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miércoles, 12 de diciembre de 2012

AFP Y AFILIADOS: ¿UNA REPARTICIÓN JUSTA DE LAS GANANCIAS?

Por Maruzzella Rossi (*)


Los mayores de 75 años, en 2015, serán el 4% de la población y esta cifra va en crecimiento. Si se desea tener mayor nivel de bienestar para este segmento de los chilenos, resulta indispensable alcanzar niveles de pensiones aceptables que les permitan sustentar sus gastos. Para ello hay que avanzar en la regulación y lograr que las Administradoras de Fondos de Pensiones y los afiliados compartan no sólo los riesgos sino, también, las ganancias.

Igualmente, se requiere profundizar la información de los mecanismos de ahorro alternativo como los APV y otros, que amplíen el horizonte de inversión de los afiliados al sistema y no los circunscriban sólo a las AFP’s.

En 2011, las Administradoras de Fondos de Pensiones generaron una rentabilidad promedio del 18,6%, mientras los fondos de pensiones de las personas obtenían rentabilidades negativas o exiguas. Muchos dicen que esto se debió a factores del mercado (situación de Europa, incertidumbre en Estados Unidos, resultados de las empresas) o a la eficiencia de las AFP ¿No debería ser la primera medida de eficiencia de las AFP la maximización de los retornos de los portafolios asociados a los fondos de pensiones?

Por otra parte, la reforma previsional de 2008, estableció la reajustabilidad de la renta imponible de las personas, basada en la variación del índice de remuneraciones reales, calculado por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE). La Ley quiso actualizar el tope imponible, según los cambios en las remuneraciones, pese a que la renta, al expresarse en Unidades de Fomento, ya tenía un mecanismo de reajuste.

Las personas con rentas topes, en su mayoría, son profesionales universitarios con capacidad de tomar decisiones informadas y capaces de evaluar la conveniencia de cotizar más en una AFP para obtener una pensión cercana a sus ingresos anteriores. Actualmente, si una persona gana más de las 67,4 UF incrementa su cotización en una cifra cercana a $5.243 mensuales equivalente a unos $62.916 anuales. De estos, $54.805 pasan a formar parte de su fondo de pensiones mientras las AFP’s, por un aspecto legal, absorben $8.111 por afiliado.

Después de analizar estos temas, queda a la vista la necesidad de buscar los mecanismos para mantener un equilibrio de los beneficios de ambas partes y no sólo de las AFP. Una repartición más justa redundará en mayor bienestar para todos, con la consiguiente paz social del país.

(*) Vicedecano de la Facultad Economía y Negocios de la Universidad Andrés Bello

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