rusia, éste debe ser defendido.
La Primera Ministro italiana Giorgia Meloni agregó: Por una paz duradera en Ucrania, es necesario tener una cumbre entre la Unión Europea y los Estados Unidos, idea inmediatamente secundada por el Presidente de Polonia Donald Tusk.
En la mañana de hoy, en el Times de Londres, Max Hastings afirmó: El trato agraviante de Trump a Zelensky pone a Occidente en medio de su más grave crisis desde 1945, pero como entonces debemos salir adelante.
En el Daily Telegraph, Lord Evans-Pritchard escribió: Ayer fue el día en que Gran Bretaña puso el Brexit detrás y asumió su nuevo rol en Europa, cuya parte en un nuevo orden mundial está siendo construída delante de nuestros ojos, los Estados Unidos un aliado distante.
Al otro lado del Canal de la Mancha, en París, las percepciones conducían a opiniones por momentos cataclísmicas.
Le Monde tituló su página editorial: Ucrania y Europa solos frente a Rusia. La ruptura transatlántica es profunda, el alineamiento del discurso de Trump con el de Putin presagia un cambio de alianzas, Europa queda sola frente a Rusia.
Es un inmenso desafío, implica acelerar el calendario de la defensa europea y preparar la opinión pública para un viraje brutal a otro mundo.
Por su parte, Le Figaro tituló: Guerra en Ucrania. Europa entre el pánico y la incredulidad, sola frente a su destino, ante la obligación de organizarse en respuesta al duro golpe del desenganche americano.
Escribiendo el editorial, Philippe Célig planteó: La guerra en Ucrania pone a los europeos ante una opción histórica, abandonar toda ambición de salvar lo que va quedando de su alianza con Estados Unidos y, prescindiendo de Trump y Putin, presentar su propio plan para un cese de las hostilidades.
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