"LA PAZ AHORA" QUE PLANTEÓ LA UDI HACE DIEZ AÑOS AL CUMPLIRSE 30 AÑOS DEL GOLPE
Esta vez no hubo nuevas muestras de reconciliación de parte de la
extrema derecha
Hace 10 años, cuando se conmemoraron los 30 años del golpe de
Estado de 1973, el escenario político también estaba marcado por lo que sucedió
en dictadura, las violaciones a los Derechos Humanos y el debate sobre las
eventuales responsabilidades de dirigentes actuales. Sin embargo, hubo en el 2003
una mayor y mejor disposición de la derecha conservadora, que nació y se organizó
en dictadura, a buscar la paz interna como fue la publicación del
documento elaborado por la Unión Demócrata Independiente (UDI) “ La paz ahora”.
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Sin hacer una nueva señal de paz, el presidente gremialista, Patricio Melero, tras participar hoy del comité político en La Moneda, recordó que la postura de su tienda está en dicho texto, instancia donde además presentaron una "propuesta concreta en materia de reparación de DD.HH.", asegurando que "hemos votado todos los proyectos de ley en esa misma dirección".
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Pero, ¿qué decía el documento publicado el 20 de junio de 2003? Revisa sus principales puntos:
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- "Es una realidad que en los últimos 40 años, Chile ha atravesado un período de grandes conmociones, muchas de ellas con muy dolorosas manifestaciones. Es una realidad que, durante ellas, muchas veces se cometieron excesos graves. Todos los chilenos nos dolemos de eso y quisiéramos que nunca volviera a repetirse nada semejante. Pero no basta con desearlo. Hay que actuar eficaz y conducentemente para lograrlo, en toda la medida de nuestras capacidades".
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- "No podemos borrar el dolor del pasado, que nosotros queremos hacer nuestro, en señal de solidaridad, pero sí podemos actuar para reducir el dolor del presente y para prevenir el del futuro, en cuanto nos sea posible".
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- "Sabemos que algunos nos criticarán por plantear una vía de reparación para las familias de aquellos cuyos derechos básicos fueron vulnerados durante el Gobierno Militar. No nos sorprende, porque igualmente se nos criticaría por no plantearla. Hacemos nuestras las palabras de Jaime Guzmán: 'No me importa mi imagen, sino mi conciencia'".
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- "Tales graves excesos tuvieron lugar, es una evidencia: causaron y causan un dolor que también nosotros sentimos, y ellos no deben repetirse nunca. Sus consecuencias deben repararse y son responsabilidad de todos los chilenos; la UDI lo cree una necesidad moral, histórica y nacional, actualmente impostergable".
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Sin hacer una nueva señal de paz, el presidente gremialista, Patricio Melero, tras participar hoy del comité político en La Moneda, recordó que la postura de su tienda está en dicho texto, instancia donde además presentaron una "propuesta concreta en materia de reparación de DD.HH.", asegurando que "hemos votado todos los proyectos de ley en esa misma dirección".
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Pero, ¿qué decía el documento publicado el 20 de junio de 2003? Revisa sus principales puntos:
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- "Es una realidad que en los últimos 40 años, Chile ha atravesado un período de grandes conmociones, muchas de ellas con muy dolorosas manifestaciones. Es una realidad que, durante ellas, muchas veces se cometieron excesos graves. Todos los chilenos nos dolemos de eso y quisiéramos que nunca volviera a repetirse nada semejante. Pero no basta con desearlo. Hay que actuar eficaz y conducentemente para lograrlo, en toda la medida de nuestras capacidades".
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- "No podemos borrar el dolor del pasado, que nosotros queremos hacer nuestro, en señal de solidaridad, pero sí podemos actuar para reducir el dolor del presente y para prevenir el del futuro, en cuanto nos sea posible".
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- "Sabemos que algunos nos criticarán por plantear una vía de reparación para las familias de aquellos cuyos derechos básicos fueron vulnerados durante el Gobierno Militar. No nos sorprende, porque igualmente se nos criticaría por no plantearla. Hacemos nuestras las palabras de Jaime Guzmán: 'No me importa mi imagen, sino mi conciencia'".
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- "Tales graves excesos tuvieron lugar, es una evidencia: causaron y causan un dolor que también nosotros sentimos, y ellos no deben repetirse nunca. Sus consecuencias deben repararse y son responsabilidad de todos los chilenos; la UDI lo cree una necesidad moral, histórica y nacional, actualmente impostergable".
- "No son justificables, pero no hay registro histórico
de que una conmoción de esa magnitud tenga lugar sin que deban lamentarse
situaciones trágicas e injustas. Los odios y los miedos despertados en millones
de chilenos por los propósitos expresos y por los métodos de la Unidad Popular
mientras ella ocupó el gobierno, originaron uno de esos cuadros sociales en que
toda la mentalidad colectiva está alterada, y al desaparecer el poder de quien
despertó tales odiosidades, se desatan reacciones que quiebran todos los
patrones normales de comportamiento".
- "El problema de los derechos humanos vulnerados, con
toda su gravedad moral y su justa carga emocional, no afecta la legitimidad
intrínseca del paso que entonces dieron las Fuerzas Armadas y de Orden, a
petición de la mayoría ciudadana, tras el quebrantamiento de todas las vías
institucionales por la Unidad Popular. Y no es justo silenciar que muchos
uniformados, así como muchos civiles, murieron o sufrieron lesiones
irreparables a manos de la Unidad Popular y sus partidarios, antes, durante y
después del 11 de septiembre de 1973. También ellos vieron sus derechos humanos
vulnerados. Millones de chilenos se sintieron amenazados por la violencia
física, moral y política que estaban ejerciendo sobre ellos grupos
ideologizados que, mediante la ruptura institucional, pretendieron establecer
un régimen totalitario, como ha ocurrido y sigue ocurriendo en Cuba por casi
medio siglo, y como, expresamente, se quería entonces que sucediera también en
Chile".
- "Mirando hacia atrás, todos los sectores, sin
excepción, deberíamos admitir que, antes y después del 11 de septiembre de
1973, habríamos podido hacer más por resguardar los derechos humanos
fundamentales, que no son patrimonio exclusivo de nadie. Pero eso es algo que
cabe pensar con los antecedentes hoy disponibles y con la visión que ahora es
posible: otra era la situación real entre el fragor de los odios, los peligros
y las luchas de entonces".
Cabe destacar que en todo el texto recuerda los asesinatos
de sus históricos dirigentes: Simón Yévenes (1986) y Jaime Guzmán (1991).
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