Según su propia versión se trató de un fallo en una herramienta de control de calidad que provocó que una actualización crítica errónea se distribuyera a los sistemas de los usuarios, según un informe oficial de la empresa.
Esto llevó a interrupciones en todo el mundo, cancelando y retrasando decenas de miles de vuelos y paralizando operaciones en instituciones financieras, agencias gubernamentales, centros médicos y distritos escolares.
George Kurtz, CEO de CrowdStrike, se disculpó por el incidente que
afectó gravemente la reputación de la empresa y provocó una
caída significativa en su valor en el mercado.
En respuesta, delineó nuevos
pasos para evitar futuras interrupciones. Según publicó The Wall
Street Journal (WSJ), la compañía planea realizar pruebas más exhaustivas
de las actualizaciones antes de su envío y desplegarlas gradualmente a grupos
más grandes de usuarios, un proceso conocido como “canary deployment”.
Esto permitirá identificar problemas antes de un despliegue más amplio.
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