Cinco autos Tesla estacionados frente al pórtico sur de la Casa Blanca en una exhibición para concretar una venta. Junto al potencial comprador se ve al “vendedor”, que es el dueño de la empresa, acompañado de su pequeño hijo.
En estos tiempos en que cada vez más empresas ofrecen
llevarte a la puerta de tu casa el auto de tu preferencia sin tener que ir al
concesionario, el presidente Donald Trump pudo revisar no uno sino cinco Teslas
que le fueron enviados a la Casa Blanca para que escogiera cuál quería comprar, como había prometido que haría para ayudar a la empresa de
su donante, contratista del Estado y últimamente
“asesor especial”, el multimillonario Elon Musk.
Por una media hora la entrada del pórtico sur de la Casa
Blanca se convirtió en una improvisada sala de exhibición de Teslas con la que
el presidente quería desagraviar a Musk, quien ha perdido unos $28,000 millones
de su patrimonio por la caída en el valor de la empresa, afectada por el
rechazo que está generando el papel del multimillonario en la feroz ola de despido de
decenas de miles de empleados federales que se está produciendo por recomendación del
llamado Departamento de Eficiencia Gubernamental que él dirige de facto.
Fue un comercial de media hora, en el que el cliente
(Trump) expresó su admiración por “un gran producto, lo mejor que puede haber”,
y el vendedor de autos (Musk) ofreciendo que “duplicará la producción” por “las
excelentes políticas del presidente Trump y su administración, y como un acto
de fe en Estados Unidos”.
Y para completar el aire promocional del evento, en un
momento Musk destacó que son autos “hechos en EEUU” y con la sonrisa del
vendedor espera cerrar el trato, dijo, viendo a las cámaras: “Pruébenlos, les
van a gustar”.
Durante el evento, el presidente
destacó que no tiene permitido manejar, haciendo referencia las reglas del
Servicio Secreto que no permite que los presidentes conduzcan autos en vías
públicas por razones de seguridad.
Sin embargo, Trump no nombró otras normas que impiden a
los funcionarios federales promover una marca privada y usando de trasfondo la
residencia presidencial.
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