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domingo, 5 de junio de 2011

Elecciones en Perú: Eventual victoria de Ollanta Humala coloca a los inversionistas al borde de un ataque de nervios

Ollanta Humala de 48 años de edad tendrá días difíciles tras haberse convertido hoy en el sucesor eventual de Alán García en la Presidencia peruana, porque, a pesar de su nacionalismo y de sus vínculos con los presidentes Hugo Chávez de Venezuela y Evo Morales de Bolivia, deberá demostrar con la banda presidencial el tono moderado que utilizó durante su campaña como también su capacidad de gobernar y dialogar con todos los sectores políticos y sociales del país.

Es cierto que Humala ya no es el chavista de 2006 porque sabe muy bien  que la realidad hoy es muy diferente en su país. El sabe, por ejemplo, que si abandona el modelo neoliberal tendrá problemas porque los inversionistas comenzarán a emigrar rápidamente. Desde ya se espera para mañana una caída fuerte de la Bolsa de Comercio, a pesar que altos personeros de la economía del país hacían ya gestiones para que esto no ocurra, intentando conversar y escuchar a Humala sobre sus planes económico-financieros.

Los empresarios se quejaron durante toda la campaña que Humala no entregaba una visión clara sobre lo que desea hacer como Presidente en el campo económico-financiero, lo que precupó al sector inversionista.

El ministro de Economía del Perú, Ismael Benavides, declaró el 19 de abril pasado que “por la incertidumbre que generan algunas propuestas de Ollanta Humala, la economía se desaceleraría desde abril”, según publicó el diario peruano Gestión. Añadió que ciertos inversionistas han paralizado sus proyectos hasta tener una visión más clara de lo que pasará después de la segunda vuelta. Para el titular de Economía y Finanzas, se deben establecer reglas claras y estables para que el inversionista no pierda la confianza para seguir trabajando en el Perú. “Considero que el inversionista nacional es más sensible que el extranjero”, especificó.

En una entrevista con GDA publicada hoy por El Mercurio de Santiago se le preguntó a Humala las razones que tuvo para cambiar unas cuatro veces su programa económico, a lo cual el respondió: "Esos cambios los fuimos haciendo porque recibimos críticas, algunas muy valiosas y las supimos escuchar. Otras innecesarias e injustificadas que salieron al calor de la campaña. Y fuimos mejorando nuestro programa y creo que sí, que fuimos entendidos, porque la estructura medular de nuestra propuesta sigue intacta y está basada en la distribución del ingreso con medidas efectivas, como la jubilación a los 65 años y un paquete de medidas sociales".

-Los mercados mostraron su nerviosismo ante la posibilidad de que usted llegue al poder. ¿Por qué los asusta tanto?

"Eso obedece al accionar de algunos que aprovechan la ocasión para especular. Nosotros vamos a transmitir confianza y a respetar las inversiones externas con dos pilares. Vamos a consolidar la paz jurídica y la paz social. O sea, tendremos un Estado serio y transparente que respeta los acuerdos. No tenemos problemas en renegociar contratos con nadie. Siempre y cuando se haga seriamente y de manera transparente y sin presiones de ningún tipo".

Igualmente se le consultó sobre expresiones utilizadas en su discurso de cierre de campaña al hablar de   "habilitar la posibilidad de revocar el mandato presidencial y de terminarlo con un "¡Viva el Nacionalismo!". El periodista le aclara que hablar de "revocatorios" en Sudamérica es hablar de cambios constitucionales .

"Actualmente no se le puede dar un cheque en blanco a los mandatarios elegidos para que hagan lo que les venga en gana. Es necesario que se cumpla con los compromisos asumidos y que el pueblo pueda ejercer su derecho a pedirles la rendición de cuentas. Se trata de un mecanismo democrático".

Pero para eso hay que reformar la Constitución como lo hicieron Hugo Chávez o Rafael Correa. ¿O no?, acotó el periodista: "No, en absoluto. No creemos ni vamos a permitir el cambio de la Constitución para fines reeleccionistas. Eso lo firmé ante la sociedad peruana".

-¿Y ese "¡Viva el nacionalismo!"? Creía que eso era en 2006.

"Nacionalismo significa amor por el Perú. Más que eso: se trata de la construcción de una nación. Darle un carácter nacional a los grandes retos que tiene por delante el país. Significa la construcción de un futuro común, dicho como un concepto político, no como una definición económica. La nación peruana está aún en formación. Se requiere un proyecto de inclusión y de unidad".

-Keiko Fujimori dijo que no indultaría a su padre. ¿Usted haría lo propio con su hermano Antauro (preso por el ataque a la policía de Andahuaylas)?

"Claro que no. Desde el principio, siempre condené el accionar de mi hermano. En cambio, ella siempre defendió a su padre y dijo que él era inocente a pesar de que fue probada la violación de DD.HH., y de que en el juicio él se declaró culpable de corrupción. Recién, a partir de la segunda vuelta, ella cambió su discurso y se alejó un poco de su padre.

¿Quién es el nuevo Presidente?
Ollanta Humala, nacido en Lima el 27 de junio de 1962, pertenece a una familia provinciana que profesa el nacionalismo y rinde culto al imperio inca. Por eso sus padres lo bautizaron Ollanta, nombre de un general inca. Fiel a la tradición familiar, él y su esposa, Nadine Heredia, pusieron a sus hijas nombres quechuas: Illari (de 8 años) y Naira (6), que en el idioma de los incas significan "dulce amanecer" y "mirada profunda". Un varón nacido en plena campaña electoral hace tres meses se llama Samin, "el que trae dicha y prosperidad".

Cuando apareció en 2006 por primera vez como candidato -constituyéndose en un gran fenómeno de aceptación popular- Humala se caracterizaba por un estilo autoritario y confrontacional. De ese perfil ahora queda muy poco o casi nada.

El ex comandante del Ejército, de 48 años, se desplazó hacia el centro del espectro político, señalando su admiración por el ex presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva, tal como hace 5 años lo hizo por Chávez, de quien ha tomado distancia.

Ese nuevo estilo pragmático es el que le permite ahora llegar a la Presidencia, lejos del dirigente de 2006 que fue derrotado sin atenuantes por el hoy presidente Alan García, considerado entonces "el mal menor".

Ahora logró convencer a más de la mitad de los peruanos y a varios intelectuales que lo prefirieron a la derechista Keiko Fujimori, hija del encarcelado ex presidente Alberto Fujimori, condenado por violación a los derechos humanos.

Es el caso en particular del premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, quien lo denostó por años pero ahora prefiere a Humala antes que a Keiko, por considerar que la hija de Fujimori continuaría un régimen oprobioso para el Perú.

En el país con mayor crecimiento del PBI en América Latina en la última década, los economistas tildaron a Humala de izquierdista que quiere frenar todos los avances. Por eso Humala ha tenido que jurar, incluso poniendo la mano sobre una Biblia, que mantendrá el modelo y que un cambio de Constitución que propone -y que pone los pelos de punta a vastos sectores- sólo lo haría si hay consenso.

"El Perú ha cambiado y yo también", sostiene. "Estamos dispuestos a hacer muchas concesiones por la unidad del Perú", ha dicho.

Con una base electoral concentrada en el sur andino de mayoría indígena y donde no llega la nueva prosperidad, Humala participó como militar en el combate contra Sendero Luminoso en los 90 y fue acusado de haber violado derechos humanos. La justicia investigó sin encontrar pruebas.

En 2000 se sublevó junto a su hermano Antauro contra el gobierno de Fujimori, ya debilitado por acusaciones de corrupción. Resultaron ambos apresados, pero luego de que Fujimori se fugara del país fueron amnistiados."El levantamiento no tenía ningún cálculo político, era simplemente defender el orden constitucional", afirma.

Más adelante Humala dio un apoyo a la distancia a una asonada que protagonizó su hermano Antauro el 1 de enero de 2005, al tomar por asalto una comisaría en la localidad de Andahuaylas (sudeste), que acabó con la muerte de cuatro policías, para exigir la renuncia del presidente Alejandro Toledo. Paradojas de la política: Toledo lo apoyó en la segunda vuelta.

Actualmente está distanciado de Antauro, quien cumple 25 años de cárcel por la acción de Andahuaylas. También está alejado de otro hermano, Ulises, quien sostuvo hace poco que Ollanta es "un chavista disfrazado".

El ex militar, ahora casi Presidente, dice que no hubo condiciones para el apoyo que le dieron personalidades de centroderecha, como Vargas Llosa y el ex Mandatario Alejandro Toledo, y reconoce que cambió su programa porque escuchó las críticas.

"Ellos, al apoyarme, están apoyando la defensa de la democracia pero con inclusión social. No soy San Martín de Porres, pero tampoco soy un peligro", declaró en la entrevista con GDA.

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