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jueves, 20 de diciembre de 2012

¿DE DÓNDE SURGIÓ EL MITO DE LA DESAPARICIÓN DE LOS MAYAS?

Por Juan Carlos Pérez Salazar (*)

La teoría de la desaparición de los mayas ha dado para libros, documentales e innumerales debates. Pero tiene un pequeño problema: no es cierta.

Los mayas son la segunda etnia indígena de México después de los nahuas. En Yucatán, estado del sur del país, constituyen el 80% de la población y hay comunidades en Guatemala, Bélice, Honduras y El Salvador.

Son indígenas como Juan Bautista, quien ha trabajado 51 de sus 63 años en una parcela de tierra que ha pertenecido a su familia por varias generaciones y que le ha dado para levantar a cuatro hijos y tres hijas -todos nacidos con comadrona- y traspasarles sus conocimientos sobre los ritmos de la siembra y la cosecha.

Juan Bautista, quien entiende español pero prefiere hablar en maya, se sorprendería mucho si alguien le dijera que millones de personas creen que él y su etnia no existen.

Porque el mito de la desaparición de los mayas es tan extendido, que cuando el nuevo Museo Maya de Mérida -capital de Yucatán- hizo una encuesta entre hispano y angloparlantes sobre este grupo indígena, la pregunta que surgía una y otra vez era "¿por qué desaparecieron?".

El interés por la civilización maya ha encontrado nuevo vigor en los últimos años debido a algunas interpretaciones apocalípticas de dos de sus monumentos, en los que se habla del fin de una era, lo que se ha anunciado para mañana 21 de diciembre, pero sólo es una idea que no pasa de ser ficción.

Millones de mayas

En la actualidad se estima que hay unos seis millones de descendientes mayas. Habitan en buena parte de lo que se conoce como Mesoamérica, es decir el sur de México (estados de Campeche, Tabasco, Chiapas, Quintana Roo y Yucatán), Guatemala, Bélice, Honduras y El Salvador. Sólo en México hablan 30 idiomas diferentes.

Entre algunos descendientes mayas conocidos a nivel internacional se encuentran la premio Nobel de la Paz guatemalteca Rigoberta Menchú y el cantante mexicano Armando Manzanero Canché. Y con el renovado interés ha regresado la leyenda de su desaparición.

La Premio Nobel de la Paz, la  
guatemalteca Rigoberta Menchú,
es descendiente maya.
Una parte fundamental de esta leyenda es que, cuando los exploradores y conquistadores europeos llegaron a la zona maya, encontraron muchos de los asentamientos y antiguas ciudades abandonadas y en ruinas. Esto impuso la falsa visión de que el pueblo maya había desaparecido sin dejar rastro.

Pero, paradójicamente, la idea también parece emanar del momento en el que la cultura maya fue "redescubierta" en el siglo XIX por viajeros europeos como los ingleses Frederick Catherwood y John Loyd Stephens.

"Ellos ven las maravillas de ciudades mayas y se preguntan ¿dónde están estos antiguos habitantes? Y piensan que desaparecieron... En mi opinión es una falta de interés en reconocer a las comunidades indígenas que son las herederas de toda esta tradición", reflexiona Daniel Juárez Cossio, encargado de la Sala Maya del Museo Nacional de Antropología de México.

Pero no fueron sólo visitantes extranjeros los que no reconocieron la existencia de los indígenas.

Según recuerda el arquitecto y museólogo José Enrique Ortiz Lanz -quien diseño el museo de Mérida- el destacado intelectual mexicano Justo Sierra O'Reilly decía que los mayas de entonces eran una rémora del pasado y agregaba que no era posible que unos "degenerados" -sus propias palabras- hubieran construido tan espléndidos monumentos.

Quizás detrás del desprecio de Sierra O'Reilly había también temor. En esa época -1847- empezaba lo que ahora se conoce como la "guerra de las castas", un levantamiento de indígenas mayas contra blancos y mestizos en la península de Yucatán.

Ese año de 1847, Sierra O'Reilly viajó a Estados Unidos para pedir ayuda a fin de controlar el levantamiento armado, ayuda que no consiguió. El conflicto se prolongaría hasta 1901.

Algo de verdad: El tema ambiental

Ruinas mayas
Pero en la desaparición de los mayas, como en casi toda leyenda, hay un grano de verdad. Según Cristina Muñoz, socióloga que hace trabajo de base con comunidades mayas en Yucatán, "sin duda hubo una decadencia de algunas zonas". Sin embargo, lo que le resulta asombroso es que hubieran logrado controlar tan vasto territorio -del sur de México al actual El Salvador- cuando no tenían el concepto de monarquía única. "Al momento de la invasión (española), había 16 señoríos".

"Lo que encuentran los españoles cuando llegan son pueblos indígenas divididos, peleando por la hegemonía. En algún momento se hubiera dado cierta estabilidad, hubieran surgido ciertos grupos, pero la llegada de los españoles interrumpe ese proceso"

La desintegración política es clave, pero Daniel Juárez Cossio cree que los motivos de la decadencia son múltiples. "No hay un solo factor. Para explicarlo en términos actuales, la referencia podría ser la caída del Muro de Berlín. Eso significó, para nuestro mundo occidental, un colapso de ciertas ideologías, sin embargo ahí están los alemanes, los rusos, los americanos... Se colapsan los sistemas políticos por cuestiones económicas, ambientales, etcétera". Y el tema ambiental parece haber sido clave en ese colapso de la civilización maya.

"Fenómenos naturales como El Niño no son privativos de nuestra época, se conocen desde la antigüedad. Por ejemplo, acaba de ocurrir con el huracán Sandy en Nueva York y vemos lo que provocó, con toda la tecnología que existe y las formas de anticipar y poder mitigar los riesgos. Imaginemos un huracán de estas dimensiones en el mundo prehispánico".

El experto del Museo Nacional de Antropología hace una tercera y final comparación con el mundo actual: "Los mayas eran un pueblo bélico. Vemos por ejemplo con los conflictos de los Balcanes la cantidad de emigración que hubo. Eso fue lo que ocurrió en el mundo prehispánico, no son fenómenos nuevos ni diferentes".  Esa "balcanización" de los mayas es lo que encuentran los españoles cuando llegan a la región.

"Hay una pugna entre (las ciudades de) Chichen Itzá y Mayapan por el poderío económico, por las rutas comerciales... Lo que ocurre es una caída de esos sistemas políticos y se estaban buscando nuevas formas de organización social.

"Lo que encuentran los españoles cuando llegan son pueblos indígenas divididos, peleando por la hegemonía. En algún momento se hubiera dado cierta estabilidad, hubieran surgido ciertos grupos, pero la llegada de los españoles interrumpe ese proceso", concluye.

Entretanto, ajeno a la historia y a las dudas de millones, Juan Bautista sigue enseñando a sus hijos los secretos y los ritmos de la tierra en idioma maya.

Y sigue levantándose todos los días al alba para sembrar y cosechar el maíz y la calabaza con sus manos enormes y sólidas, conmovedoramente reales.

(*) Corresponsal de la BBC de Londres

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