Por Enrique Fernández
- ¡Sonríe! –dice la ex “Miss Universo” Cecilia Bolocco desde la pantalla del televisor, invitándonos a usar la tarjeta de una conocida multitienda. La misma multitienda que creó un banco y que tiene sucursales en Argentina, Colombia y Perú. Usted se deja seducir por la bella modelo, adquiere la tarjeta y al poco tiempo recibe una carta.
- Sonríe siempre –insiste el mensaje, al informarnos que tenemos un crédito aprobado. Usted piensa: “¡Oh, sorpresa!”…, porque nunca había pedido ese crédito. La oferta es nada menos que por 5.000.000 de pesos, como para comprar un auto pequeño o “city car”. Y puede pagarle a la multitienda en 48 cuotas de 151.305 pesos cada una. Es decir, al cabo de cuatro años, por los cinco millones que le prestaron usted pagará más de siete millones. Para ser precisos, 7.262.640, sin considerar alguna “comisión”, seguro de desgravamen o gasto administrativo en que haya incurrido el banco para otorgarle tan generoso préstamo.
¿Cuánto pagará en intereses? Un 45,25%.
Entonces, para no endeudarse con el comercio –ahora lo llaman “retail”- usted va y recurre a un banco en la primera cuadra de Ahumada. Ahí le ofrecen un crédito de consumo de 3.000.000 de pesos que puede pagar en 48 cuotas. ¿Se da cuenta? Son cuatro años… ¿Y de cuánto estamos hablando para cada cuota? De 95.990 pesos. En consecuencia, le prestan tres millones y le cobran… 4.607.520 pesos. Usted está pagando 1.607.520 pesos más de lo que le prestaron, con un interés de 53,58%, sin considerar las “comisiones” ni “gastos de administración”.
Y conste que no estamos hablando de “La Polar” sino de empresas serias, porque en el caso de “La Polar” se les pasó la mano. Los clientes que se endeudaron no pudieron cubrir sus deudas por los elevados intereses. Entonces la tienda aplicó en forma unilateral –sin consultar a los clientes morosos- una repactación de la deuda, una prolongación de los plazos de pago, donde la suma adeudada se duplicó o se triplicó.
-¡Saca la cuenta! –grita desde el televisor el cantante y animador Luis Jara. Su invitación es casi una orden, un desafío, para que usted descubra las ventajas que le ofrece la tarjeta de crédito de un supermercado. Y si usted no se distrae con la cautivadora sonrisa del artista, haga lo que él dice y saque la cuenta… para saber cuánto “ahorra” con esa tarjeta.
Si pide un modesto avance de 100.000 pesos, podrá pagarlo en 15 “cómodas cuotas” mensuales de 8.790 pesos. En suma, usted pagará al final 131.850, con un interés de 31,9%.
Más moderada en sus pretensiones es la tarjeta de una tienda que “fascina” a Felipe Camiroaga y otros personajes de la televisión. Una de sus fascinantes ofertas es un avance en efectivo de 125.000 pesos, para que usted celebre el Día del Padre, por ejemplo. Y lo podrá devolver en 12 cuotas de 12.990 cada una. De ese modo usted pagará en total 155.880 pesos, con una tasa de interés de 24,7%.
Después de observar estas frías y latosas estadísticas, considere, a modo de comparación, que el Banco Central fijó la tasa de interés anual en 5,25% en la última sesión de su Consejo Monetario. Y no olvide, además, que la inflación estimada para los próximos 12 meses es de 3,7%.
¿Cómo se explica entonces que el comercio y los bancos apliquen una política tan usurera? La respuesta la entregó hace algunos años el ex Presidente Patricio Aylwin, cuando advirtió que “el mercado es cruel”.
Magnífico el análisis. Es clarísimo, es como para hacer despertar a los soñadores que se engolosinan con las ofertas de crédito.
ResponderBorrarFelicitaciones al comentarista.