Por Walter Krohne
Hace ya varias semanas que la mayoría de los países participantes en la elección de hoy en el Fondo Monetario Internacional (FMI) sabían que la elegida sería la francesa Christine Lagarde (55), una europea como también han sido todos sus predecesores. Por esto mismo, el éxito de la candidatura del contrincante de Lagarde, el mexicano Agustín Carstens (Presidente del Banco Central de su país), que quería convertirse por primera vez en una carta nueva y de avanzada en el Fondo, no fue posible porque era impensable que pudiera convencer en tan corto tiempo a los principales centros económicos occidentales.
El tema era y es difícil especialmente por el aire “contaminoso” que se respira en las finanzas de la vieja Europa con los problemas griego, portugués, irlandés y español y quizá también el italiano dentro de poco.
En estas condiciones, Carstens (foto derecha) jugó en un escenario que era dominado por un clima enrarezido, a pesar que realizó varias giras “electorales” por América Latina, Estados Unidos, Europa y el Asia, lo que algunos opinólogos en México le criticaron por haber gastado tanto dinero del erario nacional mexicano en una campaña a sabiendas que no tenían ninguna posibilidad de ser elegido.
Lagarde, quien como ministra de economía de Francia y hábil negociadora dentro de la Unión Europea en los “préstamos de salvataje” para los más débiles, partió la carrera en el primer lugar y llegó en las mismas condiciones a la final. Ella, una liberal pragmática que ha abogado por un “liberalismo moderado” y favorable a cierta regulación, continuará con toda seguridad el camino ya iniciado por la entidad internacional destinado a reforzar las herramientas anticrisis y la apertura a los emergentes. En una declaración entregada hoy, Lagarde dijo que “el FMI debe ser relevante, receptivo, eficaz y legítimo, para asegurar un crecimiento más sólido y sostenible, la estabilidad macroeconómica y un futuro mejor para todos”.
Antes ha dicho y luego reiterado que “el liberalismo es un asunto de reglas bien aplicadas", es decir puede afirmarse que ella se ubica justamente en la mitad: entre una desregulación a ultranza y una economía ultrarreglamentada. En este sentido mantiene una distancia prudente frente al modelo estadounidense. "El FMI ha respaldado eficazmente a sus 187 países miembros durante la crisis económica y financiera mundial –añadió hoy en su declaración-, transformándose de muchas formas positivas. Mi objetivo primordial será que nuestra institución siga respaldando a todos los países miembros con el mismo ímpetu y el mismo espíritu”.
Aunque parezca extraño, la política francesa estudio derecho y se especializó en el campo de los negocios, pero carece de una formación académica en economía, lo que sus críticos ven en ella como una de sus debilidades. Su prestigio lo ha ganado justamente con la crisis financiera mundial iniciada en el 2008.
Sin embargo se le califica como una fina diplomática y una negociadora increíble, sin límites en cuanto a logros concretos, como conseguir consensos donde realmente parece imposible.
Lagarde y su predecesor Strauss-Kahn |
En todo caso no se esperan cambios dentro de la doctrina impuesta por el ex director Dominique Strauss-Kahn, quien se vio obligado a abandonar el FMI tras haber sido acusado de delitos sexuales contra una camarera de un hotel de Nueva York y llevado a juicio.
Lagarde forma parte de un gobierno de derecha en Francia que ha empleado fuertemente la intervención estatal para poder reflotar la economía. Así se desprende que sus tareas en el FMI se concentrarán en el reforzamiento de la legitimidad, sin intentar necesariamente hacer una revolución. Más importante parece ser lo primero, que comprendería igualmente el mejoramiento de la representación de los emergentes y el incremento de su eficacia, especialmente en el área de vigilancia de los desequilibrios.
La elección de Christine Lagarde, como nueva directora gerente del FMI pone por primera vez a una mujer al frente del organismo, aunque mantiene inalterado el monopolio europeo en la cúpula de la institución. El FMI tiene sólo seis mujeres entre sus 30 principales ejecutivos. Además, sólo el 21,5% de los directivos en la institución son mujeres, frente al 32% de su institución hermana, el Banco Mundial, y el 26% en Naciones Unidas.
El Consejo Administrativo (CA) del FMI tomó la decisión por unanimidad esta mañana. El calendario marcaba que se daría a conocer el jueves al nuevo director gerente, pero el anunció de Estados Unidos horas antes, de que votaría por la ministra francesa, selló virtualmente el nombramiento. Ayer lo hizo también Rusia. La ministra francesa contó con los mayores apoyos entre los 24 miembros que componen el CA a los siete representantes de la Unión Europea, China, Egipto, Togo, Rusia y EE UU, país este último con más votos en este Consejo.
El FMI fue creado en julio de 1944 en la famosa conferencia de Bretton Woods (EE UU) de las Naciones Unidas, ocasión en que los representantes de 45 gobiernos acordaron establecer un marco de cooperación económica destinado a evitar que se repitieran los círculos viciosos de devaluaciones competitivas que contribuyeron a provocar la Gran Depresión de los años treinta. Sin embargo, su tarea no ha estado libre de grandes obstáculos y profundas crisis mundiales ni menos de fuertes críticas, especialmente por imponer una severa política de mercado que ha ocasionado fuertes desigualdades sociales en algunos países como son los latinoamericanos.
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