COLUMNA SEMANAL DE PSICOLOGÍA SOCIAL Y FAMILIAR-KRADIARIO
Por Jessika Krohne
El último tiempo nos hemos
visto enfrentados a delitos cada vez más violentos cometidos por jóvenes
menores de 18 años que se saben las leyes al revés y al derecho y tienen todo
el conocimiento de que las leyes los protegen. Ellos saben hasta donde pueden
llegar para no tener “problemas” con la ley y evitar la cárcel. Este grupo social delictivo genera una
inmensa preocupación para nuestro país. Se trata de jóvenes que efectivamente
han estado viviendo seguramente desde siempre en una vulnerabilidad social
importante, muchos de ellos han crecido en el SENAME y han carecido de
cuidadores personalizados.
Muchos de ellos vienen de familias, donde sus
propios padres tienen antecedentes importantes de delitos cometidos. El número
de esos jóvenes son considerables y no basta con cambiar la ley y decir: “Son
imputables” estableciendo para ellos una pena de por ejemplo 5 años y un día,
ya que si suponemos que estos jóvenes tienen entre 15 y 17 años, saldrían de la
cárcel entre los 20 y 22 años. Así, lo más probable es que en ese tiempo su conducta sea más agresiva y violenta, ya que todos sabemos que la cárcel no mejora,
sino que empeora, entonces no parece ser en absoluto una solución para ellos.
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Aquí hay que hacer un trabajo mucho más profundo con los jóvenes en general y con los que podrían estar formándose en este momento y obviamente
para prevenir adolescentes delincuentes a futuro.
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Lo que está sucediendo en
este momento es realmente preocupante, ya que estos adolescentes se sienten
totalmente inimputables y creen que pueden generar fácilmente dinero con robos,
hurtos y diferentes violencias y delitos. Eso también se debe a la sociedad
actual del consumismo y de los altos precios de las marcas en nuestro país.
Estos jóvenes crecen con la sensación de que si no roban, no van a tener nunca
la posibilidad de adquirir esos productos. A eso se suma la grave desigualdad
económica que existe en nuestro país y que parece ser cada vez más notoria.
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Este problema puede ser
mucho más grave aún, ya que a los jóvenes delincuentes al parecer les está
“resultando” esta conducta delictual que están llevando a cabo y están
adquiriendo los productos que ellos quieren de manera fácil, por lo que otros
adolescentes se pueden ver atraídos e influenciados de copiar dichas conductas
para obtener especies y productos de lujo que en este momento no están a su
alcance.
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Es por eso que hay que
actuar de manera urgente para trabajar con este grupo social delictivo y
vulnerable y empezar a realizar un trabajo interdisciplinario para acabar con
esta conducta y evitar que las mismas se traspasen o contagien a otros jóvenes.
Estimada,
ResponderBorrarDiscrepo mucho de sus conclusiones :
Es cierto que existe "consumismo y altos precios de las marcas en nuestro país", pero no debiera ser motivo para robar, mi familia no se puede comprar un Ferrari o comprarse un yate, pero eso no significa que mis hijos van a ir a robar. También estoy de acuerdo a que existe desigualdad y existen familias con mucho dinero en el país como Farkas, Luksic, Caglevic, etc., pero no por que no tenga ese dinero y lo encuentre injusto mis hijos van a salir a delinquir.
Yo voy a la mano dura, es decir, aumentar las penas y bajar la edad. Es cierto que si metemos a la cárcel a un joven de 15 saldría a los 20 mas peligroso, pero eso pasará a cualquier edad. Ha sabido de gente que robe gallinas ??, dirá que no ha escuchado, pero la razón es muy simple ya que nuestra ley retrograda impone 5 años de cárcel para quien lo haga, por ende no hay robo de gallinas.
Soy partidario de hacer cárceles privadas, donde el preso trabaje internamente para tener un mejor estandar dentro de la cárcel.
Bueno, el tema da para mucho y estoy de acuerdo que lo importante es la base de la familia y hay que ayudar, pero si aumentamos las penas de cárcel podrán decir que es exagerado, pero como dice el dicho “el que nada hace nada teme”.
Saludos … El Seguidor del Gurú.