Sin un amplio espacio de propaganda en medios, pero con una movilización por carretera de un extremo a otro de Venezuela, la opositora María Corina Machado se ha convertido para Nicolás Maduro en la mayor amenaza de perder la presidencia después de 11 años de gobierno. Tras las elecciones de este 28 de julio el panorama político puede cambiar. Al menos eso es lo que sienten algunos venezolanos.
Sin embargo, nadie puede predecir con certeza cómo se despertará Venezuela el 29 de julio. En cualquier lugar del mundo, los resultados electorales avalarían sin duda al candidato ganador y el gobierno entregaría el poder sin inconvenientes. Eso es lo que aspira la oposición, que se da por ganadora no sólo por lo masivos encuentros de Machado y su candidato “llave”, Edmundo González Urrutia, con los votantes en las calles. También porque distintas encuestas le dan 20 puntos porcentuales o más por encima de Maduro, una ventaja numérica que la oposición nunca había tenido y que el chavismo subestima.
El líder chavista vuelca en sus
actos de campaña mensajes como "paz o guerra" —como se le escuchó
gritar el sábado— o habla de "un baño de sangre" y de "una
guerra civil fratricida" si no logra "la más grande victoria
electoral". De allí, que muchos cuestionan si su salida del Palacio de
Miraflores se hará de forma pacífica.
A esas frases, Machado respondió
esta semana en una rueda de prensa: "Señores, para que aquí haya una
guerra tiene que haber enemigos. Aquí no hay enemigos".
La oposición en Venezuela no
llega a estas elecciones sin pasado. Lo hace con las cicatrices de 25 años de
gobierno chavista. Con numerosas derrotas electorales, que algunos cuestionan
por la mano impuesta por Hugo Chávez y Nicolás Maduro en todo el aparato del
Estado, incluido el propio Consejo Nacional Electoral, que ha tenido a la
cabeza duras figuras del chavismo, como Jorge Rodríguez.
El
papel "clave" de la Fuerza Armada
En este escenario conflictivo,
la Fuerza Armada es vista como un elemento fundamental para que la elección se
realice pacíficamente y para que sean acatados los resultados electorales.
Militares venezolanos de alto rango dijeron a Univisión Noticias bajo condición
de anonimato por temor a represalias que si se demuestra que González Urrutia
ganó la elección, acatarán la decisión. Por eso, dicen, "es tan importante
la función de los testigos y del pueblo de defender el voto y evitar actos
indebidos".
Con la llegada de Hugo Chávez al
poder en 1999, él, que era parte de la Fuerza Armada, promovió una reforma
constitucional que les dio no solo poder de voto sino influencia en cargos
relevantes del Estado. Y cuando Maduro le sucedió, para congraciarse, aumentó
la influencia de los uniformados en el aparato estatal.
Maduro aseguró esta semana que los militares son "chavistas" y "revolucionarios". Pero este grupo de oficiales de alto rango dijo a Univisión Noticias que en la transición ven como un factor determinante que se acabe la política en los cuarteles y que los militares cumplan el trabajo que les corresponde. Aseguran que los uniformados dentro de la administración pública son parte de un grupo privilegiado "que no es ni el 1% de la cantidad total de profesionales activos".
A días de la elección, el
ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, dio un mensaje que resonó para
hablar del resultado de este domingo: "El que ganó, a montarse encima de
su proyecto de gobierno y el que perdió, que se vaya".
La oposición no tiene la
confianza de la Fuerza Armada. Padrino López dijo este miércoles que la
institución no actuará como "árbitro" y, al mismo tiempo, juró que
"jamás este bastón de mando caerá en manos de un oligarca, de un títere,
de un traidor".
Por eso, González Urrutia cuando
le habla a los uniformados, insiste en que "ellos son la garantía de que
la democracia tiene sus cambios y su continuidad" y que espera que ellos
contribuyan con una "transición en paz", dijo en una entrevista el
pasado 5 de julio. Además, como buen diplomático, les reitera que, tras una
eventual victoria de su candidatura, los cambios que implementará no serán
"traumáticos" para ellos.
"Las mismas alegrías y
debilidades que siente la familia venezolana la viven ellos (los militares).
Por eso nosotros nos comprometimos a que, en el marco de la Constitución, (...)
mantendremos y aspiramos mantener unas relaciones con la Fuerza Armada muy bien
engranadas y con todas las garantías para quienes hagan su trabajo en el marco
de la Constitución", dijo el opositor en esa misma entrevista.
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