OPINIÓN-POLÍTICA-KRADIARIO
“LOS 33” UN PAÍS ANORMAL: DE LA MISERIA DE LOS MINEROS A UN
GLAMOUR HOLLYWOODENSE
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Por Rafael Luis Gumucio Rivas
Cada
vez me produce más repugnancia nuestra casta plutocrática fascista. Pido perdón
por mi pesimismo, pero estoy convencido que esta crisis del sistema político
chileno va a terminar como la italiana del siglo pasado: a los corruptos
Benedetto Craxi y Amintore Fanfani les sucedió un personaje tétrico, como
Silvio Berlusconi.
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Al fin se sincera que los únicos dueños de la llamada
“democracia” hoy, son los capitalistas y que los políticos son sus lacayos y,
nosotros, los estúpidos, que nos convocan a elegir, cada cuatro años, cuál de
los mayordomos nos va a pegar menos correazos, así, el ciudadano elector es
sinónimo de masoquista.
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Con el
pasar del tiempo y unas pocas leyes de probidad y transparencia, la famosa
crisis institucional pasará de moda y aparecerá, porque somos tontos de remate
y el esfuerzo por sobrevivir nos impide preocuparnos de la política y todo
volverá a la normalidad. Que el más millonario de la casta oligárquica se
presente a candidato presidencial para un segundo período y que haya electores
que lo puedan llevar a “trono”, es seguro que será el Berlusconi chileno y,
claro, estaremos en la apoteosis del “a robar, a robar, que el mundo se va a
acabar”, pues al fin se sincerará que el
1% de los chilenos hace lo que quiere con el otro 99%.
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La
superproducción de los 33 mineros – “rescatados de las entrañas, como dicen los
siúticos - es la mejor pintura de este repugnante país anormal. El Avant
Premiere, realizado en el teatro de Las Condes, en Santiago, “alfombra roja”
mediante por donde desfilaron, entre otros protagonistas del filme, Antonio
Banderas y Mario Casas, muchas calcetineras y señoras de la “socialité”
ataviadas con su mejores galas, incluida la ex reina Cecilia Bolocco. ¡Y qué
sorpresa para los presentes y los televidentes! Aparece el señor Corales del
espectáculo, el super millonario Sebastián Piñera, el “héroe” que salvó de una
muerte segura a los “33” con su coraje y porfía, y que en el día del rescate
quiso vestirse uno de ellos – es que Sebastián, “el hacedor de fortunas y
salvador de Chile” no soporta
convertirse en un actor secundario y, como el “Rey Sol”, siempre querrá
ser el protagonista de todo drama e, incluso, comedia -.
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Que
Chile sea conocido – y tal vez admirado por el resto del mundo – por un
accidente cuya entera responsabilidad corresponde al Estado y a los empresarios
mineros que, en su afán de lucrar lo más posible, dejan a los mineros a su
suerte, sin ninguna política sobre prevención de riesgos. Más les valiera tener
vergüenza por las malas políticas laborales y en cambio, andar mostrando
piedras de la mina, incluso a la Reina Isabel y a la Canciller Ángela Merkel,
que se las cantó clarito por las nulas medidas de protección a los trabajadores
de las minas. Lo que estos mandatarios ignoran, tal vez, que en Chile unos
pocos “caballeros” explotan a su amaño a “los rotos” con la avaricia que los
caracteriza, a sabiendas de que la vida e integridad de los “hombrecitos” de
las minas valen muy poco, salvo que sean filmados por la mayoría de los Canales
de televisión del mundo, momento en que son utilizados los”33” para levantar la
candidatura del Presidente que cree que este país sigue siendo su mejor
negocio.
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Una de
las razones del éxito de Piñera en la política es su completa anomia: no se
hace ningún problema en confundir los negocios del Estado con los de sus
propias empresas, pues en el fondo, para él es la misma cosa. Hay que reconocer
que es, de lejos, el político que mejor encaja, hoy por hoy, en la podredumbre
del Chile plutocrático, corrupto y repugnante. El gran mérito de la derecha
empresarial es haber logrado que el parlamento y los políticos terminen siendo
una especie de “eunucos” al servicio del dios dinero.
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Chile
no un país, ni siquiera un paisaje, es sólo un espectáculo farandulero,
ramplón, siútico y frívolo, como el espectáculo de la “alfombra roja” – hasta
los mineros y sus esposas fueron correctamente
disfrazados de “caballeros”- repartiendo besos y sonrisas como si fueran
un Antonio Banderas o Mario Casas y, por qué no, Sebastián Piñera. Detrás de
las luces del Teatro Municipal de Las Condes, se esconde la verdadera realidad
de los mineros, que siguen tan empobrecidos como siempre. Del “jaguar” y de
“los argentinos mal vestidos” – los chilenos - , como chilenos nos gustaba
complacernos en nuestro estúpido narcisismo y chauvinismo, si sólo seguíamos
siendo un país subdesarrollado, que tal vez, ganó la lotería con los “cuatro
dólares” por libra de cobre, y que hoy basta que el precio baje a dos para que
sigamos siendo un país en vías de desarrollo. A diferencia de nuestros padres,
pobres, pero honrados, hoy igualmente pobres, pero sometidos por una casta
corrupta, cuyo único norte es el famoso “enriqueceos”, expresión de Francois
Guizot.
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