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viernes, 17 de agosto de 2012

EL “CASO ASSANGE” Y EL “CASO PINOCHET”

Por Enrique Fernández

El principal responsable de las indiscreciones que difundió la WikiLeaks, Julian Assange, aparece hermanado por curiosas similitudes con el principal responsable de las peores violaciones a los derechos humanos cometidas en Chile, el general Augusto Pinochet.
Julian Assange

Assange, de 41 años, creador de la página Web que hizo temblar a la diplomacia internacional con la difusión de secretos inconfesables, cumple dos meses refugiado en la Embajada de Ecuador en Londres. Allí espera que las autoridades británicas le entreguen el salvoconducto para viajar al país sudamericano que le concedió asilo diplomático el jueves 16 de agosto. De este modo evitaría su extradición a Suecia, donde los tribunales lo reclaman bajo la acusación de violar y vejar a dos mujeres.

Pinochet, que murió a los 91 años después de encabezar la dictadura militar más prolongada en la vida republicana de Chile (1973-1990), permaneció arrestado en Londres durante 517 días, desde el 16 de octubre de 1998. Allí enfrentó un pedido de extradición de España, acusado de genocidio y crímenes contra la humanidad por los más de 3.000 muertos y desaparecidos que dejó su régimen.

Christine Assange

En el “Caso Assange”, el gobierno británico del Primer Ministro conservador David Cameron no parece dispuesto a permitir que el genio de las indiscreciones por Internet viaje a Ecuador. Londres desconoce el derecho que esgrime el presidente ecuatoriano Rafael Correa para otorgar asilo a Julian Assange. Lo que las autoridades británicas quieren es satisfacer a sus amigos de Suecia, que reclaman la extradición de Assange. ¿Serán capaces de recurrir a la fuerza para desalojarlo de la Embajada ecuatoriana y enviarlo a Suecia? Es una posibilidad real que agrega al conflicto una nota de suspenso, porque desataría una crisis diplomática de proporciones.

“Deberían anular esa ridícula orden de extradición, como hicieron con Pinochet", declaró recientemente a la BBC, Christine Assange, la madre de Julian.

En el “Caso Pinochet”, el Gobierno británico del Primer Ministro laborista Tony Blair rechazó la pretensión de España de juzgar a Pinochet. Después de una larga batalla judicial, la Cámara de los Lores reconoció que Pinochet podía ser enjuiciado. Pero entonces surgieron las “razones humanitarias” y, después de 17 meses, el Ministro del Interior británico Jack Straw autorizó el regreso de Pinochet a Chile para que fuera sometido a proceso. Londres accedió de este modo a una petición del Gobierno de Eduardo Frei, que no aceptaba la intervención de tribunales extranjeros en un tema que debía ser resuelto por los chilenos.

Baltasar Garzón
Aún permanece en la retina de muchos la imagen del anciano que bajó en una silla de ruedas del avión de la Fuerza Aérea que lo trajo a Santiago, la mañana del 3 de marzo de 2000 (ver foto derecha). La silla avanzó unos pocos centímetros por la losa del aeropuerto y de pronto el anciano se incorporó, con actitud firme, resuelta y sonriente, para recibir el abrazo de sus colaboradores. Dos años después, tras un inédito juicio en Chile, la Corte Suprema lo absolvió de culpas, al considerar que una “demencia moderada” le impedía defenderse.

¿Por qué Gran Bretaña se opuso a la extradición de Pinochet a España, en el proceso que dirigía el juez Baltasar Garzón? ¿Y por qué ahora sí acepta el pedido de Suecia para extraditar a Julian Assange y desconoce el asilo diplomático otorgado por Ecuador?

Es parte del suspenso que deberá quedar aclarado en un futuro cercano.

Y en una coincidencia final, para regocijo de los historiadores, el abogado defensor del creador de WikiLeakds es el abogado Baltasar Garzón, el mismo juez que, a pesar de todo, consiguió lo que parecía imposible: humillar internacionalmente al hombre que un día dijo: “No se mueve ninguna hoja en este país si no la estoy moviendo yo. ¡Que quede claro!” (13 de octubre de 1981).


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