30-4-2014-KRADIARIO-N°895
EL ESTADIO DE LA U. DE CHILE Y LOS TERRENOS DONDE SE
CONSTRUIRÁ
Por Patricio Herman
El nuevo presidente de la concesionaria Azul Azul ha
anunciado que llegó a un acuerdo con el rector de la Universidad de Chile para
edificar el estadio de fútbol del Club Universidad de Chile en un terreno de 34
hectáreas, localizado en la comuna de Pudahuel, que le pertenece a esa casa de
estudios superiores. La futura magnífica instalación deportiva acogerá a 35.000
personas con una inversión del orden de los 50 millones de dólares.
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En razón a que este anuncio ha generado polémica en el
ambiente deportivo y rechazo por parte de grupos de vecinos del lugar en donde
se ubicará el estadio, también se suma que los dirigentes del club anunciaron
públicamente esta iniciativa sin haberse contactado previamente con el alcalde
de Pudahuel, a continuación diremos cómo la Universidad de Chile llegó a tener
el dominio del predio y cuáles son las normas legales aplicables al proyecto.
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El terreno de marras forma parte del Parque Metropolitano
Laguna Carén, área verde que está listado en el Plan Regulador Metropolitano de
Santiago (PRMS), cuenta con una
superficie de 1.011 hectáreas clasificadas como rurales en ese instrumento
normativo y el predio más pequeño escindido para el estadio continuará bajo el
dominio de la Universidad de Chile, que se lo arrendará por un largo plazo fijo
a la concesionaria Azul Azul.
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Ahora bien, este amplio predio clasificado como parque está
situado a un costado norte de la Ruta 68 y hace muchísimos años le pertenecía a
la Corporación de la Reforma Agraria (CORA), entidad pública que en 1978, en
plena dictadura, se lo transfirió gratuitamente a la Dirección General de
Deportes y Recreación (Digeder), estableciéndose que el nuevo titular debía
respetar los derechos que beneficiaban a numerosas familias que vivían allí en
calidad de ex asentados que no obtuvieron parcelas en el proceso de reforma
agraria, fijado para el proyecto de asignación Lo Aguirre.
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Días antes de que el presidente Patricio Aylwin dejara el
poder, el Estado donó dicho terreno a la Universidad de Chile, teniéndose en
cuenta que la Digeder dependía del Ministerio de Defensa y su titular en esa
fecha era el médico Patricio Rojas. Para ello, el Ministerio de Bienes Nacionales,
con la anuencia del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), cursó el Decreto
Supremo Nº 350 de fecha 28 de febrero de 1994, justificando el obsequio del
inmueble fiscal porque dicha universidad pública lo necesitaba para ejecutar
allí un moderno proyecto de Ciudad Universitaria, con un centro científico que
contemplaba la creación de un parque público de 200 hectáreas, área verde que
la universidad, a sus expensas, iba a poner a disposición de los habitantes de
esta contaminada megalópolis.
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En ese acto administrativo quedó estipulado también que si
la institución beneficiaria, en el plazo de 5 años a contar de la inscripción
respectiva en el Conservador de Bienes Raíces de Santiago (CBRS), no empleara
el terreno para la construcción de la Ciudad Universitaria, así como del Parque
Tecnológico, el Fisco debía recuperar el dominio de las 1.011 hectáreas. Enseguida
Patricio Rojas, ya no como ministro de Defensa, asumió el cargo de
vicepresidente ejecutivo de la Fundación Valle Lo Aguirre, entidad sin fines de
lucro, que tuvo por misión iniciar, tiempo después, el proyecto de alto
estándar denominado Parque Científico y Tecnológico por cuenta de dicha casa de
estudios superiores.
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Pero a las autoridades que le transfirieron gratuitamente
este predio a la Universidad de Chile se les olvidó conservar en las escrituras
públicas los derechos de los ex asentados, amnesia voluntaria que, lógicamente,
favoreció al nuevo dueño. Por los apremios ejercidos por la Fundación Valle Lo
Aguirre, algunas de esas familias han postulado a los subsidios habitacionales
en otras comunas y ya han abandonado sus casas de madera construidas por ellos
en esa zona rural.
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Transcurrió el tiempo y la Fundación Valle Lo Aguirre le
solicitó, en los inicios del año 2004, ya sea al alcalde de Pudahuel, como al
Seremi de Vivienda y Urbanismo, que se le permitiera acogerse a una disposición
de la Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones (OGUC), mediante la cual
se viabilizaba el proyecto científico en esa área verde. A través del ORD. Nº 2183 del 2 de julio del
2004, la autoridad administrativa del gobierno central, por tratarse de una
iniciativa de interés público, acogió favorablemente dicha solicitud
trasladando a la Municipalidad de Pudahuel la responsabilidad de cursar los
permisos de edificación respectivos.
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Así las cosas, esta fundación, por cuenta de la Universidad
de Chile, estaba en condiciones de ocupar el 20% de las 1.011 hectáreas en su
proyecto tecnológico y para ello obtuvo un crédito por 20 millones de dólares
con un banco alemán, vía intermediación de un banco privado nacional, y como el
banco extranjero exigió garantías, se perfeccionó la operación crediticia con
el aval del Estado, previa autorización del Congreso Nacional. Con ese dinero
ya se han ejecutado urbanizaciones en el 10% de la superficie de este pulmón
verde, es decir en 100 hectáreas. En esa fracción del amplio terreno se han
construido caminos y ejecutado loteos con luz y alcantarillado y aparentemente
el proyecto científico tecnológico está paralizado.
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En todo caso la legislación urbanística metropolitana admite
la construcción del estadio de Azul Azul en el terreno elegido, ello conforme a
lo dispuesto en el artículo 5.2.2. del PRMS, lo que nos alegra sobremanera
porque así la ciudad de Santiago dispondrá de un nuevo y grandioso coliseo
deportivo, y los socios y seguidores del chuncho tendrán a su disposición
espaciosos recintos de esparcimiento.
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Como un hecho curioso, destacamos que en octubre de 2008 el
Seremi de Vivienda y Urbanismo en ejercicio, desafectó de su condición de área
verde al Parque Metropolitano Laguna Carén, creyendo que en este parque había
caducado la declaratoria de utilidad pública fijada en el artículo 59º de la
Ley General de Urbanismo y Construcciones (LGUC) para las calles, parques
intercomunales y parques comunales. Ese funcionario estimó equivocadamente que
el parque metropolitano en comento era un parque intercomunal, error que no
produce efecto alguno porque en las áreas rurales también se pueden emplazar
equipamientos deportivos.
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Azul Azul tendrá que someter su proyecto al Sistema de
Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA), vía un “Estudio”, ya que la edificación
tendrá una carga de ocupación superior al mínimo fijado en el Reglamento
correspondiente y como se contemplan más de 1.500 estacionamientos, la
institucionalidad tendrá que revisar y aprobar un Estudio de Impacto sobre el
Sistema de Transporte Urbano (EISTU) conforme a la exigencia de la
reglamentación (OGUC) de Vivienda y Urbanismo.
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Esperamos que estos análisis técnicos, sobre todo el EISTU, se aprueben pronto porque no
se puede obtener un permiso de edificación sin que exista el anterior suscrito
por el Seremi de Transportes y las obras del proyecto no se pueden iniciar si no
se cuenta con una Resolución de Calificación Ambiental (RCA) favorable. La
concesionaria Azul Azul tendrá que ser muy rigurosa cuando seleccione a los
consultores que se harán cargo de estas exigencias pues si éstos proceden con
profesionalismo la inauguración del estadio se podría realizar en el segundo
trimestre de 2017, es decir, en 3 años más.
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Finalmente y dado el tenor de lo expresado, hago notar que
no soy hincha de la “U”.
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